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Los matrimonios arreglados ya  pasaron de moda, pero en la actualidad todavía hay familias que siguen esa tradición, claro que la mayoría lo hacen por negocios, o para saldar deudas, por lo que nunca duran más de dos o un año, exagerado.

Jeon Jungkook, era hijo único, su padre uno de los empresarios más grandes que había heredado el gran imperio Jeon de 4 generaciones exitosas, desde pequeño vivió entre lujos, pero eso no lo detuvo de sacar un título y ejercerlo, aunque no lo necesitara, aún así pudo tener su propia sala de exhibiciones, solo para artistas reconocidos, era de clasificación Vip, pero también, le daba oportunidades a pequeños artistas para que sus nombres se dieran a conocer.

A sus 22 años había logrado organizar varias exposiciones, el dinero recaudado lo donaba a establecimientos de niños sin hogar, o adultos mayores, era alguien noble y de corazón puro.

A pesar de no gustar de las chicas sus padres nunca dejaron de apoyarlo, es más ellos le incitaban a acercarse a los chicos que le gustaban, pero los últimos tres años, tenía cierto flechazo por uno en especial, Kim Taehyung, era el último hijo de 4, los Kim eran una familia muy poderosa, eran exportadores, nadaban en dinero.

Ambas familias estaban al mismo nivel si hablamos de di ero y clase social, reconocidas y famosas.

Pero el último de los Kim, era alguien muy reservado, nunca estuvo envuelto en rumores o escándalos como sus hermanos mayores, cabe recalcar que todos eran varones, tuvo varias relaciones cortas, la última incluso fue un compromiso que se canceló a pocos días de la boda, la mujer con quién salía aseguro que no quería casarse con alguien tan indiferente como él, desde entonces no se involucró con  nadie más.

Ahora a su 25, lideraba una de las empresas que su padre le cedió, cada uno de sus hermanos también lideraba una, pero el había tenido mayor éxito, había logrado tener inversionistas extranjeros, estaba resaltando el apellido y llevándolo con honor y respeto.

El joven Jeon se había enamorado de él en una de las exposiciones que había organizado para un pintor reconocido del país, lo vio acompañado de otro hombre quien dedujo era su amigo, por supuesto que no se acercó a él, se mantuvo observando desde una distancia prudente, pero el encanto natural del castaño lo dejo encantado.
A pesar de tener una expresión neutra y seria, eso no evitó que cayera ante el, amor primera vista.

Su amor platónico duro tres años, donde se dio tiempo de buscar sobre él, quería saber más acerca del castaño, así que investigó mucho, estudios, logros, especialidades, antiguas parejas, prácticamente todo lo que creyó necesario y no tan extremo para ser comparado con un acosador, no, sus padres al verlo tan enamorado del castaño decidieron hacer algo, querían la felicidad de su hijo y en ese momento tenían un proyecto en nacimiento, era una buena excusa para acercarse a los Kim.

- Mamá, en serio me estás diciendo esto, sabes que no aceptaré algo así – su voz grave y con un timbre que a cualquier le erizaba el vello de la nuca se escuchó después de largos minutos de escuchar la propuesta de su progenitora.
- Hijo, cumplirás 26, hace 4 años que nos has estado con nadie, tu padre y yo queremos verte tener tu propia familia, entiendes – hablo ella con tono dulce de madre, el rodó los ojos.
- Y eso se soluciona con un matrimonio arreglado, por negocios, en serio crees que funcionará, además, dices que es un chico, yo no he salido con uno desde que tengo 18 – señaló bebiendo de su vaso de whisky, ella sonrió entusiasmada, lograría su cometido como sea.
- Ellos dieron una cláusula muy.. atractiva, mira el contrato y dame tu respuesta, entonces empezaremos con los preparativos, la boda seria en un mes – el castaño soltó una carcajada sin gracia y cogió las hojas del contrato de negocios que la mujer dejo frente a él.
- Lo leeré, pero no aseguro nada, de acuerdo.
- De acuerdo, avísame si cambias de parecer.

Aprendiendo a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora