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Cómo era de costumbre, la hermosa luz de la luna, aunque menguante, era lo suficientemente para reflejarse en la cascada del monte rozan. Formando así la hermosa vista que ha acompañado a Dohko por las noches en casi 14 años.
En latir de su corazón era calmó, tal vez anormalmente lento para quien lo viera seguro pensaría que estaba muerto. No comprendía del todo el efecto que la sangre de Athena y la técnica del Mhisopetamenos tenía en su cuerpo, solo estada seguro que su envejecimiento sería lento, frente de esta cascada donde en su soledad reflexionada sobre lo pasado y su futuro.
Sonriendo casi amargo. Se supone que tenía que vigilar y estudiar el comportamiento del cosmos, así notar cuando los espectros se liberen.
Así por los siguientes años.
Al abrir los ojos una noche, logro notar como la luz que reflejada la luna logro creer un arcoíris en la cascada. Era hermoso de ver en esa noche, dejando que su mente se sumerja en recuerdos de nostalgia.
Cómo desearía estar acompañado viendo esa vista. Aunque Shion siga en contacto con el, aunque tenga a viejos compañeros y amigos con el cada cierto tiempo. Su corazón podía sentirse abrumado aún por momentos.
No sabía si era por eso o por el recuerdo de haber perdido a 2 personas importantes para el.
Tenma quien era con su hermano.
Y Hasgard, que era el hombre que amada.
Sin siquiera poder hacer alguna intervención como caballero. Era solo recuerdos en los que nada podía hacer. Volviendo a cerrar los ojos para Dormir un rato.
Para su desgracia, o fortuna, eso le fue algo difícil. Un cosmos similar a uno que tanto apreciada se sintió a sus espaldas, haciendo que sus ojos se abran con pesar.
Dudando, o temiendo de como era posible. Hasta que unos fuertes brazos blancos rodearon lentamente si cuerpo, alcanzó a notar como varios mechones planeados se veían en su pecho.
— Te extrañe... — Era el toro que tanto amada. De eso no tenía dudas.
Pero... ¿Cómo? No comprendía el sentido de que apareciera así como así. Pero tampoco encontró manera de cuestionar, pasando una de sus manos por los fornidos brazos de su compañero.
— ¿Cómo te sientes...? — Lentamente Hasgard pregunto, desconsolando Ligeramente el corazón de Dohko.
— Bien, solo algo solo. Esto es una carga que no se cómo acepte. — Expreso. Volteando el rostro para ver a su amante, notando como más cicatrices en su rostro prevalecen pero ya sanas.
