31 octubre - x491

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Kaien, 20 años || Ichigo, 18 años || Rukia, 17 años

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Ichigo estaba disfrutando del agua en la enorme bañera de los baños privados del rey, estaba pensando en Kia, en la playa, en sus besos y en sus pequeñas manos tocándolo sin miedo mientras hacían el amor. Definitivamente la buscaría después del baile o con suerte, ella estaría ahí. Nunca supo si ella era parte de la corte de la reina o una visitante, pero lo que sabía era que la quería con él y para él.

— Ichigo, ¿sigues aquí? Te convertirás en una pasa si pasas mucho tiempo en el agua. — La voz de Kaien sonaba animada, lo suficientemente feliz como para ser algo bueno.

Ichigo miró hacia arriba, Kaien se detuvo frente a la bañera con una toalla atada a la cintura y su sonrisa habitual. A Ichigo no le gustaba verlo sonreír así, parecía una serpiente esperando para atacar y aquello siempre lo ponía en alerta.

— Estás muy feliz, veo que conocer a las damas de la corte de nuestra madre te hace feliz. Las chicas de tu reserva, hermano mayor. — Dijo con una sonrisa sarcástica.

Kaien le devolvió la misma sonrisa y con un movimiento de su mano le hizo saber a Ichigo que era su turno de bañarse. Aunque la bañera era lo suficientemente grande para nadar, Kaien prefería bañarse solo. Ichigo se levantó pesadamente de la bañera, el agua le goteaba por los músculos que había formado el entrenamiento y las cicatrices dejadas por las batallas, así como por el tatuaje que cubría parte de su espalda, y tomó su toalla para secarse.

— Nuestra reserva personal, hermanito. Nuestra. Recuerda que tú también eres un príncipe y todas esas damas estarán ansiosas por hablar contigo de cerca. — Dijo Kaien antes de acomodarse en esa enorme bañera.

— No me interesan las damas de la corte. — Respondió secándose con una toalla que luego usó para cubrirse. — No me importa lo interesadas que estén, terminarán como cualquier amante: casadas con un señor y lejos de aquí, estemos con ellas o no.

— Deberías de pensar que les estamos haciendo un "favor". Nos acostamos con la hija de uno de los Señores, la chica pasará los mejores días de su vida pensando que será una princesa si logra enamorarnos y al final, terminará casada con algún otro Señor importante. Nuestro padre le dará una dote a la familia de la chica y el Señor tendrá el honor de casarse con una mujer tan hermosa que fue digna de ser la amante de un príncipe.

— Eres repugnante, Kaien. — Dijo dándole la espalda para irse, no quería seguir escuchándolo hablar.

— Soy el Príncipe Heredero, el futuro Rey de Avanta y las Montañas Azules, y hago lo que se espera de mí. — Kaien hizo una pausa. — No quiero que te vistas como un soldado, Ichigo. No arruines la noche. Eres mi hermano y príncipe de Avanta. Compórtate como tal.

La advertencia de Kaien lo hizo detenerse en la puerta pero sin volverse para verlo. ¿Vestido de soldado? Seguramente él también sabía lo de la chica.

— Si, su Alteza. — Respondió Ichigo mordazmente, girando sobre sus talones para hacerle una reverencia que hizo sonreír a Kaien.

Si todos vieran al Kaien que él veía cuando estaban solos, nadie lo querría tanto como lo querían en ese momento. Kaien era tan repugnante como manipulador, todavía no podía creer que su padre lo amaba lo suficiente como para heredarle el reino.

Ichigo volvió a pensar en Kia mientras los criados le ayudaban a vestirse. Pensó en la posibilidad de convertirla en su amante y cuanto más pensaba en ello, más le parecía una buena idea. Él quería estar con ella a pesar de que la única forma de hacerlo era siendo amantes. Si se convertía en rey, entonces podría hacerla la Favorita de la Reina. 

El Ruiseñor || IchiRuki FFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora