El sol ya se había ido a dormir cuando en medio de la fiesta: con la música a todo volumen, y la carne en le asador; un Cerdo comenzó a fardar de ser la persona mas fregona de este lado del rio. Diciendo venir de los barrios bajos del inframundo, pero nunca a llevado paquetes en la mera mata de la independencia.
Ya con la influencia del alcohol en el cuerpo, el gorrino de mejillas regordetas quiso jugar a los albures, y yo, con lo torpe que soy caía redondito en su juego. Entonces se acerca al asador el perro viejo, el Jefe. El ya ha vivido lo suyo, y la misma vida le ha pasado factura haciéndolo caminar con un bastón.
Cuando entro el Jefe a la jugada, el puerquito se dio de bruces contra un grande, por que mi apa es bueno pa' los albures. Con el orgullo herido el dijeron al jefe:
—Eh don, cálmese. Por que así como va de chueco, con migo no va a salir caminando.
Esto me hizo enojar y lo empuje hacia atrás asiéndolo caer al suelo. Le dije:
—Sí alguien no va a salir de aquí bien, serás tu. Si te metes con el jefe, te metes con migo.
Sabrán que lo que no tengo en inteligencia, me sobra en fuerza. Doy fe de que es cierto, pues desde la luna hasta Saturno lleno tráiler de sol a sol.
Mi hermano, quien no es sino, la versión mejorada del jefe y de mi; salió a respaldarme. Palabras no hicieron falta, solito se levanto el cerdo, se sacudió sus nalguitas y excuso un:
—Eh tranquilos, solo era broma.
Después de eso, quiso cambiar la tacita y saco de su bolsillo un maso de cartas.
—Que don. "Trai" feria pa' jugar o tiene miedo...
el pero viejo del jefe no se deja amedrentar por el gorrino y acepta jugar con el cerdo y con un toro, quien se quiso unir.
la primera mano la perdio el jefe y el puerco no perdio tiempo.
—Pues no que muy gallo don...
Deslice mi mano hasta mi bolsillo y toque mi navaja, ahorita no me importaba nada. Ya me había colmado la paciencia. Mi hermano me tomo del brazo y me miro para impedir que cometiera una locura. Solo me miro y me paso otra cerveza.
Ya era muy noche y el toro y el jefe habían estado ganando, pero el puerquin al de unas cuantas manos se volvió a sacudir sus nalguitas y se fue de la fiesta, con el orgullo mas torcido que la pata del jefe y con moscas en los bolcillos.
La leccion que hay que aprender, Es que no hay que meterse con los perros. Por que si te metes con uno, te metes con todos. Y que si te metes en serio, te sacaran los colmillos
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Voz al Viento
De TodoTrabajo en un mostrador entregando paquetes y tengo muchos lapsos de tiempo libre. En estos espacios aprovecho para escribir. Por que aunque mi cuerpo este quieto mi mente vuela y me sirve para practicar mi redacción