capitulo 3

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Me desperté al escuchar el molesto sonido de la alarma, la tiraría de no ser que es mí celular el que hace el ruido.
Me levante de la cama y fuí directo al baño, encendí el agua caliente y espere a que llenará la tina. Me desnude y me mire al espejo, los recuerdos de mi cuerpo delgado se hicieron presente, esa fue una etapa de mi vida a la cual no quiero volver. Estoy orgullosa de ver la diferencia en mi cuerpo actual con la anterior. Sonreí y me metí a la tina. Después de una larga ducha me puse mi uniforme y salí corriendo a la cocina donde se encontraban mis padres.

-- Buenos días-- salude a ambos con un beso en la mejilla

-- Buenos días cariño ¿quieres unas tostadas? -- pregunto mi madre mostrandome las tostadas

-- si por favor -- me acercó las tostadas y procedí a comerlas

-- mi amor, tu madre y yo estuvimos hablando y creo que es momento de que hagas tu prueba de conducir pero, aun te falta algo de práctica así que esta semana seguiremos con las prácticas -- estuve a nada de escupir la tostada que se había quedado estancada en mi garganta, siempre creí que tendría la licencia de conducir a los 20 o incluso más

-- ¿encerio? -- pregunte y ellos asintieron -- muchas gracias -- me termine la tostada y me despedí de ellos para ir al trabajo

Pase de nuevo a la joyería y mire aquel anillo, estaba a nada de comprarlo y me estaba comenzando a emocionar.
Mire a mis alrededores y vi a una familia de chicas con su pequeña niña jugando en el parque, sonreí al imaginarme así a Jennie y a mí en unos años. Siempre les dije a mis padres que nunca tendrían un nieto y no sólo porque soy lesbiana, sino porque no tengo la paciencia para un bebé, pero últimamente cada vez que veo a un bebé tengo ganas de tener uno, uno con Jennie, si no es con ella entonces no es con nadie.

Después de una larga caminata llegue a la cafetería, por suerte estaba vacía ya que aún no estaba abierta, hoy trabajaba el turno de todo el día.

--buenos días señor -- salude a mi jefe con una sonrisa y el me la devolvió

-- buenos días manobal ¿como va tu mañana? -- me dio mi delantal y me lo puse para comenzar a limpiar las mesas con el

-- por el momento bien ¿usted?

-- no me puedo quejar -- el señor yejun o como algunos le decían "don yejun" es un señor de aproximadamente 50 años, cabello negro con algunas canas, barba un poco larga y blanca, Delgado pero con buen físico y un poco alto, algunas señoras vienen al café para coquetear con el pero prometio serle fiel a su esposa incluso después de haber muerto en un terrible accidente, recuerdo las palabras que dijo el día que me confeso aquello "mi corazón siempre le pertenecera a mi esposa, quizás no este físicamente aquí con nosotros pero esta en mi corazón, es suficiente para sentirme feliz y se que fuí amado por la mujer a la cual ame y aún amo."

-- hoy será un día movido ¿no? -- le pregunte al señor yejun

-- se acerca el invierno, supongo que si, quizás gracias a eso ya consigas el dinero suficiente para el anillo -- le había mencionado lo del anillo cuando le pedí las horas extras. Asenti y abrió el café

La cafetería no es tan grande, es por eso que no hay muchos empleados, en la cocina se encargan el señor yejun y su hijo, en meseros su hijo mayor y yo, si, soy la única mujer en la cafetería. Mi padre es amigo del señor yejun es por eso que cuando abrió la cafetería me dio trabajo inmediatamente, llevo trabajando con el al rededor de 3 años, inicie trabajando para ayudar a mis padres con los gastos de la casa y los ahorros de mi Universidad, pero ahora hay otro motivo.

-- hey manobal -- Doyun, el hijo mayor de yejun, un chico de 25 años, cabello negro amarrado en una coleta, sin barba y buen físico, otra razón por la cual las chicas vienen a la cafetería.

Mi estrella favorita (Jenlisa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora