Capítulo 1: El muro.

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Marianella Tallarico Rinaldi miraba con atención el mapa en el centro de la mesa. Nacho había pasado los últimos cuatro días haciendo un dibujo a escala del área que rodeaba el muro. Durante los tres meses que llevaban en la zona habían recorrido kilómetros y kilómetros del muro, con esperanza de encontrar una entrada que no estuviera custodiada por una decena de guardias del gobierno.


—Quién diría que el cachetón fuera tan bueno dibujando —murmuró por lo bajo Teo, que estaba a su derecha. Al igual que ella, estaba concentrado mirando el dibujo. Mar, a pesar de que muchos le echaban en cara de que no era muy buena leyendo a las personas, no pudo dejar de notar el cambio del ex-líder de Cielo Abierto.


Unos meses atrás, Teo había sido uno de los personajes políticos más importantes de Argentina. Era conocido públicamente por ser el líder de Cielo Abierto, organización que se encargaba de hacerle frente a las injusticias de un gobierno corrupto que buscaba causar terror en los habitantes del país. Él se había encargado de organizar múltiples operativos en contra del gobierno. Pero aquel Teo Gorki, el rebelde sin causa de pelo largo y sonrisa peligrosa que estaba locamente enamorado de su sobrina Paz, era ahora un antiguo recuerdo. Desde que se encontraron a fines de Diciembre a las afueras de Bahía del Príncipe, él mantenía un semblante abatido y melancólico. Fue unas semanas después, cuando estaban en el turno de la ducha de las chicas, que Jazmín les comentó a Vale y a Mar que Teo le había disparado a Paz y Melody, y desde ese día nadie ha visto a ninguna de las dos.

Fue Johnny, un mandalayo que estaba celebrando su graduación junto a ellos en Bahía del Príncipe y que luego de las bombas se encontró con Vale y Simón, quien se encargó de crear un dispositivo que desconectó a sus amigos de la red de seguimiento que el gobierno les implantó, ya que gracias a un sistema de control que les fue implantado con lo que todos suponen fueron las vacunas que se tuvieron que dar durante las vacaciones.


—No puede ser que esto no tenga un punto ciego de entrada —la voz de Luca la sacó de sus pensamientos; su amigo también miraba el mapa de Nacho—, tiene que haber gente que se esté escapando de este lugar.

—Si ese fuera el caso creo que ya nos habríamos topado con alguien —Simón lo miró; él estaba sentado erguido a la derecha de Mar, su mano descansando suavemente en la pierna de Vale—. Hace meses que estamos en la zona y solo hemos visto cazadores. Incluso las personas que conocemos que están afuera del muro son cada vez menos; los que no se están yendo están desapareciendo.

—No están desapareciendo —le espeta Jazmín—. Se los están llevando. Es diferente.

—De todas maneras nadie sale del muro. Los cazadores son los únicos que entran y salen a gusto —Mar decide hablar, intentando volver a centrar la conversación. No es momento para discutir el paradero de los que han desaparecido.

—¿Y si los que están adentro no quieren salir? —preguntó Nacho. Todos giraron para mirarlo, Mar estaba segura que todos lo estaban mirando con una expresión exasperada—. ¿Qué? No me digan que no lo han pensado —dijo sarcástico—. Probablemente sea mejor cualquier cosa que esté dentro de ese muro a estar acá afuera. Cualquier cosa es mejor que bañarse tres minutos con tres gotas locas man.

—Claramente tiene que haber una base nuclear —Teo se acomodó en su lugar—. Ellos lanzaron bombas por toda Argentina, y en tiempo récord levantaron los muros. Están escondiendo algo grande.

—O puede ser como un campo de concentración —dijo la gitana—. Por eso nadie sale... Una vez que estás ahí dentro, te marcan y te asesinan.

—Mantengo que del otro lado seguramente hay una especie de resistencia VIP —sigue Nacho—. Por eso no nos dejan entrar, si parecemos cavernícolas. Seguro que tienen shoppings, comen sushi y van todos los días al sauna.

—A no, vos sos tarado —Luca lo miró mal, su enojo notorio para todos los presentes.

—Basta —Vale decidió interrumpir, mientras se paraba de su silla—. Hemos recorrido kilómetros y no encontramos ninguna manera de entrar que sea segura, tampoco hemos visto a nadie salir. Si vamos a hacer las cosas bien tenemos que pensar con claridad, no podemos mandarnos ciegamente.

—Vale tiene razón —la apoyó Jazmín—. Ya somos pocos... no podemos permitirnos que nos agarren y lastimen por algo que claramente podemos prevenir.


Cada vez que retomaban el tema del muro y que podía haber dentro del mismo pasaba lo mismo; poco a poco comenzaban a comentar sus teorías, luego comenzaban a pelear porque unas eran más absurdas que las otras. Eran momentos así en los que Mar extrañaba más de lo normal a los chicos, en donde se preguntaba que haría Thiago en su lugar; porque su pela era un líder nato y podría tenerlos a todos centrados fácilmente, haciéndolos olvidar de las peleas para lograr sus objetivos. Pero el pela no estaba con ellos. Tampoco estaban Tacho, Rama, Tefi, Melody y Lleca. Paz, Camilo y Hope habían desaparecido en las explosiones al igual que el resto de los chicos, y sin importar cuanto Mar les hablara, rogándole que la escuchen y le den respuestas, nadie había aparecido. Kika y Jaime, que estaban junto a ellos en el viaje, también habían desaparecido.

Había días en donde la casa en dónde estaban parecía un velorio, en donde Mar se acordaba de sus días en la Fundación BB en donde Barto y Tina no permitían que los chicos hicieran un solo sonido. Todos estaban pasando por momentos difíciles, pero algunos días la depresión que sus amigos y ella tenían eran más notorios que otros.


—Seguiremos con el plan entonces —ordenó Teo—. Esta noche tiraremos los globos. Luca y Vale irán por el lado este, Mar y Simón por el norte y Jazmín y yo por el oeste. Johnny y Nacho van a estar monitoreando la zona a través de las cámaras infrarrojas que pusimos, y a través de los handys nos avisarán si cazadores se acercan. Mar y Simón van a tener el globo con la cámara, así que por favor tírenlo entre los comunes para no levantar sospechas. Síganlo con el control remoto para controlar que la imagen esté bien, acuérdense que tienen que estar en un radio de cinco metros para que funcione.


Todos asienten. El plan era lanzar una cámara para ver que había dentro del muro utilizando globos como distracción. Hace unas semanas, mientras discutían sobre el muro mientras almorzaban, fue Nacho el que dijo de manera obvia de porqué no utilizaban un dron para ver que pasaba del otro lado. En unos días, el plan comenzó a ponerse en marcha: Vale y Mar encontraron un cotillón abandonado en donde consiguieron los globos y un tanque de helio; Simón, Jaz y Luca tuvieron que caminar por tres días para llegar a una tienda electrónica a las afuera de la ciudad que Johnny estaba seguro de que estaba desocupada, y ahí consiguieron no solo la cámara para el operativo, sino un par de cámaras infrarrojas a batería que Johnny instaló a las afuera de la guarida.

Finalmente, el momento que estaban ansiando estaba cerca. Esta noche finalmente iban a saber que había al otro lado del muro.


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Primer capítulo y la introducción a la historia quedó lista...

Es el capítulo más corto, solo 1200 palabras; prometo que el resto pasan todos las 2000 palabras, pero la introducción a la resistencia es bastante concreta.

¡Nos vemos en el siguiente!

Defensa Alekhine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora