Muerte

292 33 3
                                    


Capítulo 9




Muerte





Archie corrió emocionado hacia la habitación de sus padres. No hacía mucho que cumplió sus trece años y estaba a punto de iniciar el tercer año de sus estudios en Hogwarts, era feliz, sobre todo viendo que no había decepcionado a sus padres y su desarrollo académico era insuperable.


— ¡Tengo carta de tía Hermione! —exclamó mostrando feliz la misiva en su manos y sin hacer caso de que sus padres aparentemente continuaban durmiendo fue a recostarse entre ellos.


Harry y Severus se apartaron para hacerle espacio disimulando que no estaban precisamente dormidos.


— ¿Y qué dice? —preguntó Severus levantando su brazo para permitir que su hijo se recostara en su pecho. Archie adoraba hacerlo, no importaba que su pastel de cumpleaños tuviera cada vez más velitas.

— Dice que viene el próximo fin de semana y que nos tiene una gran sorpresa. ¿Puedo ir con Ron a recibirla al aeropuerto? ¡Por favor!


Harry y Severus intercambiaron una mirada para después asentir. A Archie le encantaba ir al aeropuerto a recibir a su tía, admiraba el modo muggle de viajar y en secreto deseaba poder hacerlo, aunque Severus siempre menospreciara los aviones y la necedad de Hermione por seguir utilizándolo.


— Tiene que hacerlo. —siempre le justificaba Harry—. Recuerda que por su trabajo se relaciona mucho con squib y muggles que no pueden usar nuestros medios.


Hermione vivía en Italia, era una importante funcionaria en el Ministerio en Roma e intervenía como abogada en delitos entre gente mágica y la que no lo era. Su trabajo la mantenía siempre muy ocupada y sólo viajaba a Inglaterra una semana al año lo cual había suspendido desde hacía dos años cuando sus padres murieron.


Sin embargo, nunca se olvidaba de enviar obsequios a Archie y procuraba escribirles con la mayor frecuencia posible. Archie tenía un retrato de Hermione en un sitio sobre la chimenea de su habitación en las mazmorras, y junto al de ella estaba el de una pequeña niña, hija de Hermione, un par de años menor que Archie. Y aunque no habían convivido demasiado, el chico sentía un afecto muy especial por quien consideraba su prima.


O=O=O=O=O=O=O=O=O=O=O=O=O=O=O=O=O=O



Archie fue inmensamente dichoso al enterarse que la sorpresa que Hermione llevaba era que Tabitha, su hija, había sido aceptada para estudiar en Hogwarts. Eso le resultaba emocionante, siempre creyó que Tabitha iría a Beauxbatons por ser un colegio más cercano a su casa, pero la niña tampoco podía ocultar su alegría al saber que pasaría tiempo con Archie.


Hermione y Tabitha se hospedaron en casa de Draco y Ron por estar comunicada directamente al Ministerio, eso le facilitaría bastante su trabajo, la joven madre ansiaba poder tener oportunidad de visitar a Harry y Severus en el primer momento libre que tuviese.


Archie se hospedó esa noche con ellos para poder disfrutar más tiempo de su compañía y jugar con su prima, planearon que Severus iría al día siguiente por él y de esa forma acompañar a Hermione a Hogwarts donde Harry esperaba verla.


Sin embargo, al día siguiente, antes de que Severus tuviera oportunidad de salir del colegio. Harry se llevó una gran sorpresa cuando, estando en su habitación en espera de que su esposo regresara de una reunión con Minerva, se giró al sentir una presencia tras de él, no podía creerlo cuando vio que se trataba de Hermione Granger mirándole fijamente a los ojos.


Ninguno de los dos supo qué decir, había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvieron juntos. Hermione lucía hermosa, su mirada brillaba como nunca y sus labios sonreían, aunque Harry no sabía si predominaba la nostalgia o la alegría en ella.


— ¿Her... Hermione? —susurró dando unos pasos hacia ella.

— Sí, amigo, soy yo.


Harry ya no pudo contenerse y se lanzó a abrazarla con fuerza. Hermione cerró sus ojos disfrutando en cada punto de su alma por volver a tener en sus brazos a quien amaba como un hermano.


— ¿Qué haces aquí? —preguntó Harry sin soltarla.

— Necesitaba verte antes de irme, temía no tener el suficiente tiempo libre antes de mi partida pero ya ves, la vida da muchas vueltas.

— Oh Hermione...no sé qué decir. ¿Estás...?

— Muy bien. —afirmó apartándose para sonreírle—. Pensaba estar más tiempo en Londres, pero mi partida se ha adelantado, no quería marcharme sin verte una vez más, y decirte que te amo con todas mis fuerzas y te he extrañado demasiado.

— Yo también a ti... ¿Y Tabitha?

— Ella está bien, justo ahora con Ron y Draco. Se quedará con ellos hasta que inicien las clases y después quiero pedirte que cuides mucho de mi niña, amigo. Nunca me había alegrado tanto de que hubiese sido elegida para Hogwarts... creo que las cosas siempre pasan por algo.

— No te preocupes por ella, te prometo que estará bien mientras esté en mis manos cuidarla.


Hermione asintió con una tranquila sonrisa, podía marcharse sabiendo que su hija contaría con los mejores guardianes. Severus entró en la habitación justo en esos momentos sorprendiéndose al ver a Hermione ahí.


— Señorita Granger, creí que esperaría a que fuera por usted esta noche. —le dijo mientras le saludaba formalmente.

— Los planes han cambiado, pero me alegra mucho haber podido venir.

— Hermione nos ha pedido que cuidemos de Tabitha, ella entrará a estudiar a Hogwarts este año.

— No se preocupe por su hija. —aseguró Severus con una afirmación de cabeza—. Si es como la madre seguramente que no tendrá problemas... a menos que se consiga un amigo como los que tenía usted en el colegio.


Hermione sonrió y Harry lo hizo igual mientras volvía abrazarla. Era momento de despedirse pero se le dificultaba demasiado poder dejarla ir ahora que volvía a sentirla a su lado.


— Eres sorprendente, Harry. —le susurró al oído—. Te admiro como no he admirado a nadie en mi vida, y siento mucho no haber podido estar contigo cuando sufrías tanto por la enfermedad de Archie.

— Eso ya pasó. Mi bebé ahora está sano y salvo y todo valió la pena.


Harry asintió volviendo a sentirse dichoso y afortunado por tener a su hijo vivo, no cambiará ni un día de los sufrimientos pasados si a cambio volvía a tener el mismo resultado.


Juraste no dejarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora