4: "Día 3"

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¿Qué pasó?...

No puedo abrir mis ojos y siento como si mi cabeza tuviera algo pesado dentro de ella.

Quiero a mi mamá.

No sé que pasó ayer y no sé cómo carajos estoy aquí, la boca la siento pastosa; también quiero vomitar.

-Buenos días, princesas- entra mi primo.

-Con un carajo, cierra la boca- dice mi amiga quejándose.

-Vete al infierno- digo yo.

Me duele el cuerpo, abro un ojo y veo a primo más fresco que una lechuga. Vuelvo a cerrar el ojo, me doy la vuelta para acomodarme en mi cama y dormir otro rato...

Siento el reflejo del sol como si traspasara mis párpados cerrados.

-¡Mierda!- decimos a unison mi amiga y yo.

Dios, ya no quiero ser tu mejor guerrera.

-Despierten- dice mi primo -, mi mamá las quiere ver abajo para desayunar. Más les vale verse como si no se hubieran acabado todo un bar.

Hijo de puta.

-Te regañan a ti por dejarnos tomar- le digo.

-Y a ustedes las castigaría por tomar mucho y llegar a las 5 de la mañana.

-¡¿Qué?!- me exaltó.

Cómo que llegue a esa hora.

-Como lo escuchaste, las veo abajo- sale de mi habitación cerrando la puerta.

Yo no pude haber llegado a esa hora, es imposible.

Si mi tía se entera me regresa a los Ángeles... pero si mi madre se entera...

No viviría para contarlo.

No-puede-ser.

-¡Florence, despierta!- me levanto rápido de mi cama.

Me voy hacia con mi amiga para despertarla.

-¡Florence, anda!- lo único que recibo de respuesta es un quejido.

»-¡Mujer!

-¿Qué quieres?-se queja.

-Despierta, mi tía nos quiere ver abajo para desayunar.

-Pues que se quede con las ganas, yo quiero dormir- contesta.

Sigue en su misma posición y con la cara tapada con la cobija.

-¡Con un carajo Florence! ¡¿Quieres que mi tía y mi madre nos maten?! ¡Si se llegan a enterar de que llegamos en la madrugada nos matan!- me enojo- ¡Así que levanta tu culo de tu cama-suelo y bajamos como si no tuviéramos una cruda del infierno!

Se quita la cobija de la cara y tiene los ojos abiertos como plato.

-Hay voy- dice cautelosa.

Asiento con la cabeza y me dirijo a mi baño.
Me veo por el pequeño espejo que está arriba del lavamanos y lo abro para sacar una Aspirina.

La necesitaba.

Abro el grifo para empezar a preparar mi agua, entró en ella y me empiezo a dar mi ducha- con un dolor de cabeza hasta el culo -, pero en lo que me enjabono mi mente vaga y me atrae pequeños flashbacks.

Se los aseguro que no son para nada buenos.

La de ayer no era yo, yo jamás pude haber hecho algo así.
Es como si hubiera sido otra persona que estuvo dentro de mi.

Termino de bañarme y salgo con la toalla puesta para ponerme mi ropa que saco de mi maleta. Florence entra a bañarse y escucho como reniega por el dolor de cabeza.

La Semana De AmeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora