En tu mirada (Hawks x Dabi x TN) FINALIZADA

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- Antes de empezar quiero decir que no sé qué vergas le pasa a wattpad, pero no está notificando los capítulos aunque lo tengáis activado, además de eso, me he dado cuenta que a pesar de que el capítulo esté subido a algunes no les aparece. Estoy triste. 

Lo segundo que quiero decir es que revisen si ya leyeron el cap 72 porque por algún motivo aparece antes que el 71, en fin, la hipotenusa. ¡Disfruten! -

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Perspectiva de T/N. 

Todo estaba oscuro. No podía sentir mi propio cuerpo, de hecho, durante algún tiempo no sabía ni quién era. Anduve vagando por mi propia oscuridad mucho tiempo. ¿Cuánto? No lo sé, en el vacío no existen los segundos, minutos, horas, días...Vagué por mis propios recuerdos. Vi cada una de las cosas que había vivido, desde los peores hasta los mejores. En el pasado hubiese intentado correr al ver todo mi sufrimiento, pero ahora solo los miro, no siento nada al verlos, ni siquiera dolor. Cuando llegó a los mejores me doy cuenta que siempre había anhelado tener un lugar al que llamar hogar y ahora lo tenía. Tenía a dos novios hermosos que siempre hacen lo posible por hacerme sonreír, tenía un amigo por el que daría mi vida entera, tenía unos niños que, aunque no fuesen míos, los quería desde lo más profundo de mi ser. 

¿Hasta cuando voy a seguir aquí? Ya no quiero estar sola, no quiero dejarles, no quiero despedirme de ellos. Por favor, si existe un dios que me oiga, llévame de vuelta con los que más amo. 

H: ¡T/n! - me sonreía. 

D: ¡T/n! - estiró el brazo. - Volvamos a casa. 

Intenté alcanzarlos, pero no pude. El cuerpo me pesaba, no podía moverme del sitio. Les grité con todo mi ser que no me dejaran, pero ellos no me oían. Poco a poco sus cuerpos se volvieron borrosos y dejé de verlos. No, no...

S: ¡T/n! 

D: ¡Profesora, Shin! 

B: ¡Vamos, levanta! 

K: ¡Tú puedes, Shin! 

- Niños...

Lo volví a intentar, de nuevo, no pude. Vamos, maldita sea. 

A: ¡Shin! No puedes dormir una siesta más larga que la mía. 

T: T/n...tienes que volver, hermana. - me sonrió. 

S: ¿Vas a seguir durmiendo? Aún no me has hecho pagar por todo. 

Otra vez, el resultado siguió siendo el mismo. ¿Y si solo me rindo? ¿Dónde estoy? ¿Vale la pena seguir luchando? ¿Tengo que salir? ¿De dónde y a dónde? 

X: ¡T/n! ¡T/n! - me gritaba. 

Esa voz...sé quién es. Jamás olvidaría la primera voz que escuché al nacer, la que me cuidó, me enseñó, me amo. Jamás olvidaría la voz que me daba los buenos días y las buenas noches cada día, la que me protegió tantas veces, la que me ayudó a salir del infierno...Mamá. 

X: T/n...mi niña. - me sonrió y se acercó. - Mi pequeña. - empezó a llorar mientras me abrazaba. 

-Mamá...-le correspondí el abrazo. - ¿Eres tú, de verdad? 

X: Mi pequeña, no te puedes quedar aquí. 

-¿Por qué? - la miré angustiada. 

X: Aún no perteneces a este lugar, aún tienes mucho que hacer, aún tienes a mucha gente esperándote. 

-Pero mamá...

X: No hay peros que me valgan. Ya has hecho suficiente para vencer a tus demonios, ahora te toca ser feliz, ahora tienes que vivir. 

- ¿Me has visto, mamá? 

X: Cada una de las cosas que has hecho y no puedo estar más orgullosa de tener a una hija como tú. - me acarició la mejilla. - Ahora, vuelve con esas personas que tanto te aman y no tengas prisa en venir aquí. 

- ¿Me esperarás? 

X: Todo el tiempo que haga falta. 

-Te quiero, mamá. - alcé el brazo para tocarla. 

X: Y yo a ti, vida mía. - agarró mi mano. 

Poco a poco mi madre fue desapareciendo. La oscuridad fue dejando paso a un luz muy tenue y un sonido agudo se hizo presente. Bip bip bip. Al abrir los ojos, noté que estaba acostada en una cama de hospital. A mi lado vi una cabellera rubia que brillaba con la luz de la luna. Con un movimiento muy lento por parte de mi brazo, puse mi mano encima de su cabeza y la acaricié con delicadeza para que no se despertara. Giré hacia el otro lado y vi una silla vacía. Más allá, unas enormes ventanas abiertas, que dejaban entrar los hermosos rayos de luna y el ligero aire que llegaba desde el exterior. Escuché un pequeño ruido, al girarme vi una silueta que inmediatamente supe que era de mi peliblanco favorito. Sus ojos azules estaban abiertos como platos, me observaban sorprendidos. Las lágrimas no tardaron en salir de sus bellos ojos. 

D: T/n...- se acercó lentamente. - Dime que no estoy soñando. Dime que estás despierta de verdad. Dime que ya no te vas a volver a ir. - se sentó en aquella silla, antes vacía, me agarró la mano . - Dime, por favor...- sus lágrimas seguían saliendo. 

H: Umh, Touya, ¿qué pasa? - levantó su cabeza lentamente. - ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? - dirigió su cabeza hacía mi y al verme, abrió los ojos como platos.- ¿T/n? - él también empezó a llorar. - ¿No es mentira? ¿Estás aquí? - me abrazó. - T/n...¡T/N! 

- Ya estoy aquí. - pronuncié como pude. 

Les dediqué un gran sonrisa y al sentirme así de querida, mis lágrimas también optaron por salir. 

D: ¿Sabes cuánto tiempo llevamos esperando por ti? - se acercó y me besó en la frente. - No te vuelvas a ir, no nos vuelvas a dejar...- su voz temblaba. 

H: T/n, estábamos tan preocupados...No vuelvas a hacer semejante locura. - me agarró la mano.- Creímos que te perdíamos. 

Luego de muchos reclamos, sonrisas y lágrimas, conseguí que me dieran un vaso de agua porque me constaba hablar de lo seca que tenía la garganta. 

-Lo siento...

H: Si lo sientes...

D: Nos tienes que dar un beso. - le interrumpió. 

H: ¿Qué? No era eso lo que quer...- le puso la mano en la boca para que no siguiese. 

D: Aprovecha el bug, imbécil. -le susurró. 

H: Eso, queremos un beso. - se cruzó de brazos mirando a nuestro novio. 

-Vengan aquí. -les hice señas y se acercaron. 

Cuando los tenía cerca, los agarré del cuello de la camisa y los atraje hacia mi, tirándoles en la cama. 

D: ¡T/n, que te aplastamos los brazos! 

H: ¿De dónde viene esa fuerza de la nada? 

Yo solo pude reírme al ver sus caras al verme. Luego les di el beso a cada uno para que se quedaran tranquilos. Cuanto más los miro, más me alegro de haberme encontrado con mamá, ella tiene razón, es momento para comenzar a vivir.