La Isla [He Tian x Jian Yi]

Pequeños gestos - 15

De alguna forma se las arreglaron para llevar una alimentación estable compuesta de agua, pescado y fruta en pocos días, aún más impresionante terminó siendo lo rápido que se acostumbraron a su nueva rutina.

Ya no iban a la ladera con la intención de ver el océano, ahora en cambio si es que iban era para distraerse, ejercitarse en la planicie inferior o simplemente sentarse y conversar con la agradable brisa que en ciertos días bendecidos aparecía.

Por supuesto que esa no era la única diferencia de su rutina; luego de notar sus primeros peces atrapados mejoraron lo mejor que pudieron las trampas, distribuyendo varias alrededor del borde para al menos asegurar un pez en los peores días. Entre la pesca y la obtención de frutas y bayas, además del agua obtenida del lago, su mayor problema pronto se convirtió en –como era de esperar- cocinar.

―Está seco ―comenta Jian Yi cuando He Tian le entrega el más quemado de las partes. Con una sola sonrisa malvada marca Demon-Tian tose y se apresura en agregar―. Pero muy delicioso, mmm~. ¿Cómo supiste que me encanta el pez así?

―¿Quién fue el que insistió en comer de mi comida?

―¡Comida hecha por las manos del gran y poderoso He Tian! ¡Que delicia! ―Terminó mascando con más entusiasmo. Cuando ambos pensaban que el otro no miraba, una sonrisa cálida se situó en sus rostros.

Luego de eso Jian Yi se encargó de la cocina, aunque la comida no era la mejor ninguno de los dos hizo comentario alguno.

Así pasaron los días en su nueva rutina: levantarse, explorar, comer, pescar, cocinar, descansar, entrenar, conversar, hasta que la noche llegase y con ella el recostarse cómodamente era ciertamente lo mejor del día.

Excepto cuando no lo era obviamente.

Incluso con las pesadillas acabadas, y el hecho de que han estado durmiendo juntos durante más de un mes, a veces simplemente malas noches sucedían.

Cuando He Tian sintió que lo destapaban en la noche, supuso que era uno de esos días.

No le había querido decir nada a Jian Yi, pero la verdad era que su amigo tendía a ser un poco revoltoso durante ciertas noches. A veces Jian Yi se destapaba hasta el punto de tirar todas las mantas fuera del colchón, He Tian simplemente se levantaba a regañadientes y acomodaba las mantas hasta enrollarlos a ambos de tal forma que ni siquiera él mismo podía salir de ahí fácilmente. Otras veces Jian Yi soñaba con ser un luchador profesional, lanzaba golpes indiscriminados, giraba y ponía todas las extremidades posibles sobre He Tian en lo que claramente era un ataque ficticio; He Tian lo abrazaba hasta estar cómodo de nuevo.

En resumen He Tian a veces pasaba noches incómodas, pero no le decía nada a Jian Yi, después de todo el rubio había tenido incluso más paciencia con él durante muchísimos más días. Simplemente era una pequeña contribución a todo lo que Jian Yi había aguantado sin una sola queja (fuera de broma por supuesto).

Entonces cuando el pelinegro sintió que Jian Yi comenzó a retorcerse incómodo intuyó que sería una de esas noches, cuando la mano de su amigo se estrelló contra su rostro supo que sus sospechas eran ciertas.

He Tian solo suspiró, debatiéndose internamente si debía quitar la mano o simplemente seguir durmiendo, no pudo hacer ninguna de las dos antes que la mano intrusa se deslizara hacia el costado de su rostro, con una suavidad que por un segundo le hizo preguntarse si Jian Yi realmente estaba durmiendo.

La mano agradable pasó por su mejilla hasta posarse sobre el costado de su cara, con el pulgar de Jian Yi posado sobre la comisura de sus labios.

He Tian tragó fuertemente saliva. ¿Qué...?