Capítulo 7

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Yoon Seungho

Me siento terrible.

Hay una gigantesca torre de culpa sobre mí en este momento. Ni siquiera puedo poner atención a la clase.

¿Qué haré sin apuntes? Jihwa no es un buen candidato para compartirlos conmigo.

¿Porqué hice eso? ¿Porqué?

Todo comenzó hace unos días, fue el día de mi primer partido como portero titular.

Nakyum apareció de la nada y me emocioné como un loco. Todo lo que había alrededor dejó de existir en cuánto lo vi. Estaba ahí mirándome y aplaudiendo nuestra victoria. Sólo corrí para hablar un poco y fue extraño, pero en ese momento imaginé que lo besaba frente a todo el mundo.

Él me acompaño a la biblioteca y al escondernos de Min, otra vez tenía ganas de besarlo. Quería aprovechar mi oportunidad y besarlo bajo ese pequeño escritorio donde nadie pudiera interrumpirnos.

Quería tranquilizarme, pero tampoco quería dejar de pasar el tiempo con él. Así aproveché la oportunidad y lo llevé conmigo a cenar.

Ahí empezó mi primer comportamiento incorrecto. Fingí que no sabía dónde estaba ese local de hot dogs, sólo para pasar con él, la mayor cantidad de tiempo posible. No quería que la noche terminara tan rápido.

Ahí mismo, mientras cenábamos juntos, no era capaz de quitarle la mirada de encima, hablamos tanto que volví a imaginar que lo besaba. Me vi a mí mismo tomando su rostro para unir mis labios a los suyos. En mi fantasía, él correspondía y asentía con la cabeza diciéndome que estaba bien, que podía hacerlo. Luego volví a la realidad y tuve problemas con mi corazón. A ese ritmo pensé que me daría un infarto, o algo así.

Pero bueno, a lo que iba. Fuimos a los columpios, fue divertido, le jugué una broma y él cayó.

Se veía tan tierno inflando las mejillas.

Pasó lo peor. Debería sentir vergüenza de mí mismo.

Lo abracé en un impulso y como un loco comencé a liberar mis feromonas sin control. Fui consciente de ello, lo hice porque en serio estaba fuera de mis cabales. Mis feromonas flotaron por todas partes.

Lo sentí corresponder a mi abrazo, me apretó fuerte y respiro profundamente.

Todo fue producto de mis feromonas. Yo... lo estaba controlando.

Soy terrible, el peor.

No soy capaz de mirarlo. Las cosas se volvieron incómodas por mi culpa. Debe ser bastante obvio que lo estoy evitando.

—¿Qué pasa contigo? — la clase termina y Jihwa me hace salir de mis pensamientos cuando pregunta.

—Tengo que ir a entrenar— lo ignoro. No estoy de humor para hablar de tonterías. Tampoco quiero que Min aparezca cera de mí.

Rumbo a la cancha de futbol, me topo con los de atletismo, están entrenando y por supuesto, Nakyum esta ahí. Lo veo correr una distancia corta, supongo que no lo hace a su mejor ritmo, es sólo entrenamiento.

Somos amigos, siempre lo hemos sido ¿Qué demonios pensaba al usar mis feromonas en él?

Ay no. No podré mirarlo a los ojos en mucho tiempo.

—Hey— estaba descuidado. Llega corriendo hasta mí. Sonríe y pasó saliva para aliviar la sequedad en mi garganta—. No te dejes llevar por la primera impresión, no corro así de lento.

—Lo sé. Seguro eres más rápido— le digo sin muchos ánimos y camino en pequeños círculos.

—Oye— vuelve a sonreír. Por dios que pare de hacerlo—. ¿Tienes algo que hacer el miércoles de la próxima semana?

¿Destinados? (Pintor Nocturno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora