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Dolorous

Estamos justo donde quería que estuviéramos. Ya no más indecisión.
Nada nos volverá a separar. Solo estará la verdad y lo sublime.

Los primeros rayos de sol se colaron por la ventana. Will se removió un poco y comenzó a despertarse. Cuando por fin, pudo abrir los ojos, fue consciente de lo que pasaba.
Había dormido abrazado a Hannibal.
Al principio pensó en alejarse, pero en cuanto sus ojos se encontraron con el rostro que adoraba en secreto, no pudo dejar de mirarlo.
Hannibal tenía una expresión de quietud al momento de dormir, sus pómulos y mandíbula resaltaban, además sus mechones de cabello rubio se veían envueltos por una luz dorada. Finalmente, sus pestañas tupidas y sus labios delgados y firmes enmarcaban su rostro, dándole una visión éterea.
Will estaba tan sumido en sus pensamientos, que no se entero que Hannibal ya había despertado.

-Dime Will, te gusta observarme- exclamó él
Will se sobresaltó al escucharlo y rápidamente desvió la mirada, completamente sonrojado.
-No tienes porque negarlo. Incluso yo puedo decir que me gusta observarte- contestó Hannibal y pronto, acarició lentamente la mejilla de Will.

El contacto visual fue inmediato y en ambos se podía sentir el hambre y la necesidad.
Hannibal admiraba los rasgos delicados de aquella piel blanca y cremosa. Y sobre todo, admiraba el azul puro que se encontraba encapsulado dentro de los ojos del agente.
Will por el contrario, disfrutaba de esas atenciones y finalmente, su mirada se volvió a instalar en los labios del psiquiatra.
-Tan solo tienes que pedirlo- exclamó Hannibal
Y de pronto, el tiempo se detuvo.
Los labios carnosos y rosados de Will se posaron sobre los labios delgados y firmes de Hannibal. Fue solo un roce, pero eso basto para ambos o al menos de momento, pues casi de inmediato Hannibal lo beso de una forma más profunda.

Will quiso aferrarse al cuello de Hannibal, pero en ese momento, sintió que algo se lo impedía.
Era el cabello sedoso Clara, quien además, se hallaba recostada sobre el pecho de Hannibal.
Esto irritó a Will y en medio del beso, mordió el labio inferior de Hannibal. El sabor metálico de la sangre pronto inundo el paladar de los dos y la acción hizo sonreír a Hannibal.
Su amado agente era muy territorial y posesivo.

Will todavía molesto, miro a Clara con celos. Odiaba que ella siempre estuviera en medio de los dos y peor aún, Will sentía culpa de ello. Ya que, más allá de todo, él comenzaba a tener un gran afecto hacia Clara.
Hannibal se dio cuenta de aquello y sobre los labios de Will, susurró.
-Sabes bien, que Clara no representa un peligro.
Will guardo silencio, avergonzado. Y Hannibal continuó.
-Y por mí, no deberías preocuparte. Yo la quiero como si fuera una hermana
-Como Mischa- preguntó Will
-Sí, como ella.

Tras esa respuesta, Will volvió a mirar a Clara, pero esta vez, de manera diferente. Ahora, solo el cariño florecía en sus pupilas y esto hizo, que él acariciara de forma suave su cabello.
-Yo igual- exclamó Will. Siempre había querido tener a alguien a quien cuidar y proteger.
Hannibal sonrió complacido.


Unos minutos después, el olor a óregano y cardamomo con el que se había sazonado la carne, inundaba toda la cocina.
-Puedo ayudarle en algo, doctor- preguntó Clara, y al mirar a Hannibal tan concentrado, agregó.
-Quizá no tenga grandes dotes culinarios, pero haré mi mejor esfuerzo, lo prometo.

Eso hizo sonreír a Hannibal y casi de inmediato, le entregó un cuchillo para cortar vegetales. Clara lo aceptó con otra sonrisa y en medio de una calma ceremoniosa, ambos cocinaban.

-Una vida muy familiar- pensó Will, mientras los veía.

Y la mesa se dispuso de la misma forma, es decir, como si fueran una familia.
Hannibal al centro, al lado izquierdo Will y Clara a la derecha.
Los tres comían muy tranquilos, el menú fue sencillo. Omelette con
Estaban a punto de iniciar, cuando Clara los miro detenidamente. Había algo diferente en el ambiente, era como si una especie de aura romántica se estableciera entre Will y Hannibal. Tras unos instantes, comprendió lo que sucedía. Así que, les regalo una pequeña sonrisa traviesa.
Hannibal feliz permaneció en silencio y Will se sonrojo levemente.

Mi amigo secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora