Cercanía

Encuentro

Ya habían pasado unas semanas desde el incidente con Diego y pasé a que mencione que quería averiguar por qué de repente tanta amabilidad con Vanya, debo confesar que apenas y tuve tiempo para ello. Nuestro padre nos había hecho entrenar el doble desde ese día puesto que no quería que cometamos el mismo error en la próxima misión. Y bien que puedo decir soy humano, después de los entrenamientos y las clases otras actividades que realizamos en casa, termino exhausto así que apenas tengo tiempo para pensar en mi. La verdad no es tan malo como parece en parte lo agradezco, es decir poder tener mi mente ocupada en las cosas que realmente importan, aunque bueno tengo que confesar que durante estos días Vanya y yo hemos intercambiado más palabras que antes, ahora cada vez que ella me ve me saluda o simplemente me regala una sonrisa. Se que no es la gran cosa pero antes ni siquiera los buenos días nos dábamos.
Maldición, ¿ ven a lo que me refiero? Aquí estoy otra vez pensando en mi hermana ¿Que pasa conmigo?.. bien creo que...

-Oye Cinco ¿Vas a seguir ignorando me?- La voz de Luther me saco de mis pensamientos y me hizo darme cuenta de donde me encontraba en ese momento.

- Perdón ¿que decías?- Luther me miró molesto, tomó un poco de aire y se alejo de mi.

-Luther decía que el entrenamiento terminó por hoy- Alison respondió - Al parecer Padre tuvo que salir de emergencia y Pogo dijo que podíamos tomarnos la tarde libre.

-Bien - respondí cruzado de brazos- ¿ algo más que necesite saber?- pregunte con arrogancia.

-No le hables así a Alison - Luther me toma de la chaqueta molesto - todavía que se toma la molestia en decirte las cosas, cuando ella no tiene la culpa de que este distraído

- Luther suéltalo

- De acuerdo- dije soltando me del agarre de Luther- lo siento Allison- mire a mi hermano- ¿ Ya puedo irme?

- Idiota..

Decidí ignorar los insultos de mi hermano y me dirigí a mi habitación, no tenía ganas de pelear y la verdad estaba algo cansado así que aprovecharía que teníamos la tarde libre para tomar una siesta además mis hermanos no suelen estar en sus habitaciones cuando tenemos tiempo libre, lo cual significa que nadie me molestaría.
Me recosté en la cama boca arriba y cerré mis ojos por un momento mientras disfrutaba de la suavidad de mi cama. No es que estuviera cansado o algo parecido simplemente quería relajarme un poco. Lamentablemente el gusto no me duró ya que los gritos de Klaus y Diego se colaron por la ventana de mi habitación y el silencio que reinaba unos segundos atrás se había ido. Rápidamente tomé lo primero que estaba a la vista y lo arroje hacia la ventana.

- Auch ¿de donde salio eso?

- No me mires a mi- Klaus levanto las manos y me señalo- Dile a él.

- ¿Qué Mierda te pasa Cinco?- me miró molesto Diego mientras Klaus se burlaba de él.

- ¡¡Quieren callarse, Idiotas!!- Grite desde la ventana y tras eso la cerré de golpe.

Volví a recostarme en la cama e intentando buscar esa paz nuevamente cuando otro ruido, aunque menos fuerte, se colo por mis oídos pero esta vez fue diferente en lugar de molestarme me relajaba.
Una música proveniente de un violín era el sonido que ahora me invadía y aunque me duela admitirlo, tal composición no me molestaba, pase a que no era ejecutada a la perfección. Decidí levantarme y salí de mi habitación en busca de la canción o mas bien la ejecutora de esta, ya que sabía muy bien de quien se trataba.

Me recargue en el marco de la puerta del cuarto de Vanya y contemple como ella estaba de espaldas hacia mi mientras sostenía ese instrumento que tanto atesoraba y se dejaba llevar por la música puesto que no se había percatado de mi presencia, pasaron unos minutos y yo seguía ahí parado observando cada movimiento de esta, cada función de ella, era la primera vez que vía a mi hermana concentrada en algo que no fuera en las miradas de los demás, era como si al tocar el violín todos sus miedos e inseguridades se fueran, era una persona completamente distinta. El sonido del violín terminó y un gran suspiro salió de los labios de mi hermana y una gran sonrisa apareció sobre estos, la cual no duró mucho ya que mis aplausos se hicieron presentes y mi hermana volteo y su expresión cambió a una de susto y vergüenza.