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Apolíneo. Si Jungkook tendría que describir a Taehyung y su belleza en una sola palabra esa sería esa. Para el no había belleza alguna que se iguale a la del castaño, jamás había visto hermosura igual.

Jungkook veía a Taehyung dormir , parecía un tierno osito abrazando una almohada y con sus labios abultaditos, su cabello estaba pegado a su frente, pero aún así Jungkook juraba que era lo más lindo que existía en el mundo.
Se encaminó hacia la cama, pues, ya tenían que prepararse para marcharse antes de que sus padres llegasen.

-Precioso-pronunció en un tono delicado mientras removía el cabello de la frente de Taehyung e iba dando toquecitos en sus mejillas.

Taehyung fue abriendo sus ojitos poco a poco, se despertó desorientado pero cuando vio a Jungkook una linda sonrisa apareció en sus labios, acción que hizo que el corazón de Jungkook volcara y se agite.

-Buenos días, precioso ¿Haz dormido bien?

-Buenos días, Jungkook-dijo con voz rasposa.

Wow, Jungkook tenía que admitir que Taehyung tenía un tono de voz muy peculiar.

-Si, he dormido muy bien, gracias.

Jungkook sonrió ante la respuesta y se acomodó en la cama, quedando ahora sentado.

-Bien, precioso. Mira, vamos a trasladarnos hasta otro lugar ya que estar cerca de aquí no me parece lo correcto debido a tu situación-Taehyung llevó su mirada hacia el rostro del pelinegro-nos vamos a ir hacia una casa que tengo, es un poco retirada de la ciudad, pero conviene.

Taehyung lo pensó y sintió una leve punzada en el pecho. Su trabajo, su casa, todo en lo que ha estado trabajando en todos estos meses. Dios, jamás le perdonara esto a Tae-sun. ¿Que hará con todas sus cosas ahora? ¡Dios! Sus cosas. Sacudió su cabeza despejando sus pensamientos, el pelinegro tenía razón de todos modos.

-Me parece bien, pero tengo un pequeño problemita-dice el castaño.

-Ah ¿si?- Jungkook frunce el entrecejo-¿Cuál es el problemita, precioso?

-Es que, Umhm. Yo... yo no tengo nada que ponerme, todo lo dejé en casa, solo traje algunas cosas pero ya las utilicé. Solo me queda un cambio de ropa que es el que utilizaré ahora-dijo apartando la mirada, pues al decirle esto al pelinegro sentía un poco de vergüenza.

Jungkook toma a Taehyung por el mentón y le da una leve sonrisa.

-No te preocupes por eso, precioso. De camino podemos ir a comprar todo lo que gustes y lo que necesites.

Taehyung abre los ojos y lo mira.

-Pero ese también es otro problema, Jungkook. Mis tarjetas de crédito de seguro han de estar canceladas, ni siquiera tengo mi teléfono. Ah esto es tan frustrante-soltó a modo de queja.

El pelinegro suspiró.

-Tranquilo, precioso. No tienes que preocuparte por eso, por los gastos-tranquilizó-yo pagaré y pagaría por todo lo que quieras solo si m lo pides.

Dios, tráiganle agua a Taehyung porque se va a ahogar. ¿Cómo Jeon podía soltar esas cosas así de repente? Sus mejillas ardieron y esta vez el pelinegro se percató de esta acción y dejó una leve caricia con sus pulgares en cada una.

-Bien. Ve a ducharte y baja para que desayunemos-dijo poniéndose de pies- y Taehyung-li llamó.

-¿Si?

-Cierra con seguro la puerta con seguro, no queremos que ocurran percances-dijo con una sonrisa pícara en los labios mientras salía de la habitación dejando a un Taehyung con los cachetes rojos y lleno de vergüenza.

Ambición y lujuria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora