Mi padre era el mayordomo del cementerio del pueblo donde yo vivo, todos los días desde muy temprano él limpiaba el cementerio, mantenía ese lugar lo más impecable posible, hacía de ese lugar un deleite visual.
Lamentablemente él falleció hace 5 años, entonces desde del día que falleció yo me he hecho cargo del cementerio...
He trabajado desde aquel día en dicho lugar, siguiendo los pasos de mi padre, pero no siempre he estado feliz, desde que él murió la única compañía que he tenido es la soledad...
Un día como todos los demás me levanté de temprano para hacer mis labores rutinarias.
Eran como las 9:30 de la mañana cuando en el lugar donde estaba llegó una mujer muy hermosa, era de una cara frágil, unos ojos azules como el zafiro y un cabello como los mismísimos rayos del sol...
La verdad quedé atónito por lo que ví y en el mismo momento me enamoré de ella.
Me preguntó muy amablemente cuál era mi nombre y de la misma manera le respondí, ella me dijo su nombre, aquella encantadora chica se llamaba Zenet Hernández, un nombre tanto extraño pero hermoso, la chica parecía tener mi edad.
Ella se estuvo conmigo todo el día, tuvimos una hermosa conversación, hablamos sobre nuestras vidas, fue más de mi vida que la de ella, ella era muy reservada en ese aspecto.
Pasaron los días y a veces ni dormía de la emoción por volverla a ver el día siguiente, esos días se hicieron semanas...
A la cuarta semana un día lunes ya no la ví, siempre era de costumbre encontrarnos en un jardín de rosas que estaba en el lugar.
Pasaron los días y no supe de ella, fue tanta mi depresión que me quedé llorando día y noche, descuidé mi trabajo y ya no llegaba a mi casa a dormir, me quedaba en los panteones esperando tan siquiera verla de noche...
Un día en la mañana me levanté y me fui a aquel jardín de rosas donde me tropecé en algo que parecía una lápida, saqué mi azadón y me puse a escarbar....
Cual fue mi sorpresa, al ver la foto de la mujer de quien me enamoré en la lápida decía
"Zenet Hernández"Quedé pálido y luego supe que ella había venido del otro mundo a amarme y demostrarme que si pude encontrar felicidad.
Desde ese día cuido y limpio mejor el cementerio, hago de ese lugar un pueblito mágico por que es casa de la mujer que un día cautivó mi corazón...
-Kevyn Aguilar