Capítulo 10
El precio del amor
Lunes, 1 de julio de 2019.
Argentina Rodríguez
Este día rindo un examen de biofísica en el pre universitario, no espero que me vaya muy bien ciertamente, pues mi mente está en otro lado.
Pero he de intentarlo por lo menos, me siento muy desconectada del mundo real, es como si estuviera en una pesadilla de la cual no puedo despertar.
Entro al salón y me siento entre los últimos asientos de la fila, no me veo nada bien, tengo ojeras y apenas alcancé a darme un baño antes de venir, por lo que ni siquiera estoy maquillada.
Nos entregan las hojas de examen y comienzo a resolver los ejercicios que hasta hace una semana estudiaba con ayuda de mi novio Ismael Messina. Siento que estoy haciendo todo mal, pero no me importa, simplemente he venido a intentarlo, o tal vez a distraerme de lo que está pasando con mi mejor amigo.
Una secretaria de la institución entra por la puerta del salón y se dirige a la profesora de biofísica, le habla en secreto y luego ambas me miran.
—Argentina, te vinieron a buscar.— dice la profesora.
—¿No puedo irme después de terminar el examen?— pregunto, a lo que la secretaria asiente y se marcha.
Sigo resolviendo mi examen, pero llega una secretaria de mayor rango que la anterior y habla en secreto con la profesora. Ella asiente apenada y luego me ven nuevamente.
—Argentina, después te vamos a dejar terminar tu examen. Te tenés que ir.— insiste la profesora.
Si se está compadeciendo de mí debe tener una buena razón. Mi corazón sabe lo que pasa, pero no quiero aceptarlo.
Me pongo de pie torpemente con los ojos llorosos. Se me cae la cartuchera y me inclino a recoger todo de forma rápida con los dedos temblorosos.
Tomo mi mochila y hago un moño desordenado con mi cabello para que no me caiga en el rostro.
Le doy el examen a la profesora y con un leve saludo me retiro junto a la secretaria por el pasillo, llegamos a mesa de entrada y me encuentro con mi padre y Eric Villarruel.
Sin decirnos nada, Eric y yo nos vemos a los ojos y empezamos a llorar, entiendo que ya sucedió: Gino López falleció.
Abrazo a Eric primero, pues hemos perdido a nuestro Ginito, mi mejor amigo y el amor de su vida.
Papá se ha tenido que pedir el día en su trabajo, por lo que nos lleva a mi casa para buscar frazadas y refrigerio.
Es como si Dios se compadeciera de mí, porque el cielo está nublado, y las gotas de lluvia son la razón de la tristeza que abunda hoy en mi corazón.
Hace mucho frío el día de hoy. Le envío un texto a la madre de Ismael y ella me dice que se encargará de hacerle saber, que no me preocupe.
A decir verdad, Ismael es mi gran amor, pero en este momento siento que el único que puede entender cómo me siento es Eric. Y me alegra que mi novio no me culpe por no buscar consuelo en él antes que nadie.
Gino López
Siento como el dolor de la nuca y la presión que me generaba la luz en los ojos va disminuyendo conforme pasan los segundos, incluso el cansancio corporal se diluye.
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Por Siempre: Te Quiero.
Teen FictionArgentina Rodríguez ha llevado el primer año sin su madre barriendo los dolores bajo la alfombra, obligándose a sí misma a ser feliz y no ser una carga para su padre ni su mejor amigo. Ismael Messina, un chico callado e introvertido, al borde de l...