C.8 Dudas

141 19 1
                                    

...Estaba oscuro, creí que mis ojos seguían cerrados, pero por más que intentaba, la oscuridad seguía rodeándome, miraba a todos lados, pero no veía nada más que ese espacio infinito color negro que me acechaba.

Después de unos cuántos segundos, una pequeña estela de luz que parecía intentar tomar una forma humanoide se manifestó ante mí. -No estás sola.- Me decía. Empezaba a estabilizarse, definitivamente era una persona, una mujer para ser más exactos, cabello negro bastante largo, con un traje de heroína entallado color negro, capa y botas color blanco, guantes color amarillo y una de las sonrisas más radiantes que había visto, por un momento me recordó a Deku.

-Estamos contigo, recuérdalo.- Dijo otra voz, y a lado de la señorita, otra estela de luz con forma humanoide comenzó a formarse. Este era un hombre calvo, con sonrisa tranquila pero un rostro que irradiaba seriedad, chaqueta de cuero desabrochada y un cinturón con balas que recorría todo su pecho.

"¿Quiénes son?". Quería preguntarles, pero por más que trataba no podía hablar. Miré mi cuerpo, y solamente podía ver mis manos y la mitad superior de mi rostro, la otra parte de mi cuerpo estaba cubierto por una neblina negra.

-No tengas miedo.- Dijo la heroína con una voz calmada. -Somos parte del OFA. Somos tus predecesores.- Pareciera que leyó mi mente.

-Lo que hiciste, esas habilidades que usaste para escapar, son nuestros koseis.- Dijo el hombre. -Tienes que entrenarlos, dominarlos, te serán útiles para lo que está por venir.- ¿Predecesores, sus koseis, entrenar? Creo me dejaron más preguntas que respuestas.

-Lamento que no podamos ser más específicos pero tenemos poco tiempo.- Mencionó la señorita mientras empezaba a desvanecerse en la estela de luz con la que se me apareció. -Esto, marca el inicio de los vestigios del OFA. Nos volveremos a ver, aunque no sé en cuanto tiempo. Solo recuerda, recuerda la sensación que te produjeron nuestros koseis y entrena con ellos, te serán útiles.- Dijo sin dejar que esa sonrisa abandonara su rostro.

-Quédate con los que creyeron en ti.- Empezó a hablar el hombre mientras también se desvanecía. -Incluso con el peliverde ese. Aún no confío en él, pero creo que sus intenciones son honestas. Necesitas tantos aliados como puedas conseguir, y hazte fuerte junto a ellos.- Terminó de decir y ambos empezaron a mover sus manos en señal de despedida.

-Hasta luego...novena.- Dijeron ambos y terminaron por desaparecer. Otra vez estaba en medio de la abrumadora oscuridad, pero antes de pensar cualquier cosa, una grieta empezó a aparecer enfrente mío, de la cual, una fuerte luz color blanco salía. La grieta avanzó un poco más, y entonces, el suelo comenzó a  quebrarse y caer, abriendo una agujero brillante que se acercaba rápidamente a mí. 

Traté de correr, pero mis piernas no me respondían, intenté gritar, pero mi voz no salía, hasta que el agujero me alcanzó, no había escapatoria, me tambaleé un poco, hasta que el pequeño pedazo de suelo en el que me seguía sosteniendo terminó por ceder, haciéndome caer al inmenso y brillante abismo color blanco...




...y por fin desperté.

Caí de la cama, pero me recompuse rápido, mientras miraba a mi alrededor. Estaba en una pequeña habitación, que en un inicio, me pareció totalmente extraña. -¿D-dónde estoy?.- Me pregunté. Me levanté rápidamente del suelo mientras seguía contemplando el pequeño cuarto en el que desperté, me sentía confundida porque no recordaba cómo o por qué llegué ahí. Había una pequeña ventana circular encima del pequeño escritorio que tenía la habitación, me acerqué para ver dónde me encontraba, pero solo pude ver el vasto océano frente a mí, fue aquí cuando la ola de recuerdos cayó como un balde de agua fría.

TE RECONOZCO COMO HEROÍNA VERDADERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora