¿Destinados? (Pintor Nocturno)

Capítulo 9

Yoon Seungho

No sé si acabo de arruinarlo todo entre nosotros.

Nakyum esta sumergido en un mar de confusiones y no es bueno al tratar de dar respuestas rápidas.

Creo que si lo hubiera odiado ya me habría pateado. Aunque también pienso que su parálisis puede deberse a confusión genuina. Somos amigos, que tu amigo te bese así de la nada no puede ser cualquier cosa.

Debería disculparme, decir que fue un impulso, usar el cansancio como pretexto, no lo sé.

No se me ocurre nada.

En serio quería besarlo, lo había estado deseando desde hace rato. Él estaba junto a mi quedándose dormido y luciendo tan lindo.

Me sentí un poco mal de verlo cabeceando de esa forma, es por eso que lo acerqué hasta mi e hice que su cabeza pudiera descansar sobre mi hombro. Pasé como una hora debatiéndome entre el deseo de besarlo o el plan de ponerlo sobre la cama para que pueda descansar.

Su respiración cálida terminó por desquiciarme, verlo dormir, notar su expresión tranquila y relajada, sentir su calor corporal. Fue demasiado para mí.

Vamos ¿Cómo hubiera podido contenerme ante todo eso?

Cualquier cosa que hace parece como un ataque directo a mi corazón.

Él esta en mi casa, en mi habitación, duerme en mi hombro, suspira a cada rato y mi única visión son sus labios y rostro a escasos centímetros del mío.

Me observa. Le devuelvo la mirada con cierta familiaridad.

Nos reímos juntos. Eso definitivamente aligera la tensión.

—¿Qué ha sido eso? — pregunta y no lo sé. No esperaba esto, hubiera preferido que se abalanzara sobre mi para besarme como respuesta. Esta indiferencia divertida y que se lo tomé a broma daña un poco mis sentimientos.

—Un beso.

—Eso ya lo sé. ¿Porqué?

—Fue... ¿Fue desagradable? — pongo una falsa cara triste para inquietarlo.

Se lo está pensando.

—No— murmura. Su cara se pone tan roja y claramente me vuelve más complicadas las cosas.

No puedo soportarlo más. Mi cuerpo es cada vez mejor reaccionando ante su cercanía, se me nublan los sentidos al verlo así. Vuelvo a unir mis labios con los suyos, más apresuradamente que antes, lo veo cerrar los ojos y corresponde a lo que hago. Me dejo llevar. Siento la manera que se estremece en las palmas de mis manos cuando comienzo a recorrer la curva de su espalda. Acaricio la piel de su cuello y enredo mis dedos en su cabello. Nos alejamos un poco para tomar aire y mirarnos, el siguiente beso que logro darle se vuelve más intenso. Quiero besarlo más y más, quiero besarlo hasta sentirme satisfecho, quiero hacerlo hasta que ya no pueda más. Lo sostengo entre mis brazos haciendo consciencia de lo bien que encaja en ellos. No quiero parar, lo admito. Pero él tampoco parece interesado en detenerse, de echo lo disfruta. Corresponde sin inhibiciones, estoy enloqueciendo a causa de él. El corazón me late como un loco y me estómago tiene ese cosquilleo explosivo.

Sus manos se aferran a mi cuello y acarician con timidez. Sus labios entreabiertos me dejan hacer lo que quiero y uno que otro gemido placentero se produce en medio de nosotros cuando le doy la oportunidad de respirar.

Lo tomo con fuerza de la cintura y hago que se recueste sobre la alfombra. Aquí esta su almohada, así que estará bien. Me posiciono sobre él y atrapo sus labios después de dedicarle una mirada, encontrando la misma confusión que yo experimento en sus ojos.