Josie Salvatore podría batallar con ser hija de Stefan Salvatore, el salvador del mundo mágico. También podría a veces luchar con ser la menor de las chicas y la hija mediana. Pero ella estaba segura, absolutamente, que con lo que no lidiar era esta...
ADVERTENCIA: Este capitulo contiene un poco de obscenidad, leer bajo su propio riesgo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasaron las siguientes horas simplemente acostadas en la cama, hablando y besándose ocasionalmente. Josie se estaba acostumbrando cada vez más a su nueva relación y podía admitir honestamente que disfrutaba pasar el tiempo sin hacer nada con Hope. Nadie vino a molestarlos y ella estaba agradecida por el indulto. Disfrutaba de la pequeña burbuja que tenían en su habitación, donde podían descubrir lo que significaban la una para la otra sin que el resto del mundo se entrometiera.
Después de las once, Hope levantó suavemente la cabeza de Josie de su estómago y dijo — Creo que deberíamos vestirnos y bajar. No podemos escondernos aquí para siempre —
Josie suspiró — Supongo que estas en lo correcto. Probablemente se estén preguntando si nos hemos asesinado la una a la otra —
Hope se rió — Probablemente —
Una vez abajo, nadie se dio cuenta de que se había despertado. Fueron a la cocina y tomaron un poco de cereal, sentadas junto a la mesa de la cocina.
— Buenos días, chicas — Las saludó Klaus mientras entraba por la puerta que daba a los jardines — ¿Ustedes dos durmieron bien? —
— Sí, papá — Sonrió Hope — ¿Y tú? —
— No está mal, aunque estoy convencido de que puedo escuchar a Damon roncando desde el otro lado de la casa — Bromeó Klaus, mientras se servía un vaso de agua — Dormiré mejor una vez que estemos en casa de nuevo y no tenga que relajarme todo el día. Nada arruina más mi sueño que relajarme todo el día —
— Klaus, realmente eres la persona más alegre del mundo, ¿no es así? — Bromeó Hayley mientras entraba a la cocina — Cálmate, verás tu preciosa casa en dos días. Buenos días, chicas. Espero que no esté arruinando tu mañana con su odio por las vacaciones —
— Buenos días, mamá. Me gusta tu vestido — Le dijo Hope a Hayley, con total normalidad.
Josie, por otro lado, sintió que se le contraía la garganta. El cereal en su boca no sabía a nada y luchó por tragarlo. Dos días. Ella no lo podía creer. ¿Cómo había olvidado que Hope siempre se quedaba solo dos o tres semanas, porque sus padres tenían que trabajar ya Klaus realmente no le gustaba la Pensión? No es que no regresaran durante el verano, para cumpleaños, asados de los domingos y partidos de Quidditch, sino que solo se quedaban aquí durante las primeras semanas de cada verano. Hope se iba. Cualquier paz extraña que hubieran encontrado se rompería y Josie tendría que lidiar con todas estas revelaciones por su cuenta.
— Josie, ¿estás bien? — Preguntó Klaus, inclinándose a su lado. Hope y Hayley detuvieron su conversación y la miraron siguiendo la pregunta de Klaus.
— Estoy bien — Dijo rápidamente, los tres Mikaelson mirándola intensamente la hacían sentir incómoda — Estaba soñando despierto con recuperar mi habitación — La broma sonaba falsa incluso para sus oídos, pero nadie la comentó.
