Hasta que te encontré. (Yellow Mellow)

12: es justo lo que te mereces

UN MES DESPUÉS...

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NARRA MELO:
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Ya no sabía de que otra forma podría contactar con Julia, lo intenté absolutamente todo pero nada funcionó.

Hace un mes que la llamo al móvil todos los días pero ni siquiera da la llamada y en WhatsApp me tiene bloqueada.

Ya tengo asumido que no quiere saber nada de mí pero lo que no entiendo es por qué.

Y descarté la opción de lo que pasó en el cine, la descarté completamente porque era una estupidez, porque yo fui estúpida.

Puede que haya quedado con Aida un par de veces pero nunca hablamos del tema y nos limitamos a actuar como si todo fuera perfecto o al menos me limité yo a hacerlo, claro.

La idea de ir a su casa a pedir explicaciones la descarté completamente sin pensarlo, obviamente no iba a hacer eso.

Ya no me quedaban ideas, ya no quedaba nada más que esperar, esperar a que el destino reúna las piezas que se han separado sin querer.

Y mientras esperaba, me hice un café.

Y me limité a vivir como buenamente podía.

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Me levanté a las 7:00 a.m para editar varios vídeos que tenía pendientes por subir.

Antes me tomé una taza bien cargada de café y luego le puse la correa a Eme.

-¿Vamos fuera? - Dije con un tono agudo mirando a Eme.

Eme, cómo siempre, puso las orejas en forma de antena y giró su cabeza como unas 4 veces a ambos lados.

Cogí mis llaves y salimos de casa para dirigirnos al parque donde siempre jugaba con otros perros pero a esta hora dudaba que hubiera algún perro.

Llegamos al parque y Eme empezó a correr como una loca por el jardín con un palo en la boca.
Yo me senté en un banco, saqué el móvil y me puse a ver Twitter.

Al cabo de unos 10 minutos, guardé el móvil y me puse a grabar a Eme para el daily.

De vez en cuando pasaba gente con mochilas para ir al instituto, supongo.

Y ahí fue cuando la vi, ahí fue cuando vi a Julia con la mochila azul celeste de espaldas, caminando hacia la Universidad.

No sabía que hacer, si quedarme quieta mientras la observaba irse o acercarme a hablar con ella.

No tenía tiempo para decidir ya que se marchaba así que le di las gracias al destino y me acerqué a ella.

Cuando quise darme cuenta ya estaba detrás suya, con tan solo mover un dedo podía tocarle y lo mejor es que ella no se dio cuenta.

Le pasé la mano por su hombro bajando hasta su mano, cogiéndola.

-Lo siento. - Le susurré en la oreja.

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NARRA JULIA:
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Esto no me podía estar pasando a mí.

Desde el momento en que apoyó su mano en mi hombro para coger mi mano, sabía que era ella, sabía que era Melo pero me lo confirmó con ese "lo siento" susurrando en mi oreja.

¿Qué debía de hacer ahora?

Hacía un mes que no la veía, que no sabía de ella, que todo iba bien... O eso creía.

Solté mi mano de la suya y me giré.

-No tienes por qué sentir nada. - Dije bastante seria.

Ahí se lanzó pero me aparté a tiempo y pude notar su cara de "no sé que cojones está pasando", su cara confusa.