Jeon apenas abría los ojos una vez más, podía oler a comida a lo lejos, pero, en su cama permanecía un fuerte e intenso olor a Fresas de cierto omega. Suspiro y estiro su cuerpo, se sentó a la orilla de la cama y se puso la primera camisa que encontró a la mano, salió de su habitación en busca de su novio. Paso por la habitación de su hijo y pudo ver que su cama estaba hecha y no había nadie, siguió caminando hasta que sus ojos pudieron ver a su hijo desayunando mientras veía alguna caricatura en la televisión y a su lado, un omega con coleta alta, una de sus camisas negras y los mismos pantalones de la noche anterior, alistándose para salir.
Cuando ambos hicieron contacto visual, sonrieron. El corazón del omega se detuvo por milésimas de segundo y volvía desbocado cual caballo salvaje. Mientras, Jeon Jungkook moría de ganas por besarlo con todas esas emociones acumuladas, pero, estaba su hijo enfrente. Vio como Jimin tomaba su abrigo y dejaba un sonoro beso en las mejillas del niño y este sonreía a más no poder.
-Me tengo que ir, pero, te escribo cuando llegue a casa- el omega dejo un beso en su mejilla también y salió sin esperar respuesta del alfa que aún estaba medio dormido.
-Papi- llamo su niño, por lo que rápido le miro.
-¿Qué quieres niño travieso?- dijo revolviendo el cabello del cachorro con amor.
-Jiminie... ¿Puede quedarse con nosotros? - dijo con soltura.
-¿¡Que quieres decir!?- se sentó a su lado en la otra silla
-Se puede quedar a dormir como tío Tae- solo Jeon podía malentender algo tan puro como el comentario del niño. -El cocina rico- dijo alegre.
-Quizás pronto si, pero, por el momento termina de desayunar- dejo un beso en su cabello y vio que, en la cocina, había un plato.
-Jiminie dijo que ese era tu desayuno- hablo una ves más el niño.
Rio al acercarse y ver que la comida estaba caliente todavía. Era un desayuno común, como cualquier otro en corea, pero, estaba hecho por la manos de la persona que amaba. "Se que es sencillo, pero, es con cariño" La nota encima del plato termino de conmoverlo, sonrió y comenzó a comer junto a su hijo. Le conmovía ver que Jimin se había tomado el tiempo en preparar algo, a pesar de estar en un hotel.
Las horas de la mañana pasaron, tal y como lo había prometido el omega, le escribió para decirle que había llegado con bien a su casa y que, por suerte, sus padres dormían cuando llego, así que con ayuda de su hermana habían dicho que se había quedado por emergencia con Jin terminando un informe de la universidad. Él le sonreía al teléfono como si estuviese embobado y eso, todos lo notaron, como ahora, que Jeon podía escuchar muy a lo lejos la vos de su coreógrafo llamándole, pero, este no acataba por estar pensando en las caderas de cierto pelinegro.
-¡¡JEON JUNGKOOK!!-
Con un salto, hizo ver que ahora si los escuchaba, encontrándose con un chico sumamente enojado porque no le presta atención.
-Perdón- hizo una reverencia.
-No sé lo que te pasa Jeon, pero, sea lo que sea, déjalo aún lado y concéntrate en esto- dijo para empujarle hasta la marca en el suelo y comenzar a dar indicaciones de nuevo.
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Jimin no podía poner atención al catedrático que explicaba con esmero sobre las fobias, ya que no paraba de cabecear del sueño. Se golpeo con fuerza las mejillas para despabilar el sueño, pero, solo funciono los primeros diez segundos. Una vez más sentía que sus parpados se cerrarían de golpe, por lo que, tomo sus cosas y se levantó de su asiento, con silencio salió del salón de clases y se adentró a los baños para mojarse la cara, una vez hecho, se miró en el espejo, algo que muy contadas veces Jimin hacia.
