Es una noche lluviosa de verano a las 23:32. Patrick Bateman un apuesto y educado hombre de negocios de 26 años que necesita un lugar en el que cubrirse de la lluvia, mientras lo hace maldice al estúpido hombre del tiempo quien prometia un día soleado por la mañana. Por suerte conoce una iglesia cerca a la cual entra inmediatamente. Huele de inmediato un olor terrible mezclado con incienso, tal y como se imaginaba nadie tiene la decencia de limpiar el lugar.
Es tan tarde que solo se encuentran él y el cura, un chico joven de pelo castaño y ojos verde esmeralda con piel morena y 1,65 de altura. Eso le hace darse cuenta de la gran oportunidad que se presenta ante él. El morbo de asesinar a un enviado del Señor hace que su cabeza empiece a ir rápidamente y comienza a meditar como cometerá su siguiente asesinato. Se sienta para disimular, mientras parece que esté rezando los detalles del homicidio aparecen en su cabeza, ya sabe cómo hacerlo. El cura sigue con sus quehaceres sin darse cuenta de que Bateman se acerca por detrás, con unos guantes de cuero de color negro y ganas de matar. Agarra con discreción uno de los candelabros del altar y se queda quieto. Tiene al cura delante, apunta a la cabeza y asesta el golpe.
El golpe resuena por toda la iglesia. El cura se ha protegido del golpe poniendo su brazo izquierdo en la trayectoria del candelabro. Patrick está en shock, de repente su cabeza se llena de dudas pero antes de resolverlas se escucha otro estruendo. Le han disparado.
Cae, Bateman está en el suelo, su cabeza se ha callado de repente. Se le nubla la vista, no puede moverse, no puede hacer nada a excepción de oír. Escucha al cura ir de allí para allá con el eco de la iglesia. Oye a algo arrastrarse, seguramente sea su propio cuerpo siendo movido por el joven asesino, el sonido para. Una puerta cerrándose es el último sonido. Sabe que va a morir y ya lo ha asimilado.
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American Psychological Love
RomanceLa última victima de Daddy Bateman no es tan inocente como parece a primera vista...