Capítulo final: Rompiendo círculos viciosos

1K 120 55
                                    

Un Tooru de 38 años caminaba de un lado a otro sintiéndose inquieto. Se movía tanto, transmitiendo su intranquilidad a Shoyo, de 36 años, que lo miraba sentado en el sofá.

"¡Oikawa-san! ¿¡Quieres, por favor, sentarte!?" Reclamó el pelinaranja. "Kageyama ya dijo que se encargaría..."

"¡Son mis hijos los que andan perdidos en el tiempo por esa maldita máquina de tu puto amiguito con pretensiones de ser rubio! ¡Así que ni se te ocurra decirme que debo hacer!" Hinata alzó las manos en señal de inocencia mientras mantenía la boca cerrada.

Honestamente, no lo podía culpar. Kenma, quién decidió invertir en la ciencia, adquirió una supuesta máquina para viajar en el tiempo como prototipo de parte de la empresa que auspiciaba. Una cosa llevó a la otra, y en una reunión que tuvieron en su hogar los revoltosos hijos de Oikawa terminaron desapareciendo dentro de ella. Eso implicaba dos cosas: que la inversión de Kenma había sido todo un éxito... y que los niños Oikawa andaban perdidos por quién sabía dónde y cuándo. Frente a esta situación, como Tooru estaba perdiendo el control y quería abalanzarse sobre su amigo magnate para matarlo, Kenma fue obligado a retirarse en lo que solucionaban el problema.

"¡PAPIIII!" Tanto Oikawa como Hinata voltearon a ver a la máquina, donde se veían los niños junto a un Tobio adulto. "¡Papi! ¡Papi!" Seguía exclamando Hana mientras corría hacia Tooru.

"¡Mi princesa!" El castaño alzó a la niña y dio varias vueltas con ella lanzando varias risas. Pronto se detuvo y miró a su otro hijo. "Sho-chan, vamos, ven a abrazar a tu papi." El muchacho asintió para luego acercarse a Tooru y dejarse abrazar por él.

"Estamos bien, padre..." Murmuró Shota, ligeramente incómodo. "¿Podemos ir a casa?"

"¡Claro, mi niño!" Tooru exclamó despeinándolo.

"¡Oh, hola, Ninja-chaan!" Dijo animada Hana sacudiendo su manito para saludar al pelinaranja. "Vimos a un niño enano gritón igualito igualito a ti." Ante el comentario, Hinata se mostró curioso.

"¿En serio? ¿Dónde estuvieron?"

"En la prep-"

"Ya es tarde. Debemos irnos." Interrumpió Tobio. "Vamos, niños, despídanse de Hinata."

"¡Chao, Ninja-chan!"

"Hasta luego, Hinata-san." Después de que ambos niños se despidieron y fueron junto con Tobio, Tooru rápidamente se puso de pie, y volteó a ver a Hinata.

"Dile al bastardo mal parido de tu amigo que tiene suerte que mis hijos estén bien."

"Tooru, solo vamos a casa." Dijo Tobio rodando los ojos.

Una vez que llegaron al hogar Oikawa era ya de noche, por lo que todos fueron a prepararse para ir a dormir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una vez que llegaron al hogar Oikawa era ya de noche, por lo que todos fueron a prepararse para ir a dormir. Tooru entró a la habitación matrimonial y se sentó a los pies de la cama mientras sostenía su cabeza con las manos. El pelinegro, quien venía detrás de él, cerró la puerta y se subió a la cama.

Punto de Inflexión [Oikage]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora