Había una vez una pareja que vivía pacíficamente en algún pueblito de Inglaterra. La mujer era costurera y el hombre panadero. Hacia ya algunos años que ellos habían llegado al pueblo, pero todavía los pueblerinos no los consideraban parte de ellos ya que en su mayoría habían nacido allí.
Lo que a mujer mas deseaba en el mundo era tener un hijo y, el hombre la quería que ella fuese feliz, por años intentaron quedase embarazados pero, aunque ponían todo su esfuerzo nada alcanzaba y los años ya les estaban haciendo peso.
Intentaron con la adopción, a algún pequeño del orfanato de la iglesia, pero no los pudieron ayudar, todas las veces les decían que no quedaban mas niños disponibles, cuando la realidad era que en la villa corría un rumor.
Se decía que esa familia estaba tocada por el diablo. En cuanto llegaron, el pueblo no obtuvo mas que desgracias. Empezó con las malas cosechas, luego ganado desaparecido o asesinado para terminar con varias personas a las que nunca se las volvía a ver. El pueblo se gano tal mala fama que ningún otro quería hacer comercio con ellos.
Un noche tormentosa mientras la mujer preparaba la cena, escucho a alguien tocando la puerta, fue alegremente a abrir ya que muy rara vez recibían visitas. Parado en la puerta había un niño de no mas de cinco años, su aspecto era de lo más extraño, la piel blanca como la luna y los ojos del negro mas profundo, pero el razgo mas inquietante era su pelo, rojo como la sangre. La esposa miro al niño sorprendida, luego miró afuera buscando a la persona que llevo a ese niño hasta su casa pero no había nadie.
Ella hizo entrar al niño, lo ayudo con su abrigo, le dio un poco de sopa con pan y llamo a su esposo. Al bajar y ver al niño quedo igual de sorprendido que la mujer, se tomaron su tiempo para discutir que hacer. Juntos hablaron con el pequeño, descubrieron que no tenia familia y que cuando fue a buscar refugio en el pueblo le dijeron que ellos podrían hospedarlo.
Esa noche lluviosa la pareja se fue a dormir feliz, pensando que por fin la gente del pueblo los empezaba a aceptar.
Semanas después los vecinos de la pareja fueron a quejarse de un olor muy desagradable proveniente de su casa, allí encontraron el cuerpo de la esposa y el esposo, pero no había ningún rastro del niño.
Luego de una investigación hecha por un pequeño centro de policías de un pueblo vecino obligados por parte de los pueblerinos, entraron a la casa de la pareja y la revisaron. Primero la cocina, después los cuartos y el baño, nada del otro mundo. Lo desconcertante fue que al bajar, en el sótano, descubrieron heladeras, llenas a rebosar.
Pero no con lo que uno creería normal, ahí se encontraban cuerpos, algunos de animales otros de personas y niños, todos desmembrados cuidadosamente y metidos en bolsas.
ESTÁS LEYENDO
Memorias de un historiador
RandomEstos son pequeños trabajos, historias que me parecieron buenas y quiero compartir. En su mayoría son turbias, de terror, suspenso, misterio y así. Mi objetivo principal es generar esa incomodidad a los lectores, ese no saber que esta pasando. Esp...