Capítulo 2

12 1 0
                                    

Lumine junto a Paimon se teletransportaron al punto donde habían quedado con Childe.
Estaba bastante lejos además de escondido, ¿qué era aquello que tenía que decirle que era tan importante? Muchas ideas y posibles respuestas rondaron por la cabeza de Lumine, quién tras reconocer a la lejanía al pelirrojo aceleró más el paso, pues necesitaba saber qué ocurría.
Sólo esperaba que fuese algo serio y no alguna estúpida declaración.
-¿Y bien? - preguntó Lumine mientras se paraba al frente recuperando el aliento.
Childe sonrió levemente.
-Lumine estás en peligros.
-Ehm, siempre lo estoy, quiero decir, no quiero presumir de mis hazañas pero no es una sorpresa- respondió nerviosa.
Childe la miró en silencio.
-Los 11 van a por ti. Bueno, los nueve restantes. Ya me entiendes.
-¿No fue así desde siempre?
Childe miró al suelo porque sabía que detrás de esa pregunta ella quería decir mucho más. Cierto es que tuvieron aquella batalla en Liyue, pero el pasado es pasado.
-Está vez es diferente. Todos van a ir a por ti. Juntos.
Lumine sintió unos escalofríos.
-¿Tú también?
Se hizo un silencio entre ambos, pero a pesar de no haber respuesta Lumine ya sabía cuál era.

-Entiendo. Pues que vengan, además, te he derrotado una vez, está claro que lo haré una segunda vez si hace falta.
-Lumine, ¿mataste tú a La Signora?
Responder a eso no era sencillo. Sí pero no, ella ganó un duelo de vida o muerte y sí, el hecho de que ella ganase implicaba que su oponente iba a morir pero no fue ella quién la redujo a cenizas.
Sí, era difícil de explicar.
-No, yo no tengo tanto poder. Ya lo has comprobado.
Childe la evaluó en silencio.
-¿Y qué hay de Scaramouche?
-Tuvimos un encuentro donde me derrotó y casi me mata pero... Me desmayé y luego desperté en un santuario. Es todo cuanto puedo decirte.
Childe suspiró.

-Lumine, espero que tengas fuertes aliados a tu lado, porque los vas a necesitas. Son muchísimo más poderosos que yo e incluso que La Signora, a quién no pudiste derrotar.
Lumine quería decirle que tenía tres arcontes a sus espaldas, un caballero oscuro, una pirata, un samurái errante, un Oni con cuernos, una Miko y no una cualquiera, adeptus... Y perdía la cuenta, claro que tenía aliados, tenía amigos y sabía que estarían dispuestos a ayudarla pero, no iba a involucrarlos en algo que ellos no tenían que ver.
-No te preocupes por mí. Soy fuerte.
Y no exageraba.
Paimon quién estaba detrás observando todo en silencio estaba atemorizada ya que sabía con detalle todo lo que había pasado, temía abrir la boca y decir algo que no debiera.
-Los fatui se arrepentirán si se meten con Lumine. Lumine tiene gente a su lado y además es muy fuerte. No solamente tiene a la mejor compañera del mundo si no que también tiene una misión que hacer en este mundo mucho más importante que perder el tiempo con vosotros-dijo Paimon mientras se colocaba detrás de Lumine.

Lumine no pudo evitar sonreír.
Era cierto, aún tenía que reunirse con Aether, recuperar sus poderes y hacer frente a aquella deidad misteriosa.
-Yo no te he dicho nada, ¿de acuerdo? Es un favor, pero ya te están buscando, no confíes en nadie-dijo mientras se arreglaba la bufanda y se marchaba.
Lumine sabía que en el fondo, aunque Childe fuese un Fatui seguía conservando su bondad, tenía el presentimiento de que acabó formando parte de la Organización para cuidar y proteger a su familia. Era una corazonada.
Childe acabó desapareciendo y Lumine junto con Paimon volvieron a Mondstadt, no quería admitir que no le preocupase el hecho de que la estuvieran buscando, ¿había sido así desde el inicio no?

Por el camino se encontró unas manzanas y las guardó en su bolsillo. Siempre las recogía para él, era un trueque que tenían, una manzana por una canción.
Les tomó más tiempo del esperado y podía escuchar como las tripas de Paimon reclamaban alimentos. Lo extraño era que ella no dijera nada de su boca, estaba preocupada.
-Pasaremos otra vez por la taberna, ¿te apetece?
La cara de Paimon se animó un poco y le dió un pequeño abrazo a Lumine emocionada.
-¡Sí!
Cuando estaban cruzando el puente para entrar a Mondstadt, a unos metros de la taberna el sonido de una lira a la lejanía le llamaba.
Lumine se detuvo.
¿Era la lira de Venti? Giró sobre sí misma para comprobar si estaba a los alrededores pero no había nadie.
Paimon preocupada le preguntó si alguien les seguía.
-¿No escuchas la lira? -preguntó Lumine.
-Paimon no escucha nada... -respondió aún más preocupada.
¿Por qué ella la escuchaba con claridad?
Cerró sus ojos y se concentró para seguir el sonido.
-Paimon puedes ir a la taberna sin mí, ahora vuelvo.
Paimon dudó unos segundos y acabó volviendo a la taberna sola, en cambio Lumine siguió el sonido de la lira, le acabó llevando bastante lejos para cada vez escuchaba con más claridad el sonido.
No podía confundir el sonido de aquella lira, definitivamente era la suya.
Acabó llegando a Levantamiento donde pudo ver a Venti subido sobre el gran árbol tocando la lira.

Lumine se acercó en silencio hasta él.
-Pensé que ibas a estar bebiendo hasta la noche-se burló.
Venti se giró para sonreírle.
-Está atardeciendo, claro que voy a beber hasta el anochecer pero me gustaría tener algo de compañía.
Lumine se acercó y juntos se sentaron debajo del gran árbol, la brisa del viento era agradable y Lumine sentía cómo al haberse relajado el cansancio recaía sobre su cuerpo.
-Viajera, parece que has ido lejos-dijo mientras se tumbaba estirando su capa para apoyarse sobre su codo derecho pudiendo ver mejor a su acompañante.
Lumine no pudo evitar cerrar los ojos por unos segundos.
-La verdad es que sí-susurró mientras le miraba de reojo.
Sentía que le iba a saltar el corazón, Venti tenía los ojos más hermosos que había visto jamás, era bastante lindo, le parecía hasta irresistible.
"¿En qué estas pensando Lumine? " Se dijo así misma avergonzada.
-Parece que has tenido un día duro a pesar de que empezó bastante bien-rió Venti-cómo recompensa te cantaré una canción sólo para ti.
Lumine rió nerviosa.
-Vaya, que agraciado es usted-dijo mientras torpemente intentaba hacer una reverencia.
Venti se sentó cruzando las piernas mientras tocaba unos acordes en su lira.
-Póngase cómoda, mi querida viajera.
Lumine se tumbó en la hierba y cerró los ojos.
-No vale dormirse.
-No me voy a dormir-dijo Lumine mientras abría un ojo para mirarle con cara burlona.
-Más te vale, ni te imaginas la de gente que querría esta oportunidad. Además tengo arriba en el árbol una cesta con vino, pan, queso y algunas frutas así que espero que puedas acompañarme.
-Ni lo dudes.
Venti comenzó a tocar una canción suave mientras la miraba, yacía tumbada, estaba claro que estaba cansada y hacia su mejor esfuerzo para no dormirse. Sabía que se había reunido con el Fatui y no le hacía mucha gracia porque también sabía cómo se sentía respecto a ella.

Pero era normal, se trataba de alguien extraordinaria. ¿Cuántas veces conoces a alguien así en tu vida? Ni en toda su larga vida había conocido a alguien tan excepcional...
Terminó la canción y efectivamente, Lumine se quedó dormida plácidamente.
En breves anochecería y ambos estaban bastante lejos de la ciudad.
¿Debería despertarla? Se veía cansada.
¿Qué debía de hacer?
Lumine se colocó de costado para seguir durmiendo, se le alborotó el cabello y algunas hierbas se le habían pegado a sus cabellos dorados.
Acarició aquellos hilos dorados con cuidado y temor, retirando la hierba y colocándolos detrás de su oreja.
-Aether no me dejes, vuelve por favor... -susurró mientras fruncía el ceño cerrando los puntos.
Venti no pudo evitar sentir lástima por ella.
Unas lágrimas resbalaron hasta sus mejillas.
Venti acercó su mano para limpiarlas.
Se quitó su capa y la extendió para que recubriese a ambos, también se quitó su sombrero y con cuidado lo colocó debajo de su cabeza para que pudiera descansar mejor.
Sentía la fuerte necesidad de cuidar de ella.
Se tumbó cerca suya sobre el costado apoyado sobre su codo mientras contemplaba su rostro.
Venti jamás imaginó poder tener este tipo de sentimientos.
¿Qué debía de hacer al respecto? ¿Ella se sentiría igual? Venti sabía que no era nada masculino a diferencia de muchos otros hombres que conoce Lumine, pero sentía que a veces en su mirada... Había algo.

Venti sacudió la cabeza apartando todas esas ideas. Colocó su mano sobre el puño de Lumine y lo acarició unos segundos.
Se quedó pensando sobre lo que habló con ese Fatui, no iba a permitir que hicieran daño a Lumine.
Se sentía extraño, ¿desde cuándo sentía la necesidad de pelear?
Hacia años que renunció a ello.
Muchas ideas rondaron por su cabeza hasta que fue presa del cansancio y acabó durmiendose también.

👻👻👻

Holaaaa!!! Ambos personajes andan un poco tímidos para acercarse el uno al otro jejejejeje
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy❤❤❤
Cuídense y nos vemos en el siguiente capítulo 🚕🚕

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 30, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Más dulce que el vino. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora