~°~°~ Capítulo XXVI: El Lama ~°~°~
~°~°~ Parte II~°~°~
"Dormí pero no descansé" cruzó el pensamiento por su mente, con los ojos marchitos, la sábana hecha un embrollo en sus piernas y el sonido del gong despertador resonando en sus oídos. Apenas se empezaba a aclarar el cielo. Mu tuvo que agitarlo un poco para hacerlo entrar en razón. Le crujió la espalda al levantarse.
Una vez listo, con su uttarasanga, comenzó una caminata hacia uno de los cerros junto a un par de mujeres. En esa montaña, rodeado de grandes coníferas y de la neblina característica de los bosques mixtos del sector, encontró el rebaño de cabras y ovejas que pastaban serenamente. Ayudó a ordeñar a una de las cabras, arregló unos cuantos cercos que protegían al rebaño de los lobos, muy recurrentes por el lugar. Además, recogió algunas naranjas que ya se encontraban maduras.
—Soy Mayura, y en este lugar te ayudaré para abrir el segundo chakra, el Swadhisthana, el chakra sacro.
Kanon se sorprendió, pensó que solamente iban a recoger alimento y a regresarían a la casa. Parecía ser que debía esperar más tiempo para el desayuno.
La mujer caminó, seguida por Kanon hacia el interior del bosque. Las otras mujeres se quedaron en una especie de cabaña, preparando queso de la leche obtenida.
—Éste chakra es activado por el placer y es bloqueado por la culpa. El agua ayuda a limpiar la culpa, a aceptar la realidad, y a dejar que el veneno del pasado se aleje, para que no perjudique nuestro presente.
Llegaron a un nacimiento de agua, el cual obtenía su flujo de manera subterránea. No había cascada ni río, ahí se originaba el agua que se distribuía por las montañas.
Mayura se quitó el uttarasanga, dejando su piel desnuda, sin remordimiento alguno. Ingresó a la orilla del arroyo, de donde el agua nacía formando burbujas desde el fondo de la tierra caliza.
Lo invitó a imitarla para iniciar con la meditación. No fue tan fácil para Kanon seguirla, pero la parsimonia de la mujer y la poca importancia que le daba a la desnudez lo convenció. Realmente, fueron los ojos de ella, cubiertos por un pañuelo de tela, lo que terminó por persuadirlo.
—Baja la vista, ¿Qué ves? —cuestionó una vez escuchó el sonido del agua y sintió la presencia de su invitado.
—¿Mi reflejo? —respondió dubitativo.
—Si, el agua, como elemento que representa la vida por excelencia, nos muestra siempre lo más importante. Nosotros mismos. Así como el agua, siempre fluimos, cambiamos. Nunca nos vamos a reflejar en las mismas partículas.
—¿Es como aquel refrán? Una persona no puede bañarse en el mismo río dos veces, ya que el río y la persona no son los mismos.
—Me da gusto que lo entiendas. Sin embargo, muchas veces olvidamos, que somos humanos, que cometemos errores así como aciertos. Y cuando nos equivocamos o reaccionamos, aparece la culpa —solicitó que cerrara los ojos, y que se concentrara en la sensación del agua corriendo a su alrededor.
—Esa culpa nos pesa en el alma. Dime Kanon, ¿de qué te culpas?
—Me culpo... Por olvidar. Por no recordar momentos importantes con las personas más cercanas. Por no poder amarlo como antes, como se lo merece —respondió pensativo.
—El peso de esta culpa es tedioso. Acéptalo. Las relaciones cambian todo el tiempo, algunas se alargan y otras terminan. No dejes que la culpa las envenene. Perdónate, tú no decidiste que esto pasara, nadie lo hizo. Suéltalo, y date el placer de disfrutar tu vida.
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Drákos Agóra
FanfictionPelea de Dragones ¿Qué tienen en común un abogado inglés y un biólogo griego? Diferentes eventos casuales los obligó a tolerarse, y el dinamismo de la vida los hizo experimentar un sin fin de situaciones que los ayudó a encontrar una dirección hacia...