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Ahí estaba yo envuelta de nuevo en esa horrible situación, riéndome junto con ellos dos y entonces otra vez ese vacío en mi pecho me inundo.
Sin poder evitarlo recordé como es que paso todo este maleficio que frecuentemente llaman desamor.
Era de mañana hacia bastante sol y no había dormido lo suficiente para estar de buen humor, además no desayuné, sin embargo, ahí estaba esperando fuera de la escuela y mientras lo hacía me recordé no volver a dormir tarde cuando tenía un compromiso.
Entonces lo vi y juro que de haber sabido lo que seria de mi por él no me habría levantado esa mañana, mi vista estaba gacha, como era costumbre gracias a mi ansiedad social y entonces ahí estaban, frente a mi unas vans con un diseño de llamas.
por qué levante la vista?
Me dije a mi misma que el tipo era guapo, mierda lo era enserio y tenía ese no sé qué, porque además de las vans que eran de mis favoritas me encontré enganchada por su mirar sereno y su andar confiado, le pediré el numero cuando salga de la escuela.
¿Por qué me sorprendí?
Después de largas horas de espera al fin tenían que salir, estaba nerviosa sería la primera vez que pediría el numero a un chico, puse mayor atención a los estudiantes que salían no quería que se me escapara, entonces lo vi otra vez.
Mi hermana por la cual estaba ahí para empezar colgaba de su brazo y le brindaba una cálida sonrisa de esas que yo nunca supe dar, la poca emoción y nerviosismo que antes me asfixiaban fueron remplazados por vergüenza y pesar.
¿Por qué se fijaría en mi teniendo a mi hermana?
Me lo presento y resulta que al contrario de lo que pensé se conocieron ese mismo día justo después de que el entrara, jamás en mi vida me sentí tan incomoda y estúpida.
¿Todo sería distinto si le pedía su número?
No fue mucho o al menos eso me pareció a mí, al comienzo solo lo veía como el tipo al que quería ligar y no pude, después de todo en realidad no lo conocía de nada.
No tenia idea de que música le encantaba, que animales le gustaban, que el también odiaba las oreo y que amaba a su padre más que a nada.
¿Acaso era por esa cadena que no compartí?
¿Era esta la maldición por aquel error de preescolar?
Y ahí estaba de la nada pensándolo, queriéndolo, amándolo.
Y ahí estaba el pensándola, queriéndola, amándola.
Juro que no estoy enojada ella no tiene la culpa de tener ese carisma del que yo siempre escasee o ese bonito pelo color cereza y aunque lo estuviera no seria como ella, mi hermana no tuvo que ver, todo fue culpa de el y de mi corazón que sin pensarlo dos veces desobedeció a la razón que le decía que él no podría ser nada mas que el chico de las vans de fuego.
Entonces volví al presente donde una sonriente mujer se regocijaba por que su ahora prometido le hacía cosquillas y sonreí, con el corazón roto, la mente en el pasado y una voz susurrando.
¿Qué habría pasado si el chico de las vans de fuego me hubiese amado?
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Holanda, que acelga?
Primero que nada, quiero aclarar que esta es mi primera historia y no me sorprendería que sea una aberración de la literatura.
Pido perdón por las faltas que pueda tener y gracias por animarte a leer esto que voy a escribir con un numero exuberante de café en el sistema.
Sin mas que decir come mucho pan porque esta rico y nos leemos pronto.
