Habían pasado unos días desde mi último encuentro con Lisa en la embajada. Aquella noche llegué a casa y no pude ni siquiera dormir, pensé que mi llanto no pararía al igual que la lluvia que resonaba en mis ventanas. Hank se quedó a mi lado cuidando de mí como si yo fuera algo tan frágil que en cualquier momento se rompería. Prácticamente no se movía y le oía llorar a mi lado, como si supiera que mi corazón estaba roto, una vez más.
¿Por qué? No lo sabía... solo tenía claro que tenía ganas de soltar todas las emociones contenidas que los encuentros con Lisa me producían. El miedo enorme a repetir la historia me hacía encerrarme más en mí misma, sobre todo porque sabía que mis sentimientos, por mucho que me negara a afrontarlos, seguían intactos, seguían siendo los mismos, y lo peor es que quizá eran más fuertes ahora.
Sin duda mi vida había cambiado, nuevas caras habían aparecido y lograron durante un tiempo distraerme de todo aquello que mi corazón enterraba. Pero solo verla había vuelto a abrir la herida, solo sentirla la había hecho más profunda y solo saber que la amaba, estaba volviéndome loca.
Tenía claro que no podía repetir los errores del pasado. Era hora de pasar página, de continuar, y esta vez de verdad, con la nueva vida que había decidido para mí. Jimin tenía razón, era momento de avanzar, ya había tenido suficiente de tanto sufrimiento por un amor no correspondido.
- Buenos días mi pequeño Hankie - sonreí acariciando al cachorro. - ¿Tienes hambre? - sentí su ladrido mientras me seguía hacia la cocina. - Bienvenido al club, me muero de hambre - sonreí acariciándolo y dejando su plato en el suelo.
Caminé hasta mi reproductor poniendo mi playlist favorita. Gravy de Dee Dee Sharp sonó a todo volumen.
- Gran día para salir a pasear, ¿no te parece Hankie? - dije bailando y sirviéndome una taza de café. Él me miró y batió su colita antes de volver a terminar su cuenco con comida. Sonreí al verlo tan feliz. Durante estos últimos días prácticamente mi vida había sido un desastre entre el trabajo y mis encuentros fortuitos con Lisa, y si no era por eso, era por mis estúpidas borracheras.
Él no se merecía eso, se merecía ser feliz, tan feliz como lo era cuando lo encontramos. Me di una rápida ducha bailando y cantando al son de la música para luego prepararme para salir. Hank lamió mis descalzos pies mientras me colocaba un jersey y buscaba un abrigo para repeler el frío de fuera. Ya calzada tomé un pequeño abrigo para Hank y salimos a dar un paseo por la ciudad.
El tiempo se sentía estupendo, pese al frío, algunos rayos de sol habían conseguido salir y hacían que el frío fuera más llevadero. Recorrí las calles hasta llegar a un parque donde solté a Hank para que jugara mientras yo admiraba algunos puestos de artesanía cercanos. Sin duda, una de las cosas que más me gustaba de París era su oferta cultural. Podías encontrarte de todo a escasos pasos de ti.
Observé las pinturas a carboncillo de uno de los puestos. Era realmente hermosa, un dibujo perfecto de la Torre Eiffel y el río Sena... sin duda una de mis imágenes favoritas. Recordé que desde el X, la vista se tornaba todavía más increíble. Adoraba cuando los rayos del sol caían sobre ese ventanal... se tornaba maravilloso ver el sol esconderse y crear ese magnífico juego de colores en el cielo, aquel que tanto disfrutaba surcar.
- Es suyo si lo quiere, su alteza real... - levanté la vista para encontrarme con la sonrisa y los ojos brillantes de Mark.
- ¡Mark! - sonreí - ¿Qué haces aquí?
- La pregunta es... ¿qué haces tú aquí? - sonrió - Yo vendo mis pinturas aquí, ¿recuerdas?.
- Oh... lo siento... debí olvidar ese detalle. - él sonrió.
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Reminding you the taste of Heaven
FanficRoseanne no sabía lo que era el amor, no sabía nada del mundo ni de las personas, era dulce y delicada, tierna y entrañable... Era un ángel... hasta que Lalisa Manobal le rompió el corazón. Ahora, solo busca desaparecer todo rastro de la inocencia q...