POV Fred
Sí que la había regado, mi pequeña ratoncita, estaba con el peor de los semblantes por mi estúpido comentario acerca del tejón ese de Diggory. Pero no pude evitarlo, el simple hecho de pensar qué pondría sus garras sobre mi pobre e indefensa Hermione me puso la sangre a hervir.
No hablamos el resto de la tarde, estaba buscando una forma de disculparme mientras me pintaba la cara para el partido. En pocas palabras le había dicho a Hermione que era una zorra, cosa que no era cierta, sé que la chica era virgen al menos hasta ayer en la noche.
Como se me ocurrió, seré idiota.
La tarde se me paso volando, de pronto ya era hora del partido. Nos fuimos acercando al estadio, por suerte no había visto ni a Cedric ni a su padre, estoy seguro que le hubiera dicho otra barbaridad a la castaña.
Cuando entramos a las escaleras nos topamos con Malfoy y su padre, que estuvo a dos segundo se insultar a mi pequeña Mione, pero recapacitó al verme parado detrás de ella de forma protectora. Sonreí satisfecho, al parecer alguien recordó el accidente que casi tuvo en su escoba.
El partido transcurrió de manera tranquila, nada fuera de lo normal.Obviamente los irlandeses fueron los ganadores.
Cuando estuvimos de nuevo en la tienda intenté acercarme a la castaña, pero ella simplemente me ignoraba o fingía no haberme escuchado. Supuse que debía darle tiempo.
Me dediqué a molestar a Ron con su jugador favorito, y George no se quedó atrás.
Fuimos interrumpidos por mi padre, quien tenia cara de pocos amigos.
—Tranquilo viejo—solté sin más—deben ser los irlandeses festejando—añadí para intentar calmarlos.
—No son los irlandeses— dijo con la voz cargada de miedo—Tomen sus cosas y vámonos— se apresuró a ordenar.
Salimos todos de la tienda y el panorama no era para nada agradable. Todo en el campo estaba hecho un caos, el cielo se había tornado negro y el humo que emanaban las carpas que recién se incendiaban no ayudaba mucho. Gente corriendo hacia todos lados, gritos y sollozos.
—Fred, George, cuiden a Ginny—volteó a verme con miedo en la mirada—Harry, Ron, Hermione— mantenganse juntos. ¡Vayan al traslador, yo los alcanzo en un momento!—Gritó.
George tomó a Ginny de la mano, y empezó a correr con ella hacia donde estaba el traslador. Giré mi vista para toparme con los increíbles ojos marrones con motas doradas de mi querida Hermione, pude ver el miedo en su mirada. La abracé por instinto.
—Tranquila guapa, nada te pasará, lo prometo— intente transmitirle tranquilidad con la voz, y al parecer funcionó pues su semblante se relajó.
Corrimos detrás de George, para cuando logramos alcanzarlo nos dimos cuenta que Harry no estaba.
—Voy a buscar a Harry— dijo la castaña a mi lado.
—No pienso permitir que algo te pase, ¿si?. —la miré con los ojos llenos de preocupación, no me importaba que Ron estuviera a unos metros viéndonos—Iré yo mismo— añadí. Herms asintió.
Corrí entre las pocas tiendas que aun se encontraban de pie, después del ataque. Esta mañana todo era perfecto, y de ese fantástico escenario solo quedaban cenizas.
Algo en el cielo llamo mi atención. Un cráneo con una serpiente saliendo de la boca se podía apreciar, la marca tenebrosa se alzaba en el cielo, imponente y sombría, el ambiente se sintió pesado, como si toda la felicidad del mundo hubiera sido absorbida por esa espantosa marca que solo traía consigo malos augurios, a lo lejos pude ver al pelinegro qué vine a buscar, con la varita en alto caminé muy sigilosamente, y el crujir de una rama me alerto. Me di la vuelta y apunte a lo que estuviera detrás mío.
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En brazos de un Weasley
RomansaTodo comenzo la noche anterior a la Copa Mundial de Quiddich de 1994, Hermione Grenger al fin habia logrado reconocer que lo que sentia por Ronald Weasley no eran sentimientos mas haya de la hermandad, Esa noche todo cambio. ¿Podra la pareja de mag...