'Eres como las estrellas en mis noches frías y oscuras, brillantes e inquebrantables.'
En la década de los ochenta, Raven se preguntaba a cada segundo el por qué la vida podía llegar a ser tan cruel. El hecho de ser una buena o una mala persona no i...
— Vamos, sentadla en el suelo. — Ordenó Nancy, agarrando varios instrumentos de primeros auxilios de las estanterías. Los chicos ayudaron a que Eleven se sentara en el suelo, mientras no paraba de soltar quejidos de dolor. — Vamos a ver cómo de horrible es esa cosa. —
Al levantar el pantalón de la chica, una gran herida hizo que todos miraran hacia otra dirección por la impresión que daba.
— Joder. — Exclamaron todos a la vez, viendo como una cantidad abundante de sangre seguía saliendo de la pierna de la chica. Nancy sacó varias toallas, mientras las mojaba con algún tipo de agua oxigenada.
— Espera, que haces? — Preguntó Max, frenando su mano.
— Limpiar la herida.
— No, primero hay que parar la hemorragia, luego limpiar, desinfectar y limpiar. — Dijo Max. Los chicos abrieron los ojos con sorpresa y miraban confundidos a la chica, todos menos Raven. — Voy en skate, confiad en mí. —
Volteó rápidamente a mirar a los demás. — Mike, necesito que sujetes esto. — Pidió, mientras posaba la mano del chico sobre una toalla para detener el sangrado. Eleven soltó un gran quejido de dolor al sentir la presión en su herida. — Apriétalo fuerte.
— Que hacemos nosotros? — Preguntó Jonathan, cruzándose de brazos.
— Necesitamos agua y jabón. — Ordenó la pelirroja. Ambos chicos se levantaron rápidamente, comenzando a buscar por toda la tienda. Lucas quitó su mochila de sus hombros y tiró al suelo todo lo que llevaba dentro. Max y Raven lo miraban con confusión.
— Algo de esto sirve?
— No creo que ninguna de esa mierda nos sirva. — Dijo Raven, con una sonrisa burlona.
— No. Tráeme un paño y un tazón. — Ordenó la pelirroja.
— Un tazón? — Preguntó confundido.
— Lucas. — Max lo miró con seriedad y Will golpeó el hombro del chico, llevándolo con él.
A Eleven le estaba empezando a costar aguantar el dolor, comenzó a sudar y a hiperventilar. Al parecer, la pareja se dio cuenta en seguida. Raven hundió la mano en su bolsillo y sacó un pequeño bote de pastillas. Sacó una de ellas y se la tendió a Eleven. Max la miraba atentamente.
— Esto es para calmar el dolor. Si te la tomas, dejaras de sentir que te estás muriendo. — Dijo con una sonrisa, intentando animarla.
Eleven agarró la píldora y la metió en su boca, tragándola al instante. — No sé tragarme una pastilla sin agua, no sabes la envidia que te tengo ahora mismo. — Las dos chicas soltaron una pequeña carcajada.
