Capítulo 35 No lo merece

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- Mustafa - la mujer miró a su hijo con extrañeza

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- Mustafa - la mujer miró a su hijo con extrañeza.

- Mahidevran, tengo algo que informarle, es un asunto delicado - mis manos descansan sobre los hombros del niño - Pero el Príncipe esta bien -

Dicha las palabras la mujer se acercó de manera inmediata al Şehzade, sus manos acunaron el rostro infantil de su primogénito, sus ojos gris se abrieron con demasía ante el moretón que apenas empieza a formarse.

- ¿Qué sucedió? ¡Mevkibe, habla! -

- Zenya hatun se atrevió a levantar su mano contra el Príncipe -

- ¿Qué? - Mahidevran abrazó a Mustafa - ¡Como pudo esa mujer! ¿Dónde está? - dijo histérica.

- Madre, estoy bien - Mustafa con pena sostuvo la mano de su madre.

- Mahidevran - llamé su nombre con suavidad - Hablaremos con su majestad y será castigada - me acerque a ella - Una insolencia como esta no puede ser perdonada - dejé una caricia en la cabeza del Príncipe.

Gulbahar rodó los ojos, con disgusto asintió y tomando una larga respiración tomó la mano de su hijo.

- Iremos ahora a ver a su majestad - la mujer miró a su hijo - Pero primero... - soltó la mano de su hijo.

Con pasos rápidos se acercó a su armario, busco entre los cajones sacó un pequeño envase, dando media vuelta se dirigió de nueva cuenta a Mustafa. Con cuidado colocó el ungüento sobre la mejilla del niño.

- Estoy bien mamá - Mustafa renegó.

- Eres muy fuerte mi León pero es necesario para evitar que se inflame más - Mahidevran dijo en voz baja.

Una vez la mujer terminó, tomó la mano de su hijo nuevamente. Sonreí a las pequeñas a mis costados para posteriormente imitar la acción de Gulbahar, ambas salimos de sus aposentos.

- Tu le dirás a su majestad lo que ha pasado - Mahidevran me miró para posteriormente con un ligero movimiento de su cabeza indicarme que pasara la frente.

Con Sanem sosteniendo mi mano derecha y Mihrimah mi izquierda emprendimos camino a la hosada de su majestad.

Allí estaba de nuevo la unión, lo que en principio las unió, un punto de soporte, Mustafa. Y tal vez aquello sea lo que las separe nuevamente.


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La eterna favorita || Mevkibe SultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora