Capitulo 9

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POV Fred
—La gloria eterna le espera, al estudiante que logre alzar esta copa de la victoria, este Cáliz del triunfo-

El director Dumbledore, ya había comenzado su discurso acerca del torneo. Mi atención no estaba en el, si no en la castaña que tenía a unas cuantas personas de mi. Quién no quitaba la mirada de los búlgaros de enfrente. Fruncí el ceño involuntariamente.

George golpeo mis costillas haciendo que mi atención volviera al viejo director Dumbledore.

—Una gran montaña de riquezas le espera al estudiante ganador— cuando dijo riquezas obtuvo toda mi atención. 

—Cool— dijimos George y yo al unísono, con el dinero de ese premio podríamos abrir Sortilegios Weasley sin contratiempos.

—Si alguien desea participar— añadió el director— solo deben depositar su nombre en un pedazo de pergamino antes de 3 días— concluyó.

Narrador

Todas las miradas de jóvenes magos y brujas, se encontraban en el final del gran comedor, donde en una base de mármol, se encontraba el Cáliz de Fuego, su llama azul lucia hermosa a la distancia y seria esa misma la que decidirá el destino de tres magos. Oh ¿quizás más?.

Nadie sabia que los siguientes días serían decisivos para la vida de los estudiantes que resultaran participantes.

Pues el Cáliz de Fuego sería manipulado por manos enemigas.

[...]

POV Fred
Una vez en la sala común, estuvimos discutiendo qué opción usaríamos para evadir la regla de la edad que había impuesto Bartemius Crouch, algo se nos tenía que ocurrir. De este torneo no quedaríamos fuera.

Y con estas locas y descabelladas ideas nos fuimos a la cama.

Al otro día por la tarde George y yo ya habíamos logrado preparar una poción que nos haría un par de años mayores, lo suficiente para poder depositar el pergamino con nuestros nombres.

Emprendimos camino hacía el gran comedor, donde estaría el cáliz.

Cuando llegamos había bastantes alumnos de todas las escuelas que Hogwarts alojaba este año. Todos aplaudían cada que un pergamino era lanzado a las llamas azules.

El primero que logré visualizar fue a Cedric Diggory, quien no tenía ni una pizca de duda en su mirada. En el momento que dejo caer su nombre volteo a ver a mí, digo a Hermione quien estaba sentada al final de la grada, esta solo le sonrió. Los celos no tardaron en aparecer, odiaba que eso me pasara con cualquier cosa que tuviera que ver con ella.

Seguí mi paso, y todos nos recibieron en ovación pues sabían que ni George ni yo teníamos 17 años.

—Bien muchachos— comenzó George

—La tenemos— le seguí yo.

—La pócima para envejecer—concluyó con semblante de satisfacción.

—No les va a funcionar— dijo mi preciosa Hermione.

—¿Porque estas tan segura?— cuestionó mi gemelo. Y ambos la rodemos, primero volteo a ver a George, lo que me permitió, por una milésima de segundo oler su exquisito aroma. Solté un suspiro involuntario.

—¿Porque no Graenger?— dije casi en su odio, volteo casi agresivamente.

Se giro a quedar de frente a la copa, y señalo haciendo círculos con las manos. —Eso que ven ahí, es la linea de la edad— dijo como si fuera la cosa más obvia del mundo— y Dumbledore la dibujo.—concluyó.

En brazos de un WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora