11

225 24 5
                                    

Taehyung caminaba en dirección a la puerta, pero al pasar por su escritorio miró el calendario.

Miércoles 30 de abril del año 2019.

Hoy Taehyung cumplía 18 años. No había decoraciones festivas ni regalos envueltos esperándolo. Desde luego, tampoco esperaba que las personas a su alrededor supieran que hoy era su cumpleaños. Ni siquiera sus padres iban a felicitarlo hasta más tarde.

Su mamá no estaba en casa porque se encontraba en el hospital. Ella entraba a trabajar a las seis de la mañana y no salía de allí hasta las siete de la noche. Su padre cuando no tenía los turnos de noche, los tenía por la mañana, entraba a las siete, y salía de allí a las seis de la tarde. Ellos no despertaban a Taehyung, lo dejaban dormir hasta que a él le plazca. Taehyung siempre se despertaba a las siete y quince, ya que tenía que estar listo a las siete y media para caminar hacia el instituto y llegar a las ocho en punto.

Así era como funcionaba su rutina normalmente.

En el instituto la rutina de Taehyung era monótona y repetitiva.

Excepto que en su cumpleaños, aunque asistía a clases y se esforzaba por mantener un comportamiento normal, se sentía desconectado del mundo que lo rodeaba. No recuerda en qué momento dejó de sentir alegría durante este día. Durante la hora de descanso trataba de divertirse rechazando a las personas que le confesaban su amor, pero simplemente no lograba quitarse esa sensación desagradable del pecho. Ni siquiera podía quedarse a dormir sobre su pupitre a la hora de salida, y se quedaba con la mente en blanco por media hora hasta que decidia caminar hacia el pequeño departamento, sin mirar el atardecer.

Cuando llegaba a su casa, preparaba la merienda. Después de terminar de cocinar se daba una ducha, esperaba a sus padres para que comieran juntos. Eso de las nueve de la noche se ponía a hacer sus tareas y aunque las tareas escolares ocupaban su mente, no podían llenar el vacío emocional que lo consumía desde adentro. Hasta que finalmente iba a dormir.

El siempre disfrutaba de sus días, y se había propuesto, que ese día no sería la excepción.

Taehyung cerró la puerta del pequeño departamento con un suspiro cansado para dirigirse al instituto. Se dispuso a leer la nota que su mamá le había dejado y que había despegado de la puerta nevera en dónde había sido adherida.

¡Feliz cumpleaños Taehyung-ie!
Mamá te quiere mucho. Eres el bebé de mamá, diviértete mucho hoy. Nos vemos en la noche, te llevaré un rico pastel.

Taehyung sonrió de lado, guardó la nota en su bolsillo un poco avergonzado de que su mamá le tratara como un bebé cuando ya tenía 18.

Al llegar al instituto no pensó en encontrar a Yoongi de pie frente a la puerta del salón. Dos botones de su camisa estaban desabrochados, la camisa estaba por fuera de los pantalones, y no llevaba el saco. Taehyung observó el rostro de Min, le estaba recibiendo con una sonrisa, sonrisa que mostraba sus dientes y un poco de las encías, sus pequeños ojos tenían un brillo que por un momento, sintió cómo le derretio la capa de hielo que había construido a su alrededor, se encontró reevaluando su actitud hacia Yoongi, dándose cuenta de que tal vez había sido demasiado duro con él.

Taehyung estaba pensando en decirle que se quite de su camino, sin embargo decidió esperar a que Yoongi dijera algo. Él hoy parecía estar contento.

Taehyung nunca espero que que Yoongi hiciera lo que hizo a continuación.

Sin decir alguna palabra, Yoongi se acercó a Taehyung y de forma lenta le dio un abrazo. Se quedó petrificado, sin poder moverse, con los ojos abiertos. La miradas curiosas de los demás, solo aumentaban su incomodidad.

Falso Nerd || KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora