Capítulo 1- El comienzo de una vida nueva
Amanecía, entraba el sol por la ventana de una manera que no te dejaba ver lo que había alrededor, te hacía daño a los ojos, y lo único que podías hacer era taparte la cara con la almohada; podía oír los chillidos de mi madre desde la cocina…, pero no me apetecía levantarme, a ver, no es que sea una vaga, solo que ayer me acosté tarde preparando todo lo que iba a necesitar hoy, porque se supone que sería mi gran día, pero ahora me daba miedo enfrentarme al mundo que había fuera. Para que mi madre no se desgarrase la garganta tuve que levantarme de la cama, fui al baño y me puse mi nuevo uniforme, mientras me lo iba poniendo reparé cada vez más en los detalles que este tenía, los cuadros de color rojo no me gustaban nada, al ponerme el jersey del colegio me empezó a picar todo el cuerpo; cogí dos pinzas que tenía al lado del lavabo y cogí la espuma para realzar mis rizos, ya que mis rizos no eran nada definidos, pero bueno, me daba igual; cuando terminé me miré al espejo y comprobé lo pálida que estaba, que si le añadimos lo horroroso que era mi nuevo uniforme, tenemos como resultado que estaba patética.
No me demoré más tiempo en el baño y cogí el gloss para luego dármelo en el autobús, que según me había dicho mi madre me llevaría al colegio.
Bajé las escaleras de mi nueva casa; ahh no os he dicho porqué me he cambiado de colegio, pues la verdad es que mi madre soñaba con una casa grande y el año pasado lo consiguió, pero como consecuencia tuve que despedirme de mi mejor amiga Sandra, también tuve que decir adiós a todos mis amigos y a toda la gente querida que tenía en el lugar donde vivía. Bueno a lo que iba, bajé a desayunar y me cogí una barrita energética de esas porque ya llegaba tarde para coger el autobús, me despedí de mi madre y de mi hermana, cogí mi mochila para ir al colegio y corrí hasta la parada; por suerte llegué a tiempo de coger el autobús, nada más subirme me senté en el penúltimo asiento del autobús, cogí mi iPod y me puse a escuchar música. Al pasar un rato comprobé que el autobús estaba ya lleno de personas de mi colegio, de los cuales ninguno se sentó a mi lado, bueno que más da. Llegué al colegio, ya eran las 8, es decir llegaba justísima de tiempo; al principio no sabía a donde ir, ya que no me conocía el colegio, y no sabía donde se encontraba secretaría; al final me encontré con un señor de limpieza y me señaló hacia donde me tenía que dirigir. Cuando llegué le pregunté a la secretaria, en que clase iba a ir este año y todo eso, cogí el horario de asignaturas y fui a la clase (ahh, no os he dicho a qué curso paso, pues bien este año estoy en 2º de Bachillerato). Llegué a mi clase y me encontré con el típico grupo de chicas perfectas del colegio, (ohh dios, si es que es más pijo este colegio…), al final me senté en un pupitre que había vacío y esperé a que la clase empezara. Al principio me sentía avergonzada, porque no conocía a nadie y me sentía muy intimidada; la primera hora se me hizo eterna y la siguiente también pero lo que peor iba a ser era el recreo, puff con lo tímida que soy yo todo el mundo se va a meter conmigo. Nada más tocar la campana, todo el mundo salió disparado hacia el recreo, en el recreo yo no sabía con quién irme, no conocía a nadie ¿qué hago?, pensé, me dí una vuelta por el patio y encontré a unas chicas hablando en una esquina, ¡habla!, me dije por dentro, pero no me salían las palabras, aunque una de ellas debió de leerme la mente y dijo:
-¿Quieres sentarte?
-Sí
-Eres nueva, ¿no?, nunca antes te había visto.
-Sí, soy nueva.
-No te cortes, -dijo la otra chica que estaba sentada a su lado- yo me llamo Carolina, aunque me llaman Carol, ella es Ana y la que está hablando por el móvil es Lucía.
Carol tenía el pelo pelirrojo y algo ondulado, unos ojos verdosos intensos, pero lo que más destacaba de su cara eran esas pestañas larguísimas que escondían sus ojos. Ana tenía el pelo negro como un cuervo, largo y liso, con unos increíbles ojos grises que impactan con su color de pelo, Lucía era increíblemente guapa, aunque parecía una chica normal, con pelo castaño recogido en una coleta, y unos ojos negros, había algo en su cara que la hacía irresistiblemente atractiva, por eso debe de ser que todos los chicos estuvieran locos por ella.
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ESPECIAL
Teen Fiction¿Nunca te has sentido como si no encajaras en un sitio? ¿Como si fueses diferente a los demás? ¿Como si creyeses que eres la única que se siente fuera de lugar? Esto es justo lo que le pasa a la protagonista de esta historia: Claudia. Ella nunca ha...