three. Billy Hargrove's sister

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ɪ ɴ ɴ

ɪ ɴ ᴅ ᴇ ᴍ ɴ ᴇ

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03. ʟᴀ ʜᴇʀᴍᴀɴᴀ ᴅᴇ ʙɪʟʟʏ ʜᴀʀɢʀᴏᴠᴇ.


—¿Cómo es San Francisco? —Fiona pregunta una vez que salimos y nos encaminamos por el estacionamiento sin prisa.

El viento atesta contra mí y me revuelve el cabello. Hago un inútil intento por re-acomodarlo cuando respondo—: Oh, ya sabes. Una bonita ciudad fría con un montón de casas que lucen exactamente iguales.

—¿Qué me dices de los chicos? —indaga, haciendo un rápido levantamiento de cejas mientras una sonrisa se le forma en los labios—. ¿La mayoría eran lindos?

—Sí, lo eran —respondo, al instante—. Aunque algo idiotas, si te soy sincera.

—¿Salías con algún chico en ese tiempo?

La pregunta me saca de balance cuando la realizo dentro de mi cabeza en ese mismo instante. Entonces, un vago recuerdo de mí siendo rechazada por la mayoría de muchachos que llegaban a ser de mi interés, me perfora el pecho.

—No —sueno brusca de pronto, pero me recompongo cuando digo—: Nunca estuve cerca de hacerlo.

—¿En serio? —Sorpresa genuina surca sus facciones—. ¿Por qué?

—Es una larga y aburrida historia —digo, porque es cierto. El simple tema hace que todo mi interior se sumerja en un espeso remolino oscuro, que seguramente sacaría lo peor de mí.

—Tienes suerte de que yo preste atención a todo tipo de historias, sin importar cuán largas sean —me dice en un tono suave. Inmediatamente una sonrisa se pinta en mi rostro.

Conforme avanzamos, mis ojos se topan con un bonito auto de color rojo estacionado, su tamaño es el adecuado y parece ser nuevo. Fiona se aproxima a él y saca las llaves de su suéter, entonces el entendimiento me golpea de frente. Es su auto.

—¿Quieres que te lleve a casa? —pregunta una vez que abre la puerta de copiloto y arroja su mochila al asiento—. No tengo ningún problema en hacerlo, sólo habría de esperar al tonto de mi hermano. Que por cierto, ya debería de estar aquí.

Mi ceño se frunce ligeramente.

—No mencionaste que tenías un hermano.

—Créeme, si estuvieras en mi lugar tampoco lo hubieses mencionado. —Rueda los ojos al cielo, pero una pequeña sonrisa se forma en sus labios al instante—. Me disculpo de antemano si es muy molesto o si comienza a hacerte millones de preguntas, o si menciona lo bonita que eres, porque es algo que seguramente hará.

Las ganas de reír ante aquella suposición eran evidentes, pero no dejo que la acción ocurra.

—¿Qué edad tiene tu hermano?

𝗶𝗻𝗱𝗲𝗺𝗻𝗲 ─ STRANGER THINGS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora