capitulo Unico

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iban ya tres sábados seguidos que que asistían a la nueva discoteca.

a Jisung le encantaba escuchar la música resonar en sus oidos mientras bailaba y toma olvidando el mundo entero, y que mejor que pasarla al lado de su mejor amigo; minho.

siempre fue así, los mejores amigos desde niños, donde un día unos de ellos era los que veían a la gente tomar y ahora ellos son los que ven a los niños viéndoles tomar. pero que importa, mientras estén juntos todo es felicidad, porque así es la amistad.

Jisung manejaba ya imaginándose la divertida noche que pasara junto a sus amigos, porque también invito a mas que de seguro ya estaban en la fiesta. Iban un poco tarde porque minho no quería irse hasta terminar el trabajo que durante dos semanas lo postergaron. una vez que terminaron salieron volando al auto rojo Cabriolet de Jisung quien ubico una música aleatoria y que para Félix aquello era excelente, así lo entretenía y lo relajaba, porque eso de estar en silencio con su mejor amigo últimamente le pone nervioso.

hace tres meses que el peli-gris acepto sus sentimientos hacia Jisung. Se maldecía bastante ya que por su culpa su amistad podía arruinarse. tenia miedo y mucho. una amistad de años podía ser perdida por sus estúpidos sentimientos. pero el simple hecho que cada día su mejor amigo este mas guapo no le ayuda, ¿ desde cuando lo ve de esa manera? si para el siempre fue el chico talentoso y tierno que lo acompañaba hace años. bueno, sigue siendo igual, pero se añadió el hecho de que su hermosura cada día aumenta. era todo un príncipe.

mira a Jisung a su lado, justo conecta su mirada por segundos y aquello fue suficiente para que minho se sonroje y cambie su mirada rápido. El menor ladeo su cabeza confundido y con una sonrisa siguió mirando el carril, mientras sus cabellos rubios se movían por el viento.

Minho respiro hondo y de reojo nuevamente lo miro; quedo templado. El hermoso perfil de Han no le ayudaba a procesar que ahora mismo a los ojos de Lee era casi un dios griego. sus cabellos moviéndose, esos voluptuosos labios rosados, la camisa crema holgada, la perfecta y marcada mandíbula y esa piel blanquecina y suave que se percibe desde kilómetros lo dejaron al mayor casi hipnotizado, si no fuera por el menor que toco el clapson para que el auto de adelante se mueva.

Volvió a la tierra moviendo su cabeza rápido de lado a lado, que pensaría Jisung si se entera que su mejor amigo se enamoro de el. De pensarlo le daba pánico y se notaba porque comenzaba a tronarse ligeramente los dedos. Jisung conociéndolo lo miro.

- ¿Todo en orden, Honnie?

su corazón latió mas rápido ante el apodo. No solía usarlo, pero ahora no había momento para contarle la razón cuando conecto sus ojos con los hermosos ojos de sus amigo, gracias al estar manejando tuvo que apartarlos.

- todo bien - responde minho

- si no quieres ir solo dime, puedo regresar... no quiero que te-

-esta bien, Jisung. realmente estoy bien

Justo paro por el semáforo, así que el menor lo miro para examinarlo y minho volteo la cabeza cerrando sus ojos, soportando la mirada seria de su amigo sobre el.

- bien...- suelta Jisung y suspira, deja una mano al volante y rápido con una mano libre saco de un pequeño bolso un labial para pasarlo suavemente sobre sus carnoso labios.

Minho paso saliva cuando lo noto.

era obvio que no estaba bien porque cada mínima acción del menor lo dejaba mal.

- solo tienes que pedirme el labia y te lo daré, no tienes que mirarme con ojitos de cachorro- ríe, se había dado cuenta que se le quedo mirando.

Jisung le entrego a la vez que arranco el auto una vez el semáforo cambio su color. Minho con el labial en sus manos se repetía una y otra que vez que mantenga la calma, que Jisung no se entere que cada vez que obtiene su labial el menor aprovecha para pasarlo lentamente por sus labios y saborearlo. Ni tampoco la sudadera de Jisung que ahora lo utiliza como su mantita. Tampoco las pequeñas cosas que le roba, para Jisung pueden ser insignificantes pero para minho significa el mundo entero.

jisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora