Habían pasado 3 semanas desde que le envié la carta a Amelia, había noches en las que lloraba y otras no, nuestro romance duro poco, pero fue muy bonito, fue algo que no imagine tener en mi vida, jamás pensé que estaría con una mujer, pero fue muy bonito mientas duro. Aprendí muchas cosas una de ellas fue lo que era el amor propio, eso me motivo a sacar más tiempo para mí, porque entendí que era necesario. Así que hoy me encontraba en un spa consintiéndome, dándome un masaje, manicura, pedicura, teniendo un día de relajación solo para mí, Máximo tiene a los gemelos, así que aproveche.
Luego de pasar la mañana en el spa, me fui de compras había bajado de peso milagrosamente, lo que hacía muchos años que no pasaba, así que quería cómprame unos jeans nuevos y algunas camisas. Era domingo y mañana me tocaba trabajar con Gonzalo, esta era nuestra última semana juntos trabajando, desde aquella noche en navidad no había vuelto a pasar nada entre nosotros y yo se lo agradecía pues necesitaba que él no hiciera ningún movimiento o estaba segura de que caería en sus encantos. Disfrute de mi día, luego maneje hasta casa, compre algo de comida en el camino, cene y me acosté temprano.
Desperté temprano así que me quede un rato más en la cama con el teléfono, le había prometido a los gemelos que iríamos a Puerto Rico como de regalo de cumple años, llevaba tiempo queriendo ir, así que decidí comprar los boletos y tomarme una semana de vacaciones con ellos, hice todo los arreglos, me levante, me prepare y me fui a la última reunión con Gonzalo. Llegue, me estacione y Jeremy me recibió en la puerta con un abrazo y un beso, era tan educado se parecía a Gonzalo en eso, camine hasta la oficina mientras caminaba me sentía un poco sentimental porque sabía que era la última reunión que tendríamos y eso significaría que no nos veríamos todas las semanas, sé que era egoísta en no querer que desaparecía de mi vida cuando sabía que le hacia daño en retenerlo a mi lado sin estar con el.
Cuando llegue a la puerta escuche la risa de una mujer, así que no abrí como de costumbre si no que toque la puerta y espere, Gonzalo me grito que abriera y entrara, y eso hice cuando entre el estaba hablando con una mujer en la cocina, lo mire extrañada;
-Hola, buenos días.
-Micaela ella es Fanny, Fanny ella es Micaela.
-Un placer conocerte Micaela.
-Igual.
Pase a donde estaban los escritorios y los deje a los dos en la cocina mientras iba sacando mis cosas y las acomodaba en el escritorio que usaba, observe disimuladamente como Fanny posaba su mano en el pecho de Gonzalo mientras reía de algo que él le susurraba en el oído, sentí calor de momento, sentí coraje, pero y esta quien se cree que es, pensé, seguí observándolo mientras vi que cogía su bolso, le daba un beso en la boca y se despedía. Me voltee como si no hubiera visto nada y comencé a trabajar en mi computadora en lo que lo escuche acercarse.
-Como va todo Micaela.
-No tan bien como tú, por lo que veo. (solté de sopetón, y me arrepentí).
-¿Pasa algo? ¿estas molesta?
-No, por favor, concentrémonos en el trabajo quiero terminar con esto ya.
-Lo siento, pero no pienso trabajar contigo de ese humor, explícate, por qué te conozco lo suficiente para saber que estas molesta.
-Si me conocieras como dices sabrías porque estoy molesta.
-(se ríe) Creo que tengo una idea, pero quiero que me lo digas tu.
-(volteo los ojos) No podías al menos hacer que se fuera antes de que yo llegara.
-En serio me estas celando, cuando fuiste tú la que no me escogiste a mí, no podías pretender que me quedara en abstinencia para toda la vida.
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Conociendo a Micaela
RomanceMicaela es una mujer de 45 años con raíces afroamericanas y latinas, que está consumida por la rutina del diario vivir, casada hace 20 años con un marido que la ignora por completo y dos hijos en plena adolescencia. Llegara a su vida Amelia y Gonza...