Oikawa e Iwaizumi se quedaron en casa de Kageyama mientras este último dormía. Ya de noche, Hajime decidió irse y su amigo se quedó solo cuidando del pelinegro, a quien se le bajó bastante la hinchazón y el dolor pasada la noche. Aun así, Tooru no le permitió a Tobio volver a su rutina, insistiendo que solo había pasado un día desde que le sacaron las muelas del juicio.
Así pasaron ese día, hasta que llegó la madre del pelinegro a la casa. Ella entró con sus llaves, y se asustó un poco a verlo sentado en el sofá de la sala de estar.
"Ah, Oikawa-kun... Disculpa, no sabía que estas aquí." Dijo Akiko con algo de vergüenza.
"No se preocupe. Solo quise quedarme para asegurarme que Tobio estuviese bien." Oikawa, con bastante autocontrol, le habló cortésmente a pesar de la molestia que sentía contra ella.
"Ah, sí, lo de las muelas del juicio." La mujer señaló, como si recién en ese momento hubiese recordado, lo que no ayudaba a apaciguar el enojo de Tooru. "¿Todo bien con eso?"
"Sí, todo bien. Tobio ahora está durmiendo."
"Bueno, muchas gracias, Oikawa-kun." Akiko sonrió cálidamente mientras le agradecía. "De seguro tienes otras cosas que hacer..." El castaño entendió perfectamente lo que intentaba iniciar la mujer, pero él no podía retirarse aun, no sin hablar con ella sobre su hijo.
"Kageyama-san, ¿tendría un minuto para conversar conmigo?" La mujer se detuvo y lo quedó mirando extraña por algunos segundos, hasta que accedió.
"Claro, dime..."
Nervioso, Oikawa sacó de su bolsillo el frasco de píldoras que encontró en la basura y se lo entregó. Ella al instante lo inspeccionó en silencio para luego mirar al joven esperando que se explicara.
"Encontré eso ayer en la basura." Al instante, Akiko frunció el ceño de forma muy marcada. Oikawa notó que parecía estar apretando los dientes con fuerza, haciéndola lucir más enojada que preocupada.
"¿En la basura?" Preguntó ella con una voz grave mientras alternaba su mirada entre el frasco y él.
"Sí. Me preocupé cuando lo vi, y me preocupa que Tobio no esté siguiendo algún tratamiento médico que necesite." Oikawa vio como la mujer asentía lentamente con la cabeza.
"Gracias por avisarme."
"No sabía como plantearle el tema a Tobio, para no entorpecer más el tratamiento y se cierre totalmente a él, pero si su psiquiatra lo considera pertinente puedo hablar con él para-"
"No, no te molestes. Yo me encargo." Le contestó de forma cortante Akiko, algo que impactó levemente a Tooru.
"No es molestia." Oikawa insistió. "En mi experiencia, puede que él y su psiquiatra no estén en la misma sintonía, que no se sienta muy cómodo, y que rechace el tratamiento..." Ofreció, recordando los conflictos que él mismo tuvo con su propio tratamiento.
"Ok." Dijo ella, sin cambiar su tono cortante. "Ve a tu casa, Oikawa-kun."
'Está siendo brutamente honesta para decir que me largue...' El castaño pensó, y sin saber que más decir, optó por consentir los deseos de la mujer. "Ok." Dijo mientras se acercaba a la puerta y la mujer lo seguía. Justo antes de salir, sacó un papel donde había escrito su número celular. "Tome, por si acaso." Ella tomó con algo de recelo la hoja que le extendía. "Hasta luego, Kageyama-san."
Salió rápidamente de la casa después de eso. Sinceramente, por más que él considerara que la mujer era distante con su hijo, esperaba una reacción distinta por parte de ella. Esperaba más preocupación, o incluso tristeza o confusión... Que manifestara el pesar por el bienestar de su hijo, y replanteara su responsabilidad al respecto. Sin embargo, Akiko parecía estar simple y puramente enojada...
Sacudió su cabeza de un lado al otro como si quisiera con ese gesto limpiar sus pensamientos. Trataría de estar cerca del pelinegro, para ayudarlo en lo que necesitara.
Tobio comenzó a despertar con esfuerzo. Su cara ya no le dolía casi nada, y eso le había permitido tener un mejor descanso que la noche anterior. Comenzó a escuchar pasos que parecían ser de alguien subiendo la escalera.
'¿Oikawa-san sigue aquí?' Se preguntó aun adormilado. Sin embargo, a los pocos segundos la puerta de su habitación se abrió estrepitosamente provocando que terminara de despertarse. En la entrada, se encontraba su madre, quien estaba indudablemente furiosa.
"¿¡Me quieres explicar por qué mierda estaba esto en la basura!?" Gritó ella tirándole un frasco que reconoció al instante. Se comenzó a sentir asustado, y con esfuerzo volteó a ver a su madre... Pero no se atrevía a decir algo. "¿¡Tienes idea de lo costoso que son esos medicamentos!?" Kageyama bajó la vista con vergüenza. "Y más encima ese amigo tuyo... ¡¿Que me tenga que enterar de todo esto por él?!" Al oír eso, el joven la volteó a ver confundido.
"¿... Qué...?"
"¡Él encontró las pastillas! ¿¡Te das cuenta de la gravedad de todo esto!?" Akiko exclamó, mientras Kageyama comenzaba a sentir nauseas. Ahora Oikawa sabía que él estaba dañado, y que lo obligaban a tomar esa basura como si fuera un demente.
'Espera... Tal vez no sepa que son míos...'
"¿Realmente eres tan idiota? ¡Tu nombre está en el puto frasco! ¡Obviamente sabe que son tuyos, y que eres un maldito problemático que tiene que drogarse!"
"¡Es que no lo puedo creer!" Seguía reclamando Akiko. "¿¡Cómo puedes ser tan inconsciente para hacer algo así!?" Escuchar a su madre rabear empezaba a irritarlo.
"Esas cosas me hacían sentir mal..." Contestó débilmente el joven. "Me dolía la cabeza, me sentía mareado y-"
"¡Bueno, eso debiste decírselo a la psiquiatra para que te recetara otra cosa, no sé... no haber botado el medicamento! ¡Me rompo el lomo trabajando... ¿y para qué?! ¿¡Para que tú te comportes como un pendejo estúpido y mal criado!? ¿¡Por qué no puedes ser más como tu hermana!?"
"¡Sabes que ni siquiera quería ir a esas malditas sesiones! ¡Tú me obligaste!" Tobio gritó sin poder contenerse más. "¡Así que si estás perdiendo dinero, es porque quieres!" Ante la acusación, Akiko quedó descolocada por unos segundos, hasta que volvió a hablar con más calma.
"De acuerdo... ¿No quieres ir más con la psiquiatra? Perfecto, no vayas." El pelinegro se sorprendió al escucharla. "No voy a seguir perdiendo más ni mi tiempo ni mi dinero... Es un caso perdido..." Dicho eso, salió de ahí dando un portazo.
Una vez solo, se quedó inmóvil. Sentía demasiadas cosas en ese momento; por una parte aun sentía la adrenalina por el enfrentamiento con su madre, además de un leve toque a victoria por ya no tener que ir más donde la psiquiatra... Sin embargo, no podía dejar de pensar en que Tooru hubiese encontrado ese medicamento, con todo lo que eso implicaba, para que luego hablara con su madre para delatarlo básicamente... y que, a pesar de siempre haberlo pensado, ahora su madre le estaba confirmando que lo consideraba un caso perdido.
Se acomodó en la cama abrazando la almohada, y comenzó a llorar silenciosamente mientras pensaba en lo solo que se sentía.
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Punto de Inflexión [Oikage]
FanfictionKageyama lleva una vida normal. No era la mejor que existía, pero podía manejarse con ella. Tenía su rutina y un futuro ya planeado en su mente. Sin embargo, llega un momento en el que nos cuestionamos si podemos seguir con la misma dinámica, e incl...