Protege al príncipe... Fue la primer orden dada al joven guerrero llamado izuku una misión relativamente fácil para alguien que fue uno de los mejores guerreros de su generación
Lástima que nadie le aviso que quien necesitaba protección era su coraz...
Habían pasado dos días desde aquel incidente y las cosas en vez de mejorar parece que empeoraron pues los días que le restaban de celo fueron dolorosos además de que tenía que tomar todos los días aquel asqueroso té, aunque sus mareos poco a poco iban reduciendo estando más consciente de sus actos y de los de su padre que lo mantenía encerrado en la habitación durante todo el día para evitar que "se revolcara con algún alfa" o a menos eso decía él todas las mañanas, como relojito bien puntual se encargaba de hacerlo sentir miserable y culpable por su segundo género a pesar de que el no lo eligió
—Buenos días Izuku ¿Cómo amaneciste?—pregunta una dulce beta que iba entrando a la habitación con la taza de té
—Buenos día mamá, pues bien... Durante la noche me dio mucho calor y de nuevo me dolía la cabeza pero después de un rato me pude dormir
Responde algo desanimado mientras recibe la taza de té con algo de asco al recordar su horrible sabor que solo le causaba náuseas
—Perdón por no estar aquí contigo es que tu padre ya vez como es y no me deja ni acercarme si no es para traerte tu té
Algo avergonzada y deprimida acaricia los rizos del menor que respiraba profundo y bebía de sopetón el té sintiendo unas terribles ganas de vomitar al beberlo
—E-Está bien, no es tu culpa—contesta con dificultad mientras le devuelve la taza tratando de aguantar las ganas de vómitarlo
—Tranquilo esto pronto terminará... Solo aguanta tres días más Izuku y ya no tendrás tu celo hasta dentro de 5 meses
Trata de consolarlo viendo como se tapa la boca para evitar vomitarlo pues si lo hace se va a tener que tomar otra taza y no quiere
Después de unos segundos de luchar con su estómago por fin las arcadas cedieron haciendolo respirar profundo teniendo los ojos cristalizados
—y-ya pasó—susurra mientras se hecha aire con la mano
—Descansa un poco más, yo en un rato vengo a traerte algo de desayunar
Acaricia su pecosa mejilla con delicadeza recibiendo un suave asentamiento del menor que se dejó caer quedando acostado y con la vista fija en el techo escuchando como su madre sale de la habitación dejandolo solo de nuevo, como llevaban haciendolo desde hace 2 días
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Los días pasaron de forma lenta y tortuosa para el joven omega que ya estaba más que aburrido de estar encerrado en aquel pequeño cuarto durante tanto tiempo pues su celo había terminado desde hace días pero su padre lo mantenía encerrado ya que decía que su aroma aún se sentía por lo que debía permanecer ahí hasta que el té hiciera efecto y "Eliminará" su olor
