.
.
.
.Me fui despertando poco a poco, sintiendo como el peso de alguien más está sobre mi, abrí los ojos y allí la vi una mujer de piel blanca, cabello negro vi su cuerpo desnudo sobre el mio con leves marcas en su cuello de mis colmillos, sentí algo un sentimiento cálido como si me sintiera en paz, segura, en casa.
Escuché detenidamente los latidos rítmicos de su corazón, casi inconscientemente mi mano pasó de su espalda a su largo y hermoso cabello negro pasando mi mano suavemente y acariciándole suavemente su cabello, escuché un susurro "bonita forma de despertar pero no soy un cachorro" dijo aquella hermosa mujer que me había cautivado desde el día en el ascensor, la bese casi como si fuera una costumbre.
No quería irme de su lado, tampoco separarme de ese beso pero tenía dudas que aclarar así que por ahora tendría que irme, manteniendo esta noche como nuestro secreto pensé separandome de aquel beso.
-Se que no eres un cachorro, ni un perro dije riendo mientras veía su expresión sorprendida-Eres una hermosa mujer, siempre y cuando no te conviertas en el lobo feroz de anoche.
Vi su expresión confusa mientras me miraba mi cambio de actitud es más irreconocible de lo que debería pensé mientras sonreí.
-Debes tener muchas dudas incluso más que yo pero por ahora, tengo para decir que te creo Eris dije y ella sonrió.
-M-mi nombre no es Eris ese es mi apodo, mi nombre es Jackeline Martin dijo sonriéndome
-Es un hermoso nombre pero me tengo que ir, mi nombre es Dalia Maria Wilson dije mientras con dolor de mi alma quería levantarme.
-Esta bien aun pensé que wilson era un nombre dijo riendo.
-Y yo pensé que Martin era un nombre pero ambas nos llevamos una sorpresa dije dándole un beso breve en los labios y poniéndome mi ropa.
Salí de allí y me dirigí a mi departamento me di un largo baño y eche mi ropa en la lavadora mientras se completaba el ciclo, ya me había bañado y vestido saque la ropa echando la a la secadora, para mi suerte hoy no tenia que ir a la universidad, mi vida no iba a ser simple de ahora en adelante pero haría el intento me dije.
Comí algo y luego quise beber sangre pero no pude pasar del primer trago sentí como si quisiera vomita, no sabia igual me dije echando la sangre restante por el fregadero, lave el vaso de cristal guardándose junto a los otros y me dirigí a mi habitación tenía mucho en que pensar. Respire profundo y mire a mi cama, alguien había dormido allí y seguía allí.
-Risitos de oro, sal de mi cama dije jalando la sabana, viendo como una Giovanna enojada se despertaba.
-¿que risitos de oro ni que demonios? Déjame dormir ya que no llegaste en toda la noche dijo mientras yo negaba.
-Tienes mucho que explicarme querida tu no vas a dormir más dije dejando ver mis colmillos sabiendo que en este punto mis ojos dejaron de verse verde casi azules a rojos -Todos estos años ¿que fueron para ti? Pregunté esperando una respuesta simple.
-Así que lo descubriste eh dijo mostrando tristeza en su mirada -Fueron los mejores años de mi vida me niego y me seguiré negando de que alguien más pueda ser mi predestinada que no seas tu dijo levantándose.
-Giovanna sabes todo los años que sacrifique esperándote, te amaba tanto que fui tan ciega de no notar lo que todos nos dijeron grite mientras ella negó.
-No Dalia, no me trates como si me fuera acostando con cualquiera o como si hubiera fallado yo primero dijo mientras me veía con una gélida mirada -yo también desperdicie tiempo debí quedarme contigo negando que alguien que no fueras tu era predestinada.
-Necesito que te vayas dije mientras señalaba la puerta -Mis padres siempre tuvieron razón dije mientras veía como las lágrimas bajaban por las mejillas de Giovanna, susurre algo que solo ella podría escuchar "Ve con tu predestinado, se feliz ve a que te de lo que nunca estuve dispuesta a darte un hijo, una familia" escuché un portazo al terminar de hablar.
Quite las sabanas de mi cama, y me dirigí a lavarlas, todo lo que oliera a ella quería borrar su recuerdo sabía que esto no iba a volver a suceder, lave las sabanas limpie mi casa y tal vez una lagrima bajo por mi mejilla siempre dolería saber que quien amas te mintio pero duele más que tu quisieras con todas tus fuerzas creer esa mentira, el amor es ciego siempre han dicho eso una y otra vez pero queda demostrado que si, que es ciego y sordo.
Luego de terminar de limpiar y lavar todo, me dirigí al baño tirando mi ropa en la lavadora, entre a la ducha abrí el grifo sintiendo como las gotas frías de agua caía sobre mi cuerpo, trate de controlar mis sentidos y silenciar todo mi alrededor solo poniendo atención al agua caer en mi cuerpo, me relaje mientras lavaba mi cabello para luego lavar mi cuerpo, sentir tristeza y alivio a la vez era realmente jodido pensé mientras el agua sacaba el jabón y shampoo.
Luego de salir de la ducha, tome una toalla para mi cabello y otra para mi cuerpo, seque mi cabello, fui a mi closet sacando una pijama azul, me puse mi pijama seque mi cabello y me acosté entrando en mis suaves y limpias sabanas blancas, suspire cerrando lentamente los ojos, quería dormí pensé mientras me acomodaba quedando totalmente dormida en mi suave cama.
ESTÁS LEYENDO
No sé si te estoy queriendo en silencio.
RomanceLas apariencias engañan y las mentiras por muy bien dichas que sean no las convierten en verdad.