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Besos húmedos, jadeos y suspiros era lo que se escuchaba en el baño, en el baño del restaurante más caro de toda España
–ah, Rubius– el menor mordía su labio intentando frenar los gemidos que salían de su boca
–deja de taparte la boca cariño, no hay nadie aquí– susurraba –déjame escuchar esos lindos jadeos– sus manos viajaban en la cintura del menor apretando y masajeando con posesividad
Quackity se estremecía con cada toque de esas largas y frías manos, no sabe por que llegaron a esa situación pero realmente la estaba disfrutando, disfrutaba cada maldito roce que el rubio le daba peroqueríamás.
Hundió sus manos en los cabellos del rubio y movió sus caderas en busca de más atención
Se notaba que el rubio sabía lo que hacía con el menor.
–Quítate la ropa– Su voz, su voz había cambiado –Está vez no voy a ser cuidadoso me entendiste?– Un tono que quackity nunca había escuchado.
Alex acató sus órdenes y se quitó toda la ropa quedando totalmente expuesto ante él
El mayor lo volteo dejando expuesto su lindo y redondo trasero
–Por... Que... ah!– su hablar se vio interrumpida por las manos que tocaban su cuerpo –eres... ah, el único-o vestido?–
–Por que soy el que está al mando cariño– su mano pasaba en el abdomen del otro hasta que llegó a la llorosa polla del menor y la frotó con un vaivén lento
Lágrimas empezaban a formarse en sus ojos cayendo por sus mejillas sonrojadas, sintiendo demasiado
–Dios mío– el estremecimiento en cuerpo hacía que su piel ardiera. Esas manos eran embriagadoras en su cuerpo, su cuerpo pedía a Rubius.
La mano iba cada vez más rápido, quackity soltaba jadeos descontrolados y sintió su estómago revolverse, sabía que se iba a correr pronto
El rubio se dio cuenta por las contracciones que el pequeño cuerpo desprendía así que dejó de tocarlo.
–No creas que voy a dejar que te corras, tienes que esperar hasta que esté dentro–
El mayor se preparó y entró, su visión se nubló, las lágrimas regresaban a sus ojos. Su novio estaba siendo muy brusco, pero no iba a mentir, le encantaba demasiado esa versión de él
–Es así como quieres que te folle no?– salió completamente de él y entró de una estocada haciendo que el castaño gritara –Fuck! yes, i want you to fuck me so deep!– el menor estaba ansioso, hacía tiempo no tenían sexo por trabajo así que los dos estaban desesperados.
–if you want that you have to do something for me sweetie– volteo al chico agarrando su pierna apoyándola en su hombro y sin previo aviso embistió. La profundidad hacia que el rubio tocará su próstata haciendo que gritara. Sus piernas temblaban, su cara estaba sonrojada y lágrimas resbalaban en su pálida y suave cara.
–Mirame– quackity subió la mirada encontrándose con esos hermosos ojos que tanto le encantaban.
El contacto visual que tenían era intenso, los dos se deseaban incontrolablemente
Beso sus labios hinchados, mordiéndolos. Sus caderas empezaban a moverse por si solas, el agarre en su cintura se hacía cada vez más fuerte, sabía que mañana habrían moretones en todo su cuerpo.
–Mierda– el rubio echo su cabeza atrás gimiendo, el fuerte choque de cuerpos no tardo en hacerse presente.
–Rubius ah!–estaba cerca de llegar a su clímax El mayor solto un gruñido al sentir como el lugar se hacía cada vez más estrecho, dando sus últimas embestidas hasta que se corrieron al mismo tiempo.
Respiraban agitadamente intentando recuperar el aliento
Quackity lo miro a los ojos. Los vio brillosos, los vio llenos de lujuria.
Los dos se unieron en un beso necesitado, un beso que demostraba todo su amor
–No creas que esto va a ser lo único Quacks– ese susurro provocó un escalofrío en su cuerpo haciendo que su espalda se arqueara
