La decisión en tus manos

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Disclaimer: Yugi-oh! Y sus personajes no me pertenecen. Si fuera así Yami no se hubiera ido y terminaría estando con Yugi, igual que Ryou con Bakura y Malik con Marik.

Además Tea se iría al tártaro por p*rr* xD.

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¿Recuerdas ese momento en el que, sin importar nada y pensando únicamente en llegar hasta el final, estuve dispuesto a todo por vencer a Seto Kaiba en el Reino de los Duelistas, sin pensar en que iba totalmente en contra de tus principios, tus buenos deseos y tu inocente gentileza?

Pensé que me odiarías... pero no lo hiciste: escuchaste mis palabras, confiaste en mí sin apenas conocerme y me otorgaste tu perdón como si mi falta hubiera sido una mera tontería, cosa que, estoy seguro, no fue así.

¿Recuerdas las veces que salí con Tea? Admito que, después de la primera vez -aquella donde luche con ese bailarín insensato- lo aceptaba únicamente para llamar tu atención. Quise probar a ponerte celoso, porque ella provocaba lo mismo en mí, por ti, cuando se llevaba tu atención o te hacia sonrojar.

Creo que realmente llegaste a sentirte celoso. Pensé que te molestarías conmigo, que perdería tu confianza... pero no fue así: seguiste confiando en mí ciegamente y siempre ofreciéndome tus más bellas sonrisas, tus miradas tan dulces, tu apoyo y cariño incondicional, tantas cosas de las que, aún hoy, no me creo merecedor.

¿Recuerdas aquella vez... aquella de la que tanto me arrepiento... cuando me dijiste "no importa que pase, no puedes utilizar el Sello de Oricalcos ¡Hay otra manera!"? Sabía que tenías razón, pero aun así cedí ante la presión, intentaste detenerme y yo te ignoré deliberadamente.

Pensé que ibas a decir "te lo dije"... ¡Pensé que iba a perderte cuando sustituiste mi lugar en el sello!... Pero no fue así.
Pensé... que no merecía estar a tu lado.
Tú, un ser tan bello y puro ¡Un ángel de luz! Y yo, un mero espíritu con un pasado difuso y un futuro totalmente incierto; una patética alma susceptible a la oscuridad, fui incapaz de protegerte ¡No! Directamente te puse en peligro ¡Vaya guardián estoy hecho! Soy patético, no merezco nada de ti... Porque aun después de todo, tú me recibiste con los brazos abiertos, una bella sonrisa y lágrimas de felicidad al reunirnos de nuevo.

Confieso ahora que no he conocido sensación más pesada, sofocante y agobiadora... que aquella de saberte lejos de mí y en peligro, sobre todo por mi culpa.

Perdóname Yugi, no me alcanzaría la eternidad para redimir tan magnánimo error.
Lo siento, compañero.

Sinceramente no entiendo cómo es que, a pesar de todo eso, sigues siendo tan amable, tan cariñoso, tan sincero y abierto conmigo, realmente no lo comprendo... o sí: tu puro y noble corazón no tiene cabida al rencor ni mucho menos al odio, incluso para mí. Eres, simplemente, un muchacho maravilloso, no me cansaré de decirlo, un bello ángel de luz.

¿Recuerdas ese momento en el mundo de mis memorias, cuando tu sola presencia me ayudó a reponer mi energía? El cálido y confortante contacto con tu mano, sentirte apoyándome, darme ánimos. Fue tan magnífico.

Pensé que creerías que te estaba dejando de lado o que te estaba utilizando, ¡Incluso llegue a pensar que me abandonarías!... Pero no lo hiciste. En realidad hubiera querido que estuvieras a mi lado en cada momento, contigo a mi lado me sentí capaz de todo... pero no podíamos dejar solos a nuestros amigos, ellos dependían de ti y yo debía proteger mi lugar -y de paso al destino del mundo- finalmente, gracias a ti, recuperé mi nombre y supe quién era.

Gracias a ti recuperé mis recuerdos y muchas cosas cambiaron para mí desde ese punto, pero algo en especial seguía intacto... o más bien seguía creciendo: mis sentimientos por ti, siendo sincero me fue imposible no quererte, eres tan... no hallo adjetivos suficientemente aptos para describirte.

Pero no lo hicisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora