Tu mejor chica americana.

Parte uno.

"tienes tanto que hacer y yo no tengo nada delante de mí".

Ocupada, nuevamente. La Sannin ya no poseía el suficiente tiempo como para siquiera hacer otras cosas más que trabajar, aunque no lo quisiera claro. Esto del trabajo se llevaba la mayoría de su tiempo, y lo que le sobraba lo usaba para emborracharse deliberadamente.

—. Está bien, ella está ocupada, no debería seguir molestandola por hoy— Pensó la chica de cabellos oscuros, ella solía ayudar a la Hokage con su trabajo, realmente, hacía la mayoría de este, pero últimamente la rubia se había concentrado tanto en terminar todo sola, dejando así de lado a la pelinegra.

Esto no le gustaba, claro, ella gustaba estar tiempo con su maestra, ya si fuera en el trabajo, o simplemente tomando juntas, era divertido, sí, «era». Esas cosas habían dejado de suceder desde hacía mucho tiempo, ya no bebían juntas, ya casi ni hablaban.

El poco tiempo que pasaban juntas era mientras la rubia, concentrada en su trabajo, captaba la mirada de la de cabellos negros, y inconscientemente se la devolvía, pero rápidamente la desviaba hacía el trabajo, nuevamente.

Esto de por si ya era muy extraño, habían pasado casi toda su vida juntas, y que de la nada ella actúe así de distante, no era para nada normal. Tenía miedo de enterarse del por qué de su actuar, ¿habría sido culpa suya? ¿O era un simple delirio? Preguntas que ya no podría responder, porque simplemente no tenía el suficiente valor para preguntarlas.

"Eres el sol"

No hacía falta decir que la rubia había iluminado su vida, incluso en sus momentos más oscuros, cuando más la necesitaba, ella aparecía para apoyarla, ya sea con palabras o solo con su mera presencia. Extrañaba esa cercanía, más de lo que podría y pudo llegar a extrañar cualquier otra cosa existente.

Recordaba, con cierta nostalgia aquel día, un día muy simple de por si, pero para ella, algo tenía ese momento,  que la hacía pensarlo y recordarlo todo el tiempo. Ese recuerdo repasaba su cabeza cada vez que sentía la lejanía por parte de la rubia, lo cual era, muy seguido.

Un recuerdo muy simple, ellas dos, en el pasado, bebiendo juntas y riendo, apostando y gastando todo el dinero en bebidas alcohólicas. Lo recordaba con tanta nostalgia, que no pudo evitar sentirse triste por un momento.

Todavía las preguntas rondaban en su cabeza, ¿es mi culpa? ¿Hice algo mal? Podría contarse como una simple paranoia, pero algo dentro de ella, un presentimiento le decía continuamente que era su culpa. 

No sabía que podría haber sido, y tal vez ya no lo llegará a saber nunca.

— "Si tan solo le hubiera preguntado.."