~MHA-La Hija De Erasedhead: Aizawa Akira~

Orígenes

Aún recuerdo cómo me sentía, tenía miedo, ese sentimiento que me había estado acompañado toda mi vida. Escuchaba explosiones a mí alrededor, solo pude encogerme en una esquina como ya se me había hecho costumbre cuando estaba asustada. ¿Cómo fue que llegué a todo esto?

A decir verdad, no recuerdo exactamente cuántos años tenía, pero mis cálculos me dan un aproximado de 2 años. Me encontraba en las calles buscando algo para comer, una rutina a la que ya me había acostumbrado, algunos días eran más duros que otros, conseguía comida que dejaba la gente tirada en los parques o a veces algunas personas sentían lástima por mí y decidían darme un poco.

Viví de esa manera un tiempo hasta que llegué con un grupo de jóvenes y adultos que, al igual que yo, no tenían hogar y se mantenían con lo que ganaban vendiendo cosas en las calles. He de decir que al principio no les agradaba la idea de tener una boca más que alimentar y los entendía pues sabía lo difícil que era conseguir comida teniendo poco o nulo dinero, estaba a punto de retirarme hasta que llegó un señor mayor que les pidió de favor que me aceptaran y por lo que pude notar él parecía ser quien era el "líder" del lugar ya que nadie se negó a su petición. Se presentó muy amablemente como Antonio, me dijo que ahí me dejarían quedarme en las pequeñas carpas que poseían y también me darían alimento. Si soy sincera no pude confiar rápidamente en ellos, algo que se aprende muy rápido viviendo en las calles, pero con el paso del tiempo me di cuenta que todos eran muy agradables y que Antonio efectivamente era el líder ya que él fue quien acogió a la gran mayoría de los que estaban allí.

De todos los que nos encontrábamos ahí yo era la menor de todos con solo 3 años aproximadamente por lo que aún no había presentado mi particularidad, de cualquier forma, vivíamos de manera "tranquila" hasta ese día... el día donde perdí lo poco o mucho que tenía para ese entonces.

Era un fin de semana común y corriente, me encontraba con el abuelo, como comencé a llamar a Antonio, jugando ajedrez cuando afuera se empezaron a escuchar voces y disturbios, no teníamos idea de que era por lo que el abuelo salió a investigar junto con varias de las personas con las que vivíamos. Antes de irse me pidió que pasara lo que pasara no saliera de donde me encontraba y que haría todo lo posible por regresar cuanto antes. El problema fue que... él nunca regresó.

Hice lo que pidió, esperé y esperé en uno de los rincones de la habitación donde me encontraba hasta que no pude con el hambre y tuve que salir a buscar alimento, fui a donde guardábamos la poca comida que teníamos de reserva, no quedaba mucho. Decidí que comería solo lo suficiente y esperaría a que él regresara, pero como ya dije, eso nunca sucedió. Eventualmente me terminé las reservas y tuve que salir a buscar alimento, pasé así unos meses vagando nuevamente hasta que una mañana desperté llena de Flores lo cual me extrañó ya que no recordaba haber estado cerca de ninguna cuando me fui a dormir en aquella banca, pero no le tomé demasiada importancia en ese momento ya que estaba demasiado ocupada pensando en dónde iría en busca de comida.

Me levanté y comencé a caminar por el parque hasta los juegos, más específicamente los columpios, ese era mi lugar favorito para descansar y pensar, estuve ahí un rato perdida en mis pensamientos hasta que me di cuenta que nuevamente estaba rodeada de flores, eso ya no era normal por lo que traté de deshacerme de ellos, pero lo único que conseguí fue crear más por lo que recordé lo que el abuelo me mencionó en algún momento sobre las particularidades por lo que relacioné todo y supuse que mi don era crear flores aunque no lograba entender cómo funcionaba, en ese momento escuché mi estómago rugir por lo que mis dudas quedaron en segundo plano siendo reemplazadas por el sentimiento de hambre.