Capítulo 4: La llave de tus recuerdos.

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—Hay alguien —le susurró Mar a Simón, los ojos de la petisa llenos de preocupación—. Hay alguien Saimon, toqué a alguien.

—Rajemos de acá —Simón le agarró la mano y comenzó a caminar hacia el bosque, pero ella lo paró.

—Mi llave —Mar se giró, empujando a Simón contra el muro—. Haceme pié, la tengo que encontrar —Simón la volvió ayudar a subir a sus hombros. Mar deslizó sus manos por encima del muro, buscando su llave. Sintió la cadena bajo sus dedos, pero está se alejó de sus manos—. ¡No! ¡No, no! —bramó Mar mientras tocaba la parte de arriba del muro. Se bajó de Simón y lo miró—. Se la llevó.

—Vení, fijémonos por la cámara a ver si se ve algo —Simón se sacó del bolsillo el celular. Era mucho más moderno que el que Paz y Hope les habían regalado el año pasado, era grande y con una pantalla táctil que funcionaba aunque la pantalla estuviera rota. El globo volaba lentamente por encima del terreno dentro del muro, pero nadie era captado por la cámara. Lo único que veían era pasto y arbustos—. Mierda, deberíamos volver. De todas formas nos queda poca batería.

—Pero tiene mi llave —dijo Mar con desesperación—. El pela me la regaló, es lo único que tengo de él.

—Te prometo que vamos a recuperar la llave. Y a Thiago —Simón miró a su amiga, la tomó de la mano y comenzó a llevarla al bosque—. Pero no podemos hacer nada de eso si nos agarran.


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Thiago se alejó rápidamente del muro, aún confundido por lo que acaba de pasar.


—¿Qué haces ahí? —Thiago se quedó quieto, pero enseguida reconoció la voz de Luz, así que se acercó hacia ella—. ¿Qué haces tan cerca del muro?

—Nada —Thiago se encogió de hombros y con cuidado guardó la llave en el bolsillo de su pantalón—. No podía dormir así que salí a caminar un poco. Y estaba por acá cuando vi un globo atorado en el muro.

—¿Un globo? —Luz miró hacia atrás de Thiago, varios globos volaban por el cielo. Apretó su mandíbula, sin creer que nadie le hubiera avisado que había un intento de infiltración—. Anda al NE, Thiaguito. Es tarde y mañana arrancan las clases. No vas a querer estar dormido el primer día.


Thiago le sonrío amablemente para luego irse al NE. Luego de unos metros, giró y vio como Luz hablaba con teléfono agitadamente; rápidamente guardias venían hacia ella.

Sacó su celular del bolsillo y se puso los auriculares. Mientras caminaba hacia el NE no dejaba de pensar: ¿acaso la mano que él había tocado había sido de una salvaje? ¿La llave que tenía en el bolsillo le pertenecía? Por un lado, sentía que debía informar de lo sucedido a la guardia civil, por otro, se preguntaba cómo era posible que un salvaje hubiese estado al otro lado del muro y nadie hiciera nada.

Cuando entró al NE, fue a la cantina a agarrar una botella de agua. Se sorprendió cuando llegó y vio a Estefanía dejando una taza en la barra.


—¿Estefanía? —preguntó Thiago, causando que la chica pegara un salto y se llevara la mano al pecho.

—¿Vos sos idiota? —Estefanía se abanicó un poco y cerró los ojos. Parecía nerviosa—. Me va a dar un infarto.

—¿Qué haces acá? —Thiago sonrío divertido, mientras agarraba una botella de agua. Estefanía le señaló la taza que estaba en la barra, y rodó los ojos.

Defensa Alekhine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora