Bella O' Donnell

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"Mary, ¿desayunamos juntas?" Fue el mensaje que hizo que mi teléfono sonará e hiciera que me despertara. Me había quedado dormida en el sillón con una foto en la mano.
Volví a contemplarla; era una foto que Lauren nos sacó a William y a mi in fraganti. Básicamente, una foto sacada en el momento justo.

"Claro, debo llevar una carta al correo y voy" contesté medio dormida.

"Okay, alcánzame en Starbucks"

"Besos Belle"

Bella O'Donnell es mi mejor amiga neoyorquina. Ella es una de las bailarinas principales; su mamá es una directora de teatro muy prestigiosa y su papá es un productor muy reconocido. Bella básicamente creció en Broadway, desde muy pequeña forma parte del elenco estable de las obras mas importantes de la gran manzana.
Somos muy parecidas, salvo por la edad. Ella cumple este año 22 y yo 18, es como una hermana mayor. Bella, o 'Belle' como le digo yo, fue la 1era en acercarse a hablar. Imagínense la situación, todos bailarines +22 años que ya se conocían las caras y yo, de 17 años, y que estaba completamente sola; ella fue la encargada de introducirme a su grupo de amigos: Faith Panettiere, Neil Peterson y Thomas D' Angelo. Todos tienen 22 o están por cumplirlos. Tienen un impecable currículum, mucha experiencia y bueno, luego estoy yo.

Me di una ducha rápida para sacarme la almohada de la cara, me puse la ropa adecuada, mis uggs y me fui, no sin antes guardar la carta en mi bolso de danza.
Fui al correo y la deje. La última oportunidad de saber algo de él. Mi teléfono vibro y vi que era un mensaje "ya llegué" de Belle, así que me fui caminando rápido, total estaba a unas cuadras y, además, me ayudaría a combatir el frío intenso de la cuidad de las luces.

-Veo que empezaste sin mi-dije graciosa y una Bella hambrienta se dio vuelta a mirarme

-Lo siento-dijo arrepentida-¿ya pediste?

-No, ahora voy

-Ah bueno, ¿quieres? Es un budín nuevo de almendras-dijo estirando el budín a mi cara.

-No gracias-dije y estire mi cara para atras-soy extremadamente alérgica. Iré a pedir mi desayuno-y me fui.

Y cuando digo 'extremadamente' no bromeo. Ya el simple hecho de olerlas me hace brotarme y que mi cara se hinche. Me lo descubrieron cuando tenia 7 años; mi abuela había hecho un budín riquísimo, pero tenia almendras. Al segundo de haberlo ingerido, mi pecho se cerró, mi garganta y mi lengua se inflamaron y no podía respirar. Fue horrible, en serio, esa sensación de que te ahogas y no podes hacer nada, es lo peor. Les juro que en ese momento pensé que me moria. Obviamente, me llevaron de urgencia al hospital, donde me inyectaron un remedio y me diagnosticaron reacción anafiláctica. Es decir, alergia extrema.

Dance With Me 2 [William Moseley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora