Llego el fin de semana y consigo trajo una nevada en el día de navidad, Amelia la habían trasladado a un hospital psiquiátrico para evaluarla debido al intento de suicidio, el día que se la llevaron, le suplique que me perdonara por dejarla allí, que solo quería lo mejor para ella, que quería que se recuperara y volviera a tener ganas de vivir como antes, porque la amaba, la necesitaba y quería que tuviera las herramientas para superar lo que había pasado, ella solo se limitó a mirarme, no hablo, no lloro, no hizo ningún gesto de negación o confirmación, solo se dejó mover como una muñeca, y eso me rompió un poco más mi corazón. Gonzalo estuvo conmigo todo el tiempo, no se despegó ni un solo minuto, y yo se lo agradecí eternamente.
Habíamos acordado que iría a visitar a Amelia ya que era navidad, estaría la mañana con ella, y luego nos juntaríamos en mi casa a pasar la navidad todos juntos, Máximo llevaría a su novia para que los gemelos la conocieran y yo había invitado a Gonzalo para que Jeremy conociera a los gemelos, ya que me había dicho que la pasarían solos, por que su familia estaría de viaje, estaba tan agradecida con el que no pude dejar que pasaran la navidad solos.
Asi que me levante temprano, hice el desayuno, y limpie la casa luego me fui a ver a Amelia. Maneje con cuidado pues ya había empezado a nevar, llevaba conmigo café como le gustaba a Amelia me estacione entre al edificio y me registre, camine hasta su habitación y cuando entre Amelia aun dormía así que deje las cosas en la mesa y me senté en un sillón que estaba a lado de la cama y comencé a leer un libro, no quería despertarla.
Al rato de una hora Amelia se despertó, se me quedo mirando y yo le sonríe y por primera vez en días me devolvió la sonrisa, que bien se sentía verla sonreír, aunque no fuera la misma sonrisa de antes, aunque la sonrisa no llegara hasta sus ojos. Me levanté y me senté en la cama a su lado;
-Feliz Navidad Amelia, te he traído café justo como te gusta. He venido a pasar la mañana contigo. ¿Como te sientes hoy?
Me miro, pero no dijo nada así que me limite a yo hablarle sabiendo que no me hablaría pues desde que la encontraron no había dicho ni una palabra. Pase la mañana con ella, la acompañe a sus terapias y le di un paseo por un jardín que tenía bajo techo muy lindo, no hablo y tampoco volvió a sonreírme, me despedí de ella con un abrazo y un beso. Cuando salí de la habitación la doctora me esperaba afuera;
-Hola Micaela, soy la doctora encargada de Amelia, ¿cómo está usted?
-Hola doctora bien, es un placer conocerla.
-Igual, quería hablar con usted sobre lo que hemos podido evaluar de Amelia, ¿tiene unos minutos antes de que se vaya?, sé que es navidad, pero no nos tomara mucho tiempo.
-Si claro no hay problema
-Sígame a mi oficina.
La seguí hasta su oficina, el camino fue difícil ya que pasamos por un pasillo donde los pacientes gritaban dentro de sus habitaciones, en un momento pasaron enfermeros corriendo para atender a uno que al parecer se estaba haciendo daño, ese pasillo en específico era escalofriante, cuando entramos a su oficina me senté y ella comenzó;
-Bien, sabe que Amelia no habla desde el día que la encontraron en casos como el de ella esto puede suceder debido al trauma que ha pasado, pues muchas veces temen hablar por miedo a tener que explicar y contar las cosas que tuvieron que pasar mientras estaban secuestradas, también se ve en estos casos que intente suicidarse. Se que usted no ha dejado de venir y visitarla eso es bueno para ella, pero también recomendamos que no lo hagan todos los días pues los pacientes pueden acostumbrase demasiado y no hacen un avance en su independencia y entender que están seguros solos también. Amelia necesitara quedarse un tiempo aquí hasta que veamos que mejora en cosas de la vida cotidiana como comer, hablar y asearse sin que nadie se lo ordene, también hasta que estemos seguros de que no intentara quitarse la vida de nuevo.
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Conociendo a Micaela
RomanceMicaela es una mujer de 45 años con raíces afroamericanas y latinas, que está consumida por la rutina del diario vivir, casada hace 20 años con un marido que la ignora por completo y dos hijos en plena adolescencia. Llegara a su vida Amelia y Gonza...