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Se dirigían a la casa de los Kim, Jungkook miraba por la ventana, era la primera vez que podría conocerlos mejor, estaba nervioso, se había arreglado para dar buena impresión, llevaba una camisa rosa palo de una fina y suave tela, los primeros 2 botones sueltos, los de las mangas igual, un jean flojo negro con unos tenis blancos.

Cuando llegaron, se apuro a quitarse el cinturón, pero antes de salir la mano del castaño lo detuvo, se volteo a verlo, él en cambio miraba hacia la casa desabrochando el cinturón con la otra mano.

- Quiero que me escuches, cuando estemos allá adentro, no quiero que vayas a ayudar en la cocina o en nada que te pidan, nada, quédate cerca de mi, o con mi madre, de acuerdo – se giró a verlo para saber si escucho, sus ojos detallándolo rápido.
- Por qué no debo ayudar, sería muy descortés no hacerlo – dudo y la dura mirada del otro le hizo arrepentirse de hablar, empezaba a creer que todo lo que decía estaba mal para Kim.
- Solo no lo hagas y ya, así evitamos cosas, si - él afirmo sin decir más.

Salieron del auto y caminaron a la puerta donde antes de tocar su madre salió y los recibió con un abrazo y un beso en la mejilla a su hijo, alago lo bonito que se veía Jungkook y los dejo pasar, adentro se escuchaba las voces de los otros, todos sus hermanos estaban casados y tres de ellos tenían niños, el otro estaba en espera, los niños corrían por la casa.

Todos saludaron al ahora esposo del menor de los Kim, las mujeres se reunieron en la cocina para empezar a preparar todo, claramente invitaron al azabache que estaba a lado de Kim, se giró a verlo y el en serio que lo pensó, - Ve, recuerda lo que te dije – asintio y fue con ellas, claro se puso junto a la señora Kim.

Comieron en el patio trasero donde bajo una gran carpa había una mesa larga, Jungkook se sentó frente al castaño, todos hablaban de cualquier cosa, de sus vidas y lo difícil que era criar un niño, de una cosa a otra pasaron a hablar de los recién casados, algunas de las esposas de los hermanos Kim le preguntaban algo a Jungkook, el respondía, estaba bien hasta que Yugyeom dijo algo.

- Aún sigo sin entender como es que nuestro hermanito se caso contigo, no es por nada pero siento que eso a causado cierta vergüenza a nuestra familia, no lo creen – miro a los demás, claro que sus hermanos no sabían que había negocios de por medio, eso solo lo sabían ellos y sus padres, más algunos socios de ambas empresas.
- Pienso igual, Tae salió con muchas chicas preciosas y mira termino casándose con alguien como tú, ilógico – comento la esposa de Sehun.

La sonrisa del menor se fue borrando hasta quedar como una mueca, bajo la mirada a sus manos, más comentarios del porque no debieron casarse salieron, se mordió el labio, sabía que Taehyung había salido con chicas muy atractivas, pero que le dijeran eso le afectó, los escucho reír y alguien lo codeó, solo se río para que no pensaran que sus comentarios le afectaban, pero lo hacían y Taehyung lo notó a pesar de que parecía que no prestaba atención.

Después todo parecía ir bien, los adultos conversaban y los niños jugaban con el perro de uno de los hermanos, era un San Bernardo de nombre, Berny, Jungkook hablaba amenamente con su suegra, a veces con alguna de las mujeres, en una de esas entro Sehún, el hermano mayor de Taehyung, - Pueden llevar el ponche, ya está la mesa libre – aviso mirando a todas hasta que su vista se poso en el azabache, el negó riendo nervioso, - Vamos yo te ayudaré – dijo la señora Kim, ella lo miró con una sonrisa, y termino accediendo.

Era un recipiente de cristal redondo, para que no fuera tan pesado quitaron la mitad del líquido rojo, el lo cargo con amabas manos, la señora Kim sostenía la tapa y el cucharón con otro recipiente que contenía lo demás, le sonrió y salieron de la cocina, iban hablando de algo, cuando de la nada el enorme perro se lanzó sobre Jungkook tirándolo al suelo, haciendo que el líquido se le regara en cima y el recipiente cayera partiéndose.

Los demás al escuchar el ruido fueron a ver, pero no parecían preocupados.

Cuando Taehyung volvió del baño se encontró con el gigante perro sobre Jungkook quien estaba cubierto de ponche sabor a cereza, el perro le lamía y levantaba las patas delanteras como si lo golpeara, que había pasado, miro a los otros y ellos solo reían viendo eso, nadie lo ayudaba y eso lo molesto mucho.

- Ren, puedes llamar a tu maldito perro – dijo alzando la voz, todos se callaron al momento, miro a su hermano que sonrió.
- Berny, ya déjalo ven aquí – el perro giro y corrió hacia el moviendo la cola como si nada y Jungkook al sentarse bien  vio el ceño fruncido del castaño.
- Jungkook, que te dije – reclamo acerándose a ayudarlo a levantarse, no de manera suave, tiro de él fuerte.
- Y-yo no quise, Tae-
- Ve al auto, nos vamos – sentenció entre dientes, el azabache retrocedió y les dio una mirada a todos, pero ninguno le dio una mirada y se sintió peor, miro a la señora Kim que se mostraba preocupada.
- F-fue un placer, hasta la próxima vez – dijo a la madre y padre del castaño, y salió lo más rápido que pudo de ahí.
- Y ustedes, porque tenían que hacer eso, ya no son unos niños, es molesto que sigan comportándose así – reclamo viendo a sus hermanos que negaron divertidos.
- Hijo, pero no puedes irte así, porque no le das algo de ropa y se quedan, aún es temprano – pidió su padre acercándose para palmera su hombro, pero el negó.
- No, tal vez otro día, pero hoy no – se despidió rápido de todos y fue a la puerta.

Al salir vio al pelinegro parado junto a la puerta del auto secándose con una toalla que alguien del personal debió darle, desbloqueó las puertas y le indico que entrara, una vez adentro apretó el volante e inhaló hondo.

- Te dije que hicieras nada, nunca escuchas – miraba al frente, su mandíbula apretada, en serio estaba molesto por lo sucedido.
- Lo siento, no creí que.. – se animó a verlo, pero se arrepintió enseguida, mejor vió sus propias manos.
- No Jungkook, tenías que hacer caso, nada de esto abría sucedido, pero tenías que.. ah – golpeó el volante y encendió el auto.
- Lo siento, en serio – el auto salió del garaje delantero de la casa.
- Ya, deja de decir que lo sientes, cielos, solo eres una molestia – soltó alzando un poco la voz, haciendo que el se encogiera en su lugar.

Sostenía la toalla en sus manos con fuerza, su labio inferior temblaba, su camisa y pantalón mojados, pensó que sería difícil que su camisa volviera a su color de antes ya que no saldría la enorme mancha que la cubría por completo, miraba por la ventana con los ojitos cristalizados, un par de lágrimas se escaparon por sus mejillas, pero las limpio rápido con el dorso de su mano, el cabello cubría sus ojos, Taehyung lo miro de reojo, estaban en un silencio muy tenso.

Habla notado que lloraba en silencio.

Apenas llegaron, Jungkook se bajó y entro a la casa, Nani fue a recibirlo pero el apenas la saludo con un susurro y subió casi corriendo a su habitación, ella se quedó desconcertada, había visto sus ojos llorosos, espero a que el castaño entrara - Que pasó, porque Kook estaba llorando – pregunto cogiendo los dos abrigos que le pasó, el exhaló – Mis hermanos – solo dijo eso y subió también.

Sentado en la cama con un pequeño botiquín se miraba en un espejo de mano, tenía dos rasguños en su mandíbula al lado izquierdo, el perro lo había hecho cuando se lanzó sobre él y manoteo en su rostro, las lágrimas caían con más libertad nublándole la vista, le temblaban las manos, no escucho cuando su puerta se abrió, se asustó al escuchar la voz del castaño al filo de la cama.

- Estás bien – se limpio las lágrimas como pudo y sorbió la nariz mirando al lado contrario de él, no quería que lo viera así, no de esa manera.
- Si, so-solo estaba.. – se sobresaltó cuando Kim se sentó a su lado y tomo su barbilla para hacer que volteara a verlo, se mordió el labio.
- El perro hizo esto – cuestiono viendo los rasguños, solo afirmó sin poder apartar la vista de los ojos cafés claro del otro, nunca los había visto tan de cerca y eran preciosos.
- Haber, dame eso – cogió el algodón que tenía en su mano.
Lo hizo girar un poco más y presionó el algodón húmedo en alcohol en la zona, siseo por el ardor, pero dejo que siguiera, no estaba siendo brusco, cuando terminó le puso una crema y unas banditas, acaricio su mentón con el pulgar mientras miraba si no tenía otro, pero solo habían sido esos dos.
- Deberías cambiarte, o te resfriaras – aviso levantándose, el solo respondió con un sonido afirmativo y lo vio salir, soltó el aire contenido con su corazón yendo a mil.

Bajo al comedor cuando Leslie le aviso que la cena estaba lista, porque prácticamente se la paso encerrado en su habitación el resto de la tarde, el castaño ya estaba sentado revisando algo en su teléfono, se sentó en su puesto, el cual era diagonal a Kim que se sentaba en la cabecera de la mesa, Jungkook a su derecha.

Comieron en un silencio normal, no era incómodo, Kim noto a Jungkook algo desanimado, mantenía la vista en su plato, en ningún momento volteo a verlo ni por una milésima de segundo, apenas lo conocía de unas semanas, pero sabía que algo le pasaba, más no dijo nada hasta terminar y subir a su habitación.

Aprendiendo a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora