TWILIGHT (CREPÚSCULO)

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Frunció el ceño & sus ojos estaban apretados mientras miraba más allá de mí por la ventana.
"No siempre soy la cosa más peligrosa que existe. Dejémoslo así".
Me estremecí un poco ante la repentina tristeza en su voz, pero me sentí aliviado. Esta, al menos, era una promesa fácil de cumplir. "Lo que digas."
"Te veré mañana", suspiró, & supe que quería que me fuera ahora.
"Entonces mañana." Abrí la puerta de mala gana.
"¿Wonie?" Me giré & él estaba inclinado hacia mí, su rostro pálido & glorioso a solo unos centímetros del mío. Mi corazón dejó de latir.
"Que duermas bien", dijo. Su aliento sopló en mi cara, aturdiéndome. Era el mismo aroma exquisito que se adhería a su chaqueta, pero en una forma más concentrada. Parpadeé, completamente aturdido. Él se alejó.
No pude moverme hasta que mi cerebro se desarmó un poco. Luego salí del auto torpemente, teniendo que usar el marco para apoyarme. Me pareció escucharlo reírse, pero el sonido era demasiado bajo para estar seguro.
Esperó hasta que tropecé con la puerta principal, & luego escuché su motor acelerando silenciosamente. Me giré para ver desaparecer el auto plateado por la esquina. Me di cuenta de que hacía mucho frío.
Busqué la llave mecánicamente, abrí la puerta & entré.
Goon llamó desde la sala de estar. "¿Jungwonie?"
"Sí, papá, soy yo". Entré para verlo. Estaba viendo un partido de béisbol.
"Estás en casa temprano."
"¿Lo estoy?" Me sorprendió.
"Todavía no son ni las ocho", me dijo. "¿Se divirtieron, chicos?"
"Sí, fue muy divertido". Mi cabeza daba vueltas mientras trataba de recordar todo el camino de regreso a la noche de chicos que había planeado. Al menos ellos encontraron trajes.
"¿Estás bien?"
"Solo estoy cansado. Caminé mucho".
"Bueno, tal vez deberías ir a acostarte". Parecía preocupado. Me pregunté cómo sería mi cara.
"Solo voy a llamar a Sunoo primero".
"¿No estabas solo con él?" preguntó, sorprendido.
"Sí, pero dejé mi chaqueta en su auto. Quiero asegurarme de que la traiga mañana".
"Bueno, dale la oportunidad de llegar a casa primero".
"Correcto", estuve de acuerdo.
Fui a la cocina & caí, exhausto, en una silla. Realmente me sentía mareado ahora. Me pregunté si iba a entrar en shock después de todo. Contrólate, me dije.

El teléfono sonó de repente, sobresaltándome. Lo saqué del gancho.
"¿Hola?" pregunté sin aliento.
"¿Jungwon?"
"Hola, Sunsun, justo iba a llamarte".
"¿Llegaste a casa?" Su voz sonaba aliviada... & sorprendido.
"Sí. Dejé mi chaqueta en tu coche. ¿Podrías traérmela mañana?"
"Claro. ¡Pero dime qué pasó!" exigió.
"Um, mañana en trigonometría, ¿de acuerdo?"
Él se dio cuenta rápidamente. "Oh, ¿está tu papá allí?"
"Sí, eso es correcto".
"Está bien, entonces hablaré contigo mañana. ¡Adiós!" Podía escuchar la impaciencia en su voz.
"Adiós, Sunsun".
Subí las escaleras lentamente, un pesado estupor nublaba mi mente. Hice los movimientos de prepararme para ir a la cama sin prestar atención a lo que estaba haciendo. No fue hasta que estaba en la ducha, el agua demasiado caliente, quemándome la piel, que me di cuenta de que me estaba congelando. Me estremecí violentamente durante varios minutos antes de que el chorro de vapor finalmente pudiera relajar mis músculos rígidos. Luego me quedé en la ducha, demasiado cansado para moverme, hasta que el agua caliente empezó a agotarse.
Salí a trompicones, envolviéndome de forma segura en una toalla, tratando de retener el calor del agua para que los dolorosos escalofríos no volvieran. Me vestí para acostarme rápidamente & me metí debajo de mi edredón, acurrucándome como un ovillo, abrazándome para mantener el calor. Unos pequeños estremecimientos temblaron a través de mí.
Mi mente todavía daba vueltas vertiginosamente, llena de imágenes que no podía entender, & algunas que luché por reprimir. Nada parecía claro al principio, pero a medida que caía gradualmente más cerca de la inconsciencia, algunas certezas se hicieron evidentes.
Acerca de tres cosas que estaba absolutamente seguro. Primero: Jay era un vampiro. En segundo lugar: había una parte de él, & no sabía cuán potente podría ser esa parte, que tenía sed de mi sangre. & tercero: estaba incondicional e irrevocablemente enamorado de él.