¿soy egoísta?

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Protagonista: Francisca.

Shippeo: Francisca x OC

No tengo mucho que comentar aquí. 

 

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— "Gracias joven Zinerva" — Decían en el pueblo y los aldeanos cada que la santo de zorro terminada sus misiones. Ayudando a reparar lo destruido contra los espectros de Hades.

— "Sin duda un orgullo. una de las mejores guerreras de Athena. — Decían tanto en el santuario como en el pueblo. Pero la palabra "Guerrera" era lo que siempre la dejada  insatisfecha, pues no tenía mucha competencia ya que ella era de las pocas. 

Era muy limitado el número de chicas santos en el santuario.

Por fuera era calculadora y sería, una guerra que siempre luchaba a mente fría. Era poderosa, de eso no dudaba, pero a su vez esa era una persecución que tenían de ella gracias a la máscara, sus emociones siempre eran ocultas de las personas a su alrededor, salvó Francisca, el era el único que la conocía de verdad .

Siempre terminada despidiéndose con gratitud de los aldeanos al terminar sus misiones. Ya cuando ellos estaban seguros y el peligro pasada.

Era un sentimiento contradictorio, porque al verlos calmados, sabía que su esfuerzo valía la pena y que hacía lo correcto peleando por Athena. Pero... Su corazón no se sentía del todo conforme.

— Señorita. — Una señora algo mayor se acercó al la Saint, sonriendo amable, como una abuela a su nieta se tratara. — Vamos a tener una festividad en pocos días, como agradecimiento por el cambio de verano a otoño, ¿Vendría? Será nuestra ofrenda de gratitud.

— Ah... — No supo que decir. Debajo de la máscara quedó enteramente enternecida por un acto de buena fe de parte de la señora y los del pueblo, pero por el otro. — Normalmente, para los Santos una recompensa o un regalo de gratitud es algo que no necesitamos, nos basta con saber que protegemos a los aldeanos bajo el mando de Athena. Porque para eso peleamos, no por poder o reconocimiento. Pero... Por esta vez aceptaré.

— La esperamos. — Dijo la mayor.

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De regreso al santuario, lo primero que hizo mujer Saint fue regresar al área que se le fue asignada a las mujeres Saint, sentándose a pensar sobre una de los escombros. Aprovechando si soledad para quitarse la máscara por lo vacío que se llegada a sentir. 

Por alguna razón... Imaginar en un vestido mientras baila en uno de los festivales era algo que le gustada. Mirando la mascara en sus manos no supo que pensar, si estuvo bien aceptar o ese deseo de querer mezclarse entre la cotidianidad, sumado a la expresión amable de la mujer mayor, fue lo que la orillo a aceptar su propuesta sin siquiera pensar en que diría Athena. 

Tampoco quería decepcionar a la señora, pero ignorar a Athena  y escaparse seria algo que le causaría problemas a futuro.  Al menos tenia que decirle su diosa, o siquiera Sage, sobre que acepto asistir al festival en el pueblo, puede que este acepte y no haya mayores problemas, puesto a que Athena era una mujer comprensible y amorosa.

Volviéndose a poner la mascara, termino dirigiéndose al camino de los 12 templos, deteniéndose antes de  seguir subiendo en el templo de su pareja, el segundo: Tauro. 

- Zinerva, no te esperada pasando por aquí.  - Empezó Tauro, la mujer Saint se quito la mascara una vez más, mirándolo a los ojos con algo de cariño. Para explicarle lo sucedido. 

- Tengo que pedirle permiso a Athena para algo, pero... Me gustaría que tu me acompañaras. - Aunque no comprendió del todo acepto. Acompañando a su pareja con Athena. 

Despues de una ligera conversación entre las 2, con una sonrisa en un gesto amable, Athena le concedió el permiso.  No sé molesto, ni busco negárselo en ningún momento, más bien comprendió. Para las personas del pueblo de Rodorio, que su cercanía al santuario era bastante, también querían mostrarle algo gratitud a quienes eran sus héroes. No se molesto, entendió los deseos detrás que le hayan hecho esa invitación. 

Francisca y Hakurei fueron sus acompañantes cuando el momento y la noche empezaron, muchas velas y faroles fueron encendidas, muchas personas en el pueblo se reunieron. Una lastima que Athena apenas podía salir del Santuario, porque los Saint sabían que ella amaría ver como personas amables e inocentes ante la guerra entre los dioses, gracias a ella, podían tener una vida más pacifica como sus deseos lo querían. 

 - ¿Paso algo? - Había pasado un rato donde la pareja bailada. Su relación no era un secreto para los gemelos muvianos por lo tanto Hakurei sugirió que se quitara la mascara ya que estaban junto a varios en un ambiente donde no era necesario, no estaban como Saint. 

Luego del Baile, Francisca no lograda comprender como su rostro paso a un estado diferente cuando terminaron de Bailar, separándose ligeramente del las demás personas. 

- ¿Crees que soy egoísta?  - Esa pregunta dejo descolocado al hombre rubio. 

- No, no sé porque dices una cosa de esas. - Acercándose a ella, sujeto su mano, mirándola a los ojos dulcemente. - ¿Por qué esa pregunta? Tu eres una gran mujer. 

- Yo me siento así. - Simplifico, su voz era apagada preocupando el Santo de Tauro. - Ya te lo he comentando antes... Hay momentos donde no me siento del todo conforme. Ahora... Viéndome en vestido, sin la mascara, en un ambiente normal... No sé que pensar; Pero me gusta.

-  Ah... Es por eso... Lo comprendo. - El era uno de los más poderosos, una marca de Elite que era señal de respeto para Athena y admiración a Santos de Bronce y Plata. - Es un sentimiento extraño de eso estoy seguro. Todos normalmente estamos consientes de lo que amerita, pensando siempre en Athena como primera preocupación. 

-  Siento que soy la única con ese problema. Aunque mi lealtad esta en ella como diosa, -  Era la mejor forma que encontrada para  ponerlo en palabras. - Creo que por eso acepte la invitación.  - Débil no era, era una mujer fuerte que sin problemas podía decir que su lealtad estaba en Athena. ¿Pero porque algo tan simple la dejada confundida? 

- Calma. - Dijo él. - Yo te comprendo. Acabamos de pasar un golpe de traición hace unos meses.

- También eso. La verdad, me siento egoísta ya que por momento, una vida similar a esta, es algo que me gustaría.  - Francisca sonrió, pasando su brazo por la cintura de su pareja.  

- Si todo esta guerra acaba, yo te puedo cumplir ese deseo. 

- No, no me gustaría que renuncies a Athena solo por mi. - Su mano rodeo a Francisca por los hombros, era un sentimiento extraño en ambos. Cuando empezaban a pensar lo diferente que pudieron haber sido sus vidas en otros escenarios. 

- No lo estaría haciendo. De momento, solo disfrutemos este momento. - Ella asintió. 

Tauro Gold Saint Zone (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora